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post Aeropuertos: queremos su dinero en nombre de la seguridad

Lunes, 6 de noviembre de 2006

Raul Sensato a eso de las 1:17 pm
«Si no le importa, pasaré a asegurarme de que
no lleva nada que no podamos venderle muy caro»

¿Por qué lo llaman seguridad cuando quieren decir pasen-por-caja?

Los registros de los aviones no son para aumentar la seguridad en los vuelos, sino para que la gente se sienta segura. Son dos cosas distintas. Una cosa es estar seguro y otra es sentirse seguro. En los aeropuertos, fuera de asegurarse que los pasajeros no llevan armas de fuego, armas blancas o explosivos, la seguridad es un engañabobos. Literalmente.

(Si necesitan ser más detallados pueden leer a esta Ministra australiana detallando el párrafo anterior)

Ahora bien, una cosa es que se haya establecido un engañabobos por el que tenemos que pasar todos, y otra es que todos seamos bobos dispuestos a ser engañados.

Porque las nuevas normas de seguridad en aeropuertos son verdaderamente sospechosas. Fíjense:

Se prohíbe llevar en el equipaje de mano líquidos, perfumes, geles, champús, pastas (incluida de dientes), máscara de pestañas, cremas, lociones, aceites, spray, aerosoles (incluidas espumas de afeitar, jabones y desodorantes), mezclas de líquido sólido y otros de similar consistencia,

Se permitirán:
a) Elementos de aseo personal en envases de 100 mililitros máximo por unidad que estén guardados en una bolsa de plástico transparente con cierre adhesivo o con cremallera. Su capacidad no debe superar a un litro. Las bolsas deberán presentarse por separado en el control de seguridad.
b) Leche o zumo, quienes viajen con bebés.
c) Productos dietéticos, medicamentos (líquido, gel o aerosol) insulina y otras medicinas para el vuelo en los casos en los que éstos sean necesarios, y cuando se presente una prueba de autenticidad de los mismos.
d) Líquidos o perfumes que se han adquirido en las tiendas de los aeropuertos comunitarios, siempre que sea en la zona sólo para pasajeros o a bordo de un avión de la UE. Deben ir en bolsa sellada y con comprobante de compra, y no deben abrirse antes de llegar a destino.

Ahora acompáñenme mientras miramos qué implican estas nuevas normas para los usuarios:

1- Hasta hoy, la filosofía de las líneas aéreas de bajo coste ha sido la de reducir los gastos del vuelo y castigar los gastos del pasajero. En otras palabras, una forma de ahorrar es hacer ver que facturar una maleta es un lujo. La línea Ryanair, por ejemplo, cobra un extra por cada maleta facturada, y otro extra más si no has avisado previamente de que ibas a facturar esos X equipajes. Estas normas van a causar, casualmente, un gran número de bultos facturados… por sorpresa.

1- Sólo se puede acudir con productos de higiene, pero no con bebidas: Tras tanta pelea judicial en la que la justicia probó que los pasajeros pueden subir su propia bebida y no estar expuestos a los precios abusivos –por falta de competencia-, no ha servido para nada. Ahora, esta norma “supuestamente de seguridad” logra retornar a la situación anterior sin contradecir a los jueces. Otra vez, las compañías pueden negar que un pasajero acuda al avión con su propia bebida. Hecha la ley, hacemos la trampa.

2- Sólo se puede acudir con productos de higiene; qué paradójico. ¿No creen que ante los agentes de seguridad bastaría con beber parte del líquido delante suyo para hacer ver que no es un explosivo ni una sustancia tóxica? ¿Acaso se han inventado los explosivos potables? Pues no, precisamente los que se pueden pasar son aquellos que no se pueden beber. O sea, que el evidenciar que no son peligrosos no es lo relevante… Y se supone que van de eso las normas de seguridad…

3- Esa combinación de los 100 mililitros y nuestros supermercados entran sospechosamente en conflicto. Los desodorantes más pequeños duplican ese volumen. Pero nosotros necesariamente viajamos con productos de higiene. No es plan ir por Budapest en busca de un supermercado… y eso cuando el retraso del avión no te lo impide.
Así que tendremos tres opciones.

a) Comprar en el súper el nuevo formato que a buen seguro sacarán los fabricantes, de 100 ml, casualmente más caro porque está destinado al público volador.

b) Abandonar nuestros elementos de higiene y comprar (oh, qué conveniente) desodorantes y jabones en las tiendas del propio aeropuerto, con esos precios populares que las caracterizan.

c) Facturar una bolsa con nuestro neceser, lo que –en la mencionada filosofía de Ryanair- está doblemente castigado: por facturar maleta (facturar es innecesario… hasta que te obligan) y por no haber avisado (si, es difícil avisar cuando te han obligado a facturar en el propio aeropuerto).

4- Las medicinas serán necesarias según determine el señor del aeropuerto. Y eso está muy bien, porque no todas las medicinas se venden en todos los países, y puedes no tener otro remedio que facturar por tres tabletas, o por cuatro sobres, de medicamento. Querer tener un comprobante médico por viajero y medicamento es sencillamente una locura que está de espaldas a la realidad –no todo se compra en todas partes, como la cocacola- y porque le echa el muerto a los médicos que no tienen ninguna culpa del afán recaudador de los aeropuertos.

5- En las tiendas del aeropuerto, es otro cantar. Me quitan el cortaúñas, pero se pueden comprar las botellas de cristal que considere conveniente. Eso sí, protegidas por una bolsa de plástico, que es el súmum de la protección a la hora de convertir un envase caro en una botella cortante. Eso sí, hay que impedir que el viajero entre desde el exterior un bote de champú de plástico que le sirva para llegar a enjabonarse la melena. A pasar por caja, como ese señor que ahora inmoviliza a la azafata con un bote original de Calvin Klein hecho añicos.

6- Lo de que los bebés puedan entrar los líquidos que quieran, pretende ser el toque dulce y humanitario pero es justo lo contrario. De hecho, los bebés no deberían llevar nada, y ser el propio aeropuerto quien se encargara de dar leche tibia libre de explosivos, entre otros tantos productos según la necesidad de la criatura. A la vista de las normas anteriores. Yo he visto madres a las que los guardias les han probado la leche para el niño, lo que es lo mismo que tirarla, porque no puede ir a un bebé después de tocar la boca de un adulto. Ese es el tradicional cuidado con el que se trata la alimentación de los bebés en los aeropuertos.

7- Los retrasos de los aviones –el último en mi caso, de dieciséis horas- es otro punto que ayuda a subrayar que se debe impedir el paso de líquidos a los viajeros. Cuando estás secuestrado dieciséis horas en un aeropuerto compras bebida por narices.

En suma: de las normas anteriores, me creería la parte de seguridad (“todo lo que hay en el dutyfree es seguro y pensamos en usted”) si cambiaran a cada pasajero su desodorante usado por uno nuevo y seguro, y su bebida empezada por una nueva y segura. De la misma marca. Pero eso no va a pasar, y pone en evidencia todo lo anterior. Y cómo cada lucha de los consumidores, que tiene que pasar por juicios y esperas para el juicio y más juicios y más esperas para más juicios, es eliminada de un plumazo en evidente desprecio de los derechos del consumidor, que no puede luchar contra el monopolio de los aeropuertos y la contundencia de la Guardia Civil.

¿Entienden ahora por qué los partidos políticos se dan de dientes por la gestión de los aeropuertos? ¿Verdad que es para estar orgullosos?

Yo veo en breve una norma por la que los agentes podrán penetrar vaginal o analmente a cada viajero como comprobación de seguridad. Si han evitado la sentencia judicial sobre llevar la propia bebida, ¿por qué no iban a pararse ante la sentencia judicial sobre la integridad de los pasajeros? Que vayan a juicio, si quieren, que ya actuaremos según la sentencia…

Nota Extra: Los miembros de la Guardia Civil deberían pensárselo, como colectivo. Seguimos sin entender bajo qué amenaza están acumulando la mayor colección de cortaúñas del país. Su función en el secuestro de objetos inocentes, y su intervención con órdenes del estilo “quítese el cinturón”, “descálcese”, o “muéstreme el broche metálico del sujetador” están ayudando a perpetuar la mala imagen de los tricornios que viene de los chistes de gitanos y del crimen de Cuenca. Vamos, que si yo fuera de la Guardia Civil, me plantearía si no están cayendo en una estrategia para derrumbarles definitivamente el prestigio y, de paso, el cuerpo.

«Que no lleve nada que le permita soportar quince horas de retraso sin hacer gasto. O en tiendas o facturando»
Clasificado como: todo_lo_demas

Ya hay un comentario »

  1. […] de forma arbitraria (en este caso, las colas; como impedir el paso de líquidos pretendía ayudar a salvar a los duty free que ya dejaron de ser duty […]

    Pingback de Iberia y su FastTrack | Versvs — agosto 8, 2013 @ 1:28 am

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