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post Breaking Bad y los telespectadores del ahora

Miércoles, 9 de octubre de 2013

Raul Sensato a eso de las 10:18 am

«¿Por qué en España medios que critican la piratería dedican espacios destacados a series que no se puede ver sin piratear?»

Ayer publiqué este artículo en eldiario.es y ha tenido mucho eco en las redes sociales:

Breaking Bad y los telespectadores del ahora

breaking-bad-televisin

Clasificado como: consumo,descargas,periodismo,tv

post Más que nada

Domingo, 11 de noviembre de 2012

Raul Sensato a eso de las 11:49 pm

Si ustedes dicen que todo es sexista, nadie les puede llevar la contraria. Si quieren decir que todo es sentimental, tampoco encontrarán pegas. Pueden extender la práctica sobre cualquier campo. Por ejemplo, pueden juzgar que todo el arte es ecuestre: cuando aparecen caballos, porque salen, y cuando no aparecen caballos, porque no salen. Toda la obra de Picasso se puede entender como un negar y un permitir la presencia de caballos.

Con esa perspectiva en mente, me ha maravillado esta foto que necesito compartir con ustedes:

Efectivamente, las pipas sin sal no tienen sal, pero la etiqueta la incluye como ingrediente necesario. Imprescindible. Si el listado sólo dijera «pipas» perdería la referencia primordial sobre la que orbita todo lo demás. La sal brilla por su ausencia: el productor no ha podido resistirse a incluirla en los componentes. Que esté presente materialmente es secundario. Las pipas sin sal tienen como ingredientes pipas y sal, y decir otra cosa sería mentir sobre el propio sistema sobre el que se ha construido el producto. La sal, no hay mejor forma de decirlo, es sustantiva.

La mosca acredita la foto a Sarda.es
pero se la vi a Ramonacus

Clasificado como: consumo,diccionario

post Muy profesional

Martes, 17 de enero de 2012

Raul Sensato a eso de las 9:35 am

En una tienda barcelonesa de elecrónica aparece, junto a la puerta, este anuncio de cartón de tamaño real. En él, Jose Luis Torrente -personaje protagonista de la saga cinematográfica creada por Santiago Segura- es el reclamo para una línea profesional de artículos para espionaje.

El bolígrafo cámara espía «Mauricio», el reloj Cámara Espía «Julito Rin Rin», la gorra Cámara Espía «Malaguita» o la linterna Cámara Espía «Amparito» son algunos de los objetos estrella, que se detallan en el cartón y en la web del fabricante.

Los españolísimos nombres de los productos y la idea misma de que Torrente sea la imagen de una «linea profesional», hacen que la pieza pase con honores a nuestro museo celtibérico.

Clasificado como: celtiberismo,cine,consumo,publicidad

post Alimentamos al mundo

Martes, 23 de agosto de 2011

Raul Sensato a eso de las 6:15 am

We feed the World, un documental de 2005 dirigido por Erwin Wagenhofer:

Clasificado como: con_video,consumo,periodismo

post Danza Kuduro Inc. (o cómo ser Daddy Yankee cuando reina Don Omar)

Viernes, 12 de agosto de 2011

Raul Sensato a eso de las 7:20 pm

Seguro que si les digo que soy un apasionado de la canción del verano, me malentenderán. El nombre «canción del verano» tiene usos parciales, que atiende a lo que cada cual quiere remarcar. Hay quien lo usa para referir la canción más vendida en tiempo de estío, y se quedan panchos al refugio de los números. Hay otros más fieles, que la enuncian como la canción mas bailada del verano: es decir, que aunque una grabación del Canon de Pachelbel arrasara en ventas, no sería la canción del verano porque -y aquí estamos hilando fino en el mundo de la expresión corporal- el Canon de Pachelbel no se baila.

Yo tengo un baremo parcial y personal para «la canción del verano», más perjudicial si quieren que los anteriores. Para mí, la canción del verano es la que florece por sorpresa. Es decir: el wakawaka de Shakira en 2010 queda fuera de mi clasificación, porque se estableció como canción del verano por decreto. Se repetía en los múltiples telediarios, se multiplicaba en las rotaciones, y las constantes alusiones al campeonato mundial de fútbol incluían necesariamente la canción oficial del torneo. Establecer como canción del verano la que aparece con más frecuencia en los medios de comunicación es como decir que el alimento favorito en Haití son las cajas que se donan en paracaídas: un insulto al grupo, y un loor al de las alturas.

Así, para mí la canción del verano -y verán ahora que no todos los veranos la han tenido- ha cumplido una característica específica: ha levantado a la gente de las sillas para mi sorpresa. Subrayo el mi en «mi sorpresa». Uno ve los mismos telediarios que el resto de la ciudadanía, lee similares periódicos, atiende a las mismas radios, y está someramente familiarizado con «el carril principal». Las canciones del verano por imposición son así «evidentes sin esfuerzo»: nos las hemos encontrado por necesidad, están omnipresentes en las rotaciones. Cuando aparece una genuina canción del verano, la pregunta primordial es cómo se ha extendido esta pieza en particular. Ha habido una genuina expansión fuera de los moldes impuestos. Pura diversión en transmisión directa.

Para mí el ejemplo central de canción del verano fue Tengo un tractor amarillo, de Zapato Veloz. Estaba en una boda donde sonaban canciones conocidas, una tras otra, sin mayor respuesta de la concurrencia, hasta que sonó ese tema desconocido. De repente, el grueso de los asistentes corrieron a llenar la pista y a marearse bailando la conga. Hasta entrado el otoño, la canción no aparecería en las televisiones. Eran dos mundos separados: Zapato Veloz había entrado en la pantalla mediante las pistas de baile, en un mundo donde lo normal es llegar a las pistas de bailes mediante la pantalla.

Este año, y perdón por el rodeo, la canción del verano está siendo un reguetón que, ahora que me he puesto a mirarlo, considero que tiene miga digna de estudio. Probablemente no lo han oído en sus emisoras -aunque en las últimas semanas han ido cediendo a la evidencia- a menos que frecuenten ondas latinas o radios de música de discoteca, ambas alejadas de «la obigación a la vía principal». El tema, ahora omnipresente en fiestas de pueblo y discomóviles de barrio, es Danza Kuduro, de Don Omar más Vincenzo:

La respuesta de las pistas de baile en las plazas donde la he oído sonar me ha dejado tan sorprendido como en aquella boda con Zapato Veloz. Habrá quien diga que esta canción no tiene el mérito de Tractor amarillo porque tuvo el privilegio de sonar durante las escenas culminantes de la quinta entrega de la serie cinematográfica Fast & Furious, como pueden ver aquí. Pero insisto en que, en nuestro contexto actual en el que se habla de «la canción del verano» en los medios con meses de antelación -como si fuera la primavera de El Corte Inglés-, ver a la concurrencia elegir un tema para bailar por encima de los otros y a espaldas de la corriente catódica es siempre un soplo de aire fresco. Porque esta Danza Kuduro no apareció en ninguna de las quinielas que propusieron los periodistas (y eso que youtube cuenta en ese vídeo que les he puesto arriba por encima de 200 millones de reproducciones, que se dice pronto).

Esta entrada está titulada «Danza Kuduro Inc.» y ya va siendo hora de afrontar la curiosidad por la que me he acercado al teclado.

La canción del verano ha tenido añadida una cualidad importante. Por centenares de poblaciones, las orquestas interpretan (lo han hecho en el pasado, lo harán en el futuro) los éxitos pertinentes para llenar de movimiento las verbenas. Repasar el repertorio de esas orquestas nómadas es el verdadero baremo, porque a ellos se les reclama que toquen ciertas canciones. Hay una comisión, un encargo. Se da porque se pide. Frente a todos ellos, que interpretan la canción del verano, hay una gira de privilegio, un artista que es el de la canción del verano. El genuino intérprete del tema genuino. Eso vale oro, cada verano. (En pocos días, Don Omar actúa en Barcelona, y las entradas tienen estos precios: 30, 40, 70 y 100 euros. Ahí queda)

La cuestión es que en Danza Kuduro, no sólo hay una gira de «el artista genuino». Hay cuatro.

Por un lado, está Don Omar, el portorriqueño del Dale Don Dale, que es quien firma la original y quien canta el estribillo ganador, con su mano arriba y su cintura sola.

Por otro está su invitado, el francés de origen portugués Lucenzo, que quizá como premio a su atinadísimo «oy-oy-oy» del tema, tiene su propia versión para girarla por su cuenta:

Aparentemente, la cosa venía a completar mercados: Omar para el hispanoparlante, Lucenzo para el brasileño-portugués, y pelea de gatos para el reto de países, donde lo mismo les da no entender el uno que no entender el otro.

Pero la cosa ha tomado un giro inesperado con esta pieza:

Con esta «remezcla», aparecen dos nuevos intérpretes: el portorriqueño Daddy Yankee, al que recordarán por su memorable Gasolina, y el dominicano Arcángel, al que le tengo bastante cariño porque ha traído por accidente miles de visitas a mi cortometraje-intervención, lo que atestigua que tiene un nutridísimo grupo de seguidores.

El resultado lo tienen en esta actuación de Daddy Yankee en Toronto, hace unas semanas:

Noten la distancia entre el tema «remix» y la interpretación en vivo de Yankee. El cantante deja sonar pregrabado el estribillo original y recita exclusivamente el párrafo que él ha colocado. No es ni una canción ni otra: es una forma de ser uno de los intérpretes genuinos de la Danza Kuduro.

La canción del verano ha tenido, según permite sospechar lo mostrado arriba, un curioso giro: ha habido una especie de «oferta para cabalgarse como intérprete genuino» que ha incluido a dos intérpretes de recorrido que, gracias a la pieza «remix», incluyen el tema del verano en sus giras. Frente al pasado de «yo genuino, los demás rivales», se ha construido un verdadero Danza Kuduro Incorporated.

Ahora el tema encabeza las listas de ventas de media Europa y todos los rankings de música latina. Y ante ese mercado mundial de giras internacionales se ha establecido un sistema de franquiciado, donde varios interpretan el mismo tema, maquillándolo como «lo suyo». Múltiples genuinos, como las tiendas franquiciadas ante un mercado global. La canción del verano, como digo, se cimenta en lo inesperado. Y lo digo con la mano arriba.

post Barcelona y sus bares, antes de que desaparezcan

Miércoles, 13 de julio de 2011

Raul Sensato a eso de las 12:07 pm

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El de arriba es Fernando Muñiz, posando como patriarca gitano, en uno de sus bares. Digo sus bares porque Fernando ha sacado un libro, titulado Barcelona on the Rocks, en el que hace un recorrido por lo más granado de la hostelería de Barcelona y cercanías. No estamos hablando de tapas sibaritas ni de caldos de reserva, sino del calor humano. Como respuesta a la avalancha asfaltadora del turismo que está convirtiendo progresivamente a Barcelona en un homogéneo centro comercial, Fernando -uniendo fuerzas con Sergio Fidalgo- ha levantado acta de existencia de los bares más peculiares de la metrópolis, en un ejercicio de antropología urbana, o incluso de arqueología pre-cog, de conservación consciente de ruinas antes de que queden pulverizadas. El esfuerzo de Fernando es digno de encomio, y retrata asociaciones pajariles lo mismo que bares-museo del cantante más incógnito o del club de futbol menos valorado. Bares que tienen piezas de mayor valor que las de cualquier museo, y bares que serían piezas de un museo que quiera recuperar el antes de la hegemonía de la franquicia.

Fernando es uno de esos hombres que no necesitaría presentación pero que no ha sido suficientemente señalado. Por ejemplo, es muy culpable de que el programa de mayor audiencia de la televisión se llame Sálvame, porque él fue quien recuperó el tema de Bibí Andersen en uno de sus ya míticos recopilatorios titulados Spanish Bizarro. Confeccionó la revista Flandis Mandis junto a Pérez Andújar, estuvo en la órbita de Mondo Brutto -aún se recuerda aquella fiesta con El Payo Juan Manuel- y fue un voluntarioso desenterrador de joyas en la época en la que se pretendía higienizar el recuerdo igual que ahora se higienizan las terrazas a golpe de Starbucks.

Si acuden a Barcelona y quieren hacer visitas que les salven del turismo y les devuelvan a la esencia, tomen el libro de Fernando y Sergio, y dense -como diría Lou Reed- un paseo por el lado salvaje del comercio.

Más sobre su libro, Barcelona on the Rocks, aquí.

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 Aquí, uno de los bares glosados,
en una imagen de Google Maps

post Mortadelo y Bruguera, desde Rico Tipo

Jueves, 20 de enero de 2011

Raul Sensato a eso de las 8:15 am

Rico Tipo y DDT- una comparativa de maquetaciones y señoritas

R.M.: Es sabido que en Bruguera se fusilaban de mala manera revistas extranjeras, que se copiaba barbaridad… ¿A quién copiaba Ibáñez?

F.I.: Había temporadas en que era casi obligado, o sea, la propia editorial ya empezaba por fusilar formatos y tal. Mira, aquella famosa revista que fue el DDT, que duró muchísimos años, que tenía muchísimo éxito, no era más que una copia de una revista argentina que se llamaba Rico Tipo: la misma forma de portada, el mismo cuadrito arriba… Entonces había un director que comercialmente era magnífico; ahora bien, artísticamente tenía sus manías, y en un momento dado aquel hombre consideraba que el dibujante que estaba de moda era fulanito de tal, y ese estilo habían de seguirlo todos.

Lo que tienen arriba es un extracto de la entrevista que le realicé a Francisco Ibáñez, el autor de Mortadelo, en febrero de 1996. Ha sido útil para los historiadores, porque es la única confesión publicada sobre el asalto a la revista Rico Tipo; la cita suele aparecer acreditada, eso sí, como «una entrevista publicada en internet».

Yo nunca he tenido en mis manos un ejemplar de Rico Tipo, pero sí que me he agenciado el tomo 5 de la Biblioteca Clarín de la Historieta, dedicado a Leyendas del Cómic Argentino. Ese volumen está centrado en dos autores de los cincuenta: Lino Palacio y Divito.

José Antonio Guillermo Divito fue el fundador y el director de la revista Rico Tipo. Nada menos.

El tomo, insisto, no recoge los contenidos de la revista Rico Tipo, sino que se centra en la sola obra de estas firmas. Y es realmente sorprendente ver, con sólo un recorrido a la pluma de Divito, tantos gemelos originales de series españolas de gran calado.

Su personaje Bombolo es  «un gordo ingenuo, crédulo y bondadoso; inocente hasta lo increíble, y capaz de creerse todo lo que le dice». Es decir, es en espíritu y en (voluminosa) carne el Gordito Relleno de Peñarroya:

Bombolo y su hermano Gordito Relleno

Aún más sorprendente es la cercanía entre la sección Siempre se exagera de Peñarroya y las series de Divito El otro yo del Dr. Merengue y De tal palo tal astilla, que muestran -todas ellas- dos viñetas relacionadas por una doble intención:

Siempre se exagera, de Peñarroya

El otro yo del Dr. Merengue:

El otro yo del Dr Merengue

 De tal palo tal astilla:

De tal palo, tal astilla

Por si fuera poco, en el pícaro Fallutelli, que alternaba la picardía de oficina con la picardía en el requiebro a las mujeres, veía también orígenes del Amapolo Nevera de Cifré, del Casildo de Nadal y de los múltiples oficinistas o ligones (porque solían ser una cosa o la otra) de la factoría Bruguera.

Pero nada me había preparado para encontrarme de pronto y sin aviso con -atentos aquí- el papá de Mortadelo: Fúlmine, de Divito.

Hola Fúlmine

Fúlmine es un gafe con buena intención, «que no suele estar donde ocurren los hechos: no es él quien protagoniza el último cuadro de su tira —caso curioso— sino las desgracias que provoca», como señala la wikipedia.  En espíritu está más cerca de Doña Urraca, a la que probablemente contagió su nariz aguileña -son ciertamente similares en forma y extensión- y su luto riguroso.

Por tanto, Fúlmine es sólo Mortadelo en carne. Pero es, sin duda, el modelo original. Saluden al papá de Mortadelo.

Mortadelo y su papá Fúlmine

Bola extra- Está implícito, pero es bueno ponerlo en tinta: amigos aficionados al tebeo, tal vez va siendo hora de que reivindiquemos por estos lares a Divito como el Kurtzman de los hispanohablantes. No bromeo.

Actualización: Más y antes en Mortadelón, en Mandorla  y en el foro de la T.I.A!

Clasificado como: apuntes_al_natural,comic,consumo

post La edad de oro

Sábado, 14 de agosto de 2010

Raul Sensato a eso de las 3:57 pm

frigo_500.jpg

Esta alineación nunca fue superada.

 visto aquí

Clasificado como: consumo

post El reverso oscuro del embalaje

Domingo, 8 de agosto de 2010

Raul Sensato a eso de las 12:56 pm

Mrs. Clean

Art Spiegelman cargó las tintas contra las marcas comerciales y el packaging con esta colección de adhesivos de 1967 (que perduró hasta 2008!) titulada Wacky Packages. Arriba, la señora Proper, que «va a limpiar la casa con Mr. Proper en cuanto le encuentre».

Clasificado como: comic,consumo,extraño,publicidad

post Alta Cultura y baja cultura, de Repronto

Lunes, 15 de marzo de 2010

Raul Sensato a eso de las 8:16 am

Nueva entrega en Reflexiones de Repronto:

 Capítulo 34: «Alta y baja cultura»

Alta y baja cultura, en una imagen

Clasificado como: con_video,consumo,repronto

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