Penguin ha contratado al siempre genial Chris Ware para la portada de su reciente edición del Cándido de Voltaire.

Por la pinta -una pena que el tamaño no sea legible- parece que Ware ha sido fiel a si mismo y se ha dedicado a resumir la novela en la portada, para delirio de los que leíamos Clásicos ilustrados para entregar a tiempo un resumen en clase (ahora, se encarga el google).

Si se convirtiera en un estandar… Imagínense que las portadas de verdad contaran de qué van los libros, en lugar de poner un título y una imagen más o menos relacionada con las primeras veinte páginas de texto, que es lo que suele leer el diseñador promedio y de donde salen todas las preguntas que los periodistas harán durante la promoción.

…¿cómo responderían las ventas?

Parece que la belleza y el talento de Ware sólo es compatible con los clásicos. Ya va bien. Hermoso con hermoso.