En la vida real fue un hombre introvertido, silencioso y tímido. Incluso hay una leyenda que cuenta que mientras estuvo haciendo películas en Hollywood nadie del estudio supo donde vivía, ni donde se le podía encontrar; no se le conocían amigos y cuando la jornada acababa desaparecía misteriosamente y no reaparecía hasta el amanecer. Su segunda cara, su lado salvaje, es el que nos ofreció en sus obras, el que nació de su especial manera de ver el mundo y sus habitantes. Sus personajes eran seres desgraciados y normalmente mutilados, que solo querían vivir en paz frente a un mundo que no les dejaba. Browning siempre se puso de parte de los desgraciados, mostrándolos como los auténticos seres humanos en contraposición a los guaperas engominados que el Estudio le obligaba a utilizar como héroes de cartón.
Su vida es casi desconocida, ya que se encargó de borrar las huellas. En su juventud trabajó en un circo y desde ese momento se vió hechizado por la magia de payasos, trapecistas y saltimbanquis de todo tipo. Después de unos años trabajando en peliculas del montón conoció al "hombre de las mil caras", Lon Chaney , hecho que cambió su carrera. Junto con él realizó una serie de películas de tema fantástico en las que Chaney era siempre el que perdía y acababa en la Morgue. Al morir Chaney en 1930, Browning se las tuvo que ingeniar para seguir sin su amigo y factotum. Pero con el sonoro y gracias a "Drácula" se hizo famoso, aunque no le duró mucho porque en lugar de dedicarse a películas de corte popular hizó una de las cintas más salvajes y perfectas que se han realizado: "Freaks". Durante poco más de una hora llenó la pantalla plateada de enanos, tullidos, mujeres barbudas, siameses y otros "accidentes" de la naturaleza. Y se puso de su parte. La película fue maldita desde su nacimiento e hipotecó la carrera del director. Antes de enterrarse para siempre en un viejo caserón, tuvo tiempo para rodar alguna maravilla como "La marca del vampiro" o "Muñecos infernales", una historia donde los hombres se reducían al tamaño de un bonsai. Después de ésto el silencio más absoluto. Ni siquiera se sabe a ciencia cierta la fecha del fallecimiento.
Sus películas durmieron una larga siesta en viejas latas, perdidas en antiguas filmotecas, hasta que por fin fueron reivindicadas. Y se comprobó que no sólo los nuevos directores tenían mundos poeticamente terroríficos. Y es que el llamado "Poe del cine" fue el primer freak de la industria.
Aquí tienen a los compañeros de este autor en nuestra categoría de "Espejos de Feria":
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