Cc: Empecemos por el principio.¿Quién es Manolo el del Bombo?MB: Manolo el del Bombo es una persona normal. La gente creía que estaba un poco loco,... yo creía que era loco de verdad, pero me he dado cuenta de que lo que he hecho ha sido un bien, he representado a mi país, a España, por todo el mundo, y yo creo que es muy bonito.Cc. ¿Crees que una figura como la tuya es posible en un país como Holanda o Dinamarca, o sólamente es posible en España?MB: Bueno, yo empecé en España hace 30 años y ahora hay bombos en todo el mundo. Con lo cual,... la gente cuando me ve y me saluda pues se alegra muchísimo. Yo respeto a todo el mundo y todo el mundo se lo pasa muy bien.Cc: Lo de ser estrella entre los aficionados... ¿es algo que buscaste o que te llegó sin esperarlo?MB: Sucedió. Empecé en broma y tal, y... no sé, yo me doy cuenta de que la gente me quiere y voy a seguir animando muchísimo tiempo, si Dios quiere.Cc: Cuando empezaste a salir en la prensa ¿tenías personas en contra en la grada?MB: No, la gente se lo pasaba bien, la prensa se portó muy bien desde el principio. Yo empecé animando al Huesca, porque yo soy nacido en Ciudad Real pero me he criado en Huesca, luego pasé al Real Zaragoza, luego al Baloncesto Zaragoza, luego animé al Madrid y al Barcelona por todo el mundo, y a la selección española. Llevo 30 años, cinco mundiales y lo he pasado muy bien. |
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Cc: En el libro todo lo justificas con el fútbol. ¿Es ese el objetivo de toda la vida de Manolo?MB. Sí, sí, ... el futbol y el deporte, todo el deporte.Cc: ¿Pero lo practicas?MB: No, no. Yo jugaba en Huesca con gitanos, y allá en mi pueblo,... y se me daba muy mal. Incluso me rompí el menisco, me operaron en Huesca y bajé a Zaragoza y me dieron la vuelta al campo en camilla. Me bajaron en una ambulancia desde Huesca a Zaragoza.Cc: Una persona que quiera ser el aficionado español relevante, ¿qué puede hacer después del mundial 82? Porque a esas alturas eras recibido por el Rey, escribías textos para el diario Marca,...MB: Bueno, yo he tenido la suerte de entregar una placa a los reyes en Zaragoza, luego he saludado al príncipe en EE.UU., lo he saludado aquí en Valencia, el otro día en Santander estuve con el presidente del gobierno... y yo para ellos soy una persona, un aficionado más, que me conoce todo el mundo, una persona correcta y todo el mundo quiere saludarte. |
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Cc: Pero eres un percusionista conocido; ¿lo tuyo es música?MB: Tengo que decir que estoy aquí en Valencia, que es una ciudad donde hay muchísimos músicos, pero yo todavía tengo que aprender porque cuando voy en charanga siempre voy acompañado de otro porque no se me da muy bien. A mi lo que se me da bien es animar al público durante el partido los noventa minutos subir a una grada, bajar a otra, eso se me da muy bien. Pero la musica, todavía tengo que aprender.Cc: Aquí en Valencia están nada menos que el Santo Grial (el Cáliz), y el brazo incorrupto de San Vicente Mártir. ¿Algún día el bombo de Manolo va a ser una reliquia?MB: Pues no lo sé. Tal vez sea así. A mi me gustaría entregarselo a otra persona que tocara el bombo como he hecho yo, pero ya digo que yo no sé cuanto voy a durar. Yo creo que cuatro o cinco mundiales más voy a durar, todavía.Cc: Paa los que quieran ser el siguiente Manolo el del Bombo, el siguiente símbolo de la afición española, recibido por el rey y aclamado por la prensa, ¿qué consejo les darías?MB:Lo que hago yo es muy difícil de hacer. Hay que tener un carácter muy bueno, hay que... no sé, es muy difícil hacerlo, yo no sé si podría otra persona hacer lo que he hecho yo durante treinta años: ir por todo el mundo, quedar bien con todos,... eso es difil. Pero, ¿quién sabe? Puede salir algún otro y a mi me gustaría. |
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No podemos terminar esta entrevista sin retomar brevemente su autobiografia "Manolo a todo Bombo" (1984), editada también por él mismo, ya que consideramos imprescindible incluir junto a sus palabras al menos una pequeña parte de su herencia literaria. Nos hemos decidido por ello a incluir un extracto de tan sabroso volúmen.Reproducimos a continuación el capítulo que sirve de introducción al libro, tanto por su arriesgada apuesta literaria como por su indiscutible valor lírico. |