Jack Kerouac, "En el camino".
Quizás esta cita pueda darnos una idea de lo que se sentía en 1948 cuando en un local se escuchaba el BE-BOP: energía pura, sinceridad, ninguna regla, sólo un corazòn abierto en canal por un saxo. Y si alguien entendió realmente el BE-BOP ése fue CHARLIE PARKER.
Parker nació en Kansas City en 1920 y enseguida se enamoró del jazz. Las primeras actuaciones importantes del joven "Bird"(su apodo por lo mucho que le gustaba el pollo) fueron como saxo tenor en la orquesta de Jay McShann por el año 1940, pero fue tocando con el gran Lester "prez" Young donde aprendió a expresar los sonidos que sólo el podía escuchar en su cabeza. En 1944 "Bird" paso una temporada en New York, donde se rodeó de un puñado de músicos que entendían lo que él estaba intentando hacer. Los amantes del jazz más noctambulos podían escucharle en locales poco recomendables, experimentando con figuras de la talla de Dizzy Gillespie, Miles Davis o Thelonius Monk.
En 1946 Bird se traslado a California,dónde tocó como miembro de la orquestra de Dizzy Gillespie. Fue entonces cuando realizó las legendarias sesiones para Ross Russel's DIAL Records, grabadas con cuatro duros pero absolutamente inovadoras, con temas como "don't Blame", "Ko Ko", "Hot House" o "Cheryl" que se convirtieron instantaneamente en clasicos.
Pero a Parker en vida le superó su fama de macarra: tuvo infinidad de problemas para tocar, porque las juergas no le permitian estar visible la mitad de las veces que tenía concertado una actuacion; los dueños de los clubs preferian contratar a gente que imitaba el "estilo Parker" que arriesgarse a soportar las continuas farras, broncas y ausencias del genuino Bird.
Como no podia ser de otra forma, Bird murió a los 35 años, reventado por los abusos que cometia con su cuerpo (las drogas duras y el alcohol fueron una constante en su vida). Pero su musica le sobrevivió no sólo en sus discos, sino por la revolución que su música supuso en el jazz; basta nombrar algunos de sus discipulos: Gillespie, Davis, Rollins, Bud Powell,... y todos aquellos que se han visto influenciados por éstos. Escuchar un disco de Parker es una experiencia que trasciende mas allá del jazz, la energía y dominio del instrumento. La inverosimilitud de sus solos imposibles atrapa a cualquiera que se atreva a acercarse a su música.
Otro de sus admiradores, Clint Eastwood, dirigió Bird, obra maestra que, impecablemente interpretada por Forrest Whitaker, es un fiel retrato de Parker, su tiempo y su música. Absolutamente recomendable.
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