CONTRACULTURA el webzine
COMIC BOOKS
Los comic-books -la más extendida forma de edición en Estados
Unidos, donde el cómic es una industria más potente- sufrieron
un shock en los años ochenta. A la chita callando, un guionista británico
iba a dar con la piedra filosofal que todos estaban buscando: cómo aplicar
la literatura de calidad al cómic y, más aún, cómo
aprovechar el lenguaje único e intransferible que el cómic ofrece.
Consideren todas las tendencias literarias: desde la narrativa clásica
hasta la sicotronía beatnik. Imaginen todas
las historias que se pueden contar con ellas. Ahora consideren todos los estilos
pictóricos, desde el cubismo al hiperrealismo, y todo lo que con dichos
estilos se puede expresar. Ahora sumen ambos resultados. ¿pueden hacerse a la
idea de qué puede resultar al unir un texto dadá e imágenes
surrealistas? ¿Ven ustedes el infinito potencial del cómic?
Y sin embargo, ¿por qué no se produjo ese encuentro antes?
Por la falta de talento.
Hasta ese momento, la producción se había basado en un guionista
que realizaba unos textos preciosistas y un dibujante que se esforzaba en un
dibujo brillante, pero nunca se había cuidado la equilibrada mezcla entre
ambos, y por eso las producciones eran tradicionalmente mediocres. La interacción
texto-imagen es necesaria para no tener un libro ilustrado; los autores completos,
que unían guión y dibujo, no tenían muchas referencias
(salvando el maravilloso ejemplo de Will Eisner -the Spirit-).
Pero en los ochenta, como hemos dicho, un inglés llamado Alan
Moore, enamorado del cómic y de la literatura, optó por la
decisión más difícil: atarlo todo. Desde que a principios
de los ochenta sorprendiera al mundo con Miracleman (un Superman revisado y
llevado a las últimas consecuencias) y después con Swamp Thing
(un mundo romántico disfrazado de historias de terror que le valió
el reconocimiento mundial), Moore presentaba a sus dibujantes unos guiones detalladísimos
en los que se describía cada viñeta, su colocación y su
contenido completo: desde el enfoque y el ángulo hasta las pintadas en
el banco de parque más lejano (el guión de Watchmen 1, historieta
de 22 páginas, sobrepasaba los cien folios).
La obra de Alan Moore disparó los acontecimientos: Frank
Miller empezó a elaborar sus obras más arriesgadas, una cantidad
enorme de autores (tanto escritoes como pintores) se empezaron a interesar por
el cómic-book como medio de expresión y finalmente la mayoría
de autores estudiaron la obra de Moore hasta extraer el secreto que llevaban
buscando durante décadas. En el cómic USA desde entonces los guionistas
británicos se han venido alzando como el máximo exponente del
cómic americano (no por nada; la cultura americana como educacion es
penosa y los ingleses son los europeos que tienen la gran ventaja de hablar
la misma lengua que el país que mejor paga del mundo); el comic americano
tiende a autocopiarse, los ingleses aplicaban otros artes, desde el guiñol
a la escultura, con asombrosos resultados.
A estas alturas, algunos guionistas han ganado premios literarios (Watchmen
-cómic- ganó el premio Hugo -y la revista Fotogramas la consideró
la mejor película de 1987-; Neil Gaiman ganó
el World Fantasy Award al mejor relato con el número 19 de Sandman -lo
que llevó al pánico a los literatos, que vetaron las historietas
para futuras ediciones (no fuese que ganasen)-;...) y la historieta, que tanto
se agitó en los ochenta y que tan buenos resultados tuvo, se ha dividido
en dos ramas: la tradicional (Superman, Patrulla-X,... que, eso sí, no
salieron incólumes de la revolución y ahora son mucho menos inocentes)
y la de calidad y/o experimental (que algunas editoriales acogen en su seno
pero que vuelven a dirigirse hacia el terreno de las editoriales independientes).
De todas maneras, la revolución de los ochenta, que sólo necesitó
a un señor que no dibujaba, nos ha dejado excelentes (subrayen lo de
excelentes) obras y una larga serie de pasos evolutivos sólo comparables
a los de Jack Kirby (los Cuatro Fantásticos)
en los sesenta.
En nuestro servidor tenemos páginas dedicadas a algunos de los gurús
del COMIC-BOOK americano:
|
|
Volver a CONTRACULTURA |
Volver a ESPECIALES
|