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EL VIBORA

[IMAGE] Resulta díficil no caer en el halago contínuo cuando hablamos de nuestra guía espiritual de adolescencia: EL VIBORA. Publicación que, junto a las encíclicas papales y los postulados radiofónicos de Sánchez Dragó han conseguido hacer de nosotros sujetos dotados de inquietudes, claridad de pensamiento y personalidad propia.

Sin embargo, muchos de nosotros asistimos desde hace un tiempo al doloroso espectáculo de la decadencia de nuestro devocionario: EL VIBORA se está convirtiendo poco a poco en un simple tebeo. Aquel que fue a la vez pregonero, escaparate y abanderado de la movida española allende los ochenta, anda errante en busca de su nueva función social.

Ni tengo edad suficiente ni es mi estilo recrearme en el pasado, pero añoro la Linea Chunga: no dejo de releer esas historias de Pons, con banda sonora de Radio Futura, que mostraban la barcelona ramblera y del barrio chino. O Nazario, que nos metia en el "ambiente",con sus culebrones protagonizados por una horda de mariconas locas (quizás las pollas más grandes que nunca se han dibujado). Gallardo y Mediavilla: autenticos terroristas ideológicos, descubriéndonos el lado más cachondo de nuestra cañí Hispania: el buitre Buitaker, Makoki, la pandilla del Tio Emo... son personajes imprescindibles del cómix español. ¡¡Y todos los extranjeros: Crumb, Los Bros Hernández, Pazienza, Liberatore, Burns...!! (¡¡dios mio, son demasiados!!).Protagonistas de una época dorada que , simbólicamente, escribió su epitafio con la muerte del autor Andrea Pazienza (Víbora nº 124). Durante unos años, la Linea Chunga fue mantenida paralelamente por la revista MAKOKI hasta su desaparición, hace un par de años.

Quizás la decadencia sea algo normal, la mayoría de los dibujantes actuales fueron antes devotos lectores, le cogen respeto al asunto y pierden el desparpajo, la rabia , la locura, para hacer historias cada vez más convencionales, lo cual no quiere decir que comprar un Víbora nuevo sea una mala inversión, pues aún siguen obsequiándonos con autores de la talla de Miguel Angel Martín, Mauro o Alvarez Rabo, pero el contenido es bastante mas irregular y convencional.

Afortunadamente, respetados lectores, tenemos la suerte de contar en nuestra ciudad con un puñado de librerias de ocasión y un hermoso rastro en la plaza de toros los domingos por la mañana donde, por muy poco dinero, podemos llevarnos a casa aunténticas joyas de la literatura española.


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