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[vidas ejemplares]


[IMAGE] Para hablar de John C. Holmes basta con remitirse a las escalofriantes cifras: su pene de 35 centímetros protagonizó más de 2.200 películas e hizo el amor (en la vida real) a 14000 mujeres. Está bien escrito: catorce mil mujeres.

Prefiero decirlo ahora: envidio a John Holmes. Prosigamos.

Holmes, nacido después de la guerra civil en una familia pobre de la que se independizó a los dieciseis años, se alistó en el ejército, donde (segundo dato esclarecedor) sus compañeros pagaban para ver su miembro. Cuando apenas contaba con veinte años ya bailaba en clubs de strip-tease para pagarse los estudios de profesor de educación física en UCLA. Esto no sería sorprendente de no ver el físico enclenque y desgarbado de Holmes, en completo contrapunto con su desmesurado apéndice.

Comenzó a rodar pornos en super-ocho, filmes cuyo destino era la venta directa o los sex-shops, mientras seguía participando en actuaciones en directo. Gracias a las sabias redadas de la policía, que no tendría asesinos ni ladrones que detener, acababa frecuentemente en la cárcel, costumbre que mantendría a su pesar el resto de su vida.

Tras la legalización de 1970, comenzó a cobrar cantidades exorbitadas (3000 dólares por día de rodaje Ąde los de entonces!) y a mediados de los setenta era el número uno del medio, lugar que, a pesar de su descendente trayectoria posterior, no abandonaría. Por su entrepierna pasaron las grandes estrellas de décadas de cine porno: Ginger Lynn, Seka, René Bond, Christy Canyon, Leslie Boveé, Cicciolina,...

Hacia 1985, Holmes descubrió que había contraído el sida (y es que 14000 es mucho riesgo) pero no dejó de hacer películas, amenazando la seguridad de sus compañeros. Murió finalmente el 13 de marzo de 1988 en un hospital de Sepúlveda (California).

Conclusión: supongo que habrá quien prefiera ser campeón del mundo de los 100 m lisos; yo, si me dan a elegir, quisiera ser John Holmes. O por lo menos conservar su "patrimonio".



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