Es tiempo de volver con Marisa.
Las noticias tecnológicas suelen tener consecuencias pop en muy corto término. La aparición de los plásticos. La curvatura de la madera. O qué les voy a contar del procesado y almacenamiento digital de información.
Tener un gusto por lo moderno, llevar pelos de colores y lucir un juguetón muñeco en la indumetaria, bien serigrafiado, bien en una chapa en la bolsa, no tiene por qué estar reñido con leer de vez en cuando las páginas científicas de los diarios, que como sabemos no presentan ninguna ecuación. Y si la hubiera tampoco pasaría nada.
La tecnología lleva a lo pop de una maneras un tanto extrañas. Hoy, la órbita terrestre lleva a Marisa.
Este año hay que volver con Marisa MedinaMarisa Naranjo.
Marisa Medina Naranjo retransmitió para TVE la nochevieja de 1990. Tuvo la mala suerte, achacable a TVE porque el programa no lo hace precisamente ella sola, de no poder distinguir las campanadas de los cuartos. Durante las campanadas del reloj de la puerta del sol, cuando la tradición dice que hay que comer uvas, Marisa repetía insistentemente que no empezáramos, porque lo que sonaba todavía eran los cuartos. Hasta que terminaron los cuartos de Marisa y después no sonó nada. Fue oirla decir «ahora vienen las campanadas» y escuchar un silencio que, de alguna manera, sigue hasta hoy. Con las uvas en la mano, y con nuestra infinita fe en la televisión como fuente de verdad.
(En mi casa, mi hermana supo distinguir perfectamente las campanadas de los cuartos, y nos tomamos la retransmisión como el típico error que siempre nos da la tele cuando sabemos algo de cierta materia. Una de esas inexactitudes que se repiten hasta el infinito y que en general nos pasan sin más. Ha confundido los cuartos con las campanadas. Pues vaya. Los que se quedaron con las uvas en el plato, en suma, no eran los primeros de la clase precisamente)
Marisa Medina vivió con fruición los tiempos del destape.
Las locutoras de continuidad de TVE 70s eran, en general, muy amigas de sacar pezón y meterse cosas. En esta foto, Marisa Medina en época de destape.
La nochevieja de este año es especial. En los términos de las páginas científicas de un diario.
La nochevieja de 2005 durará un segundo más.
El tiempo con el que medimos el año es prácticamente exacto. Muy, muy cercano. Pero en diciembre será necesario alargar un segundo para volver a coordinar la órbita. El equivalente astronómico de «sincronicemos nuestros relojes».
Es el momento de que vuelva Marisa.
Todos estamos hartos de las nocheviejas con Ramón García y Ana Obregón. Todos, excepto sus respectivas familias y algunos habitantes con capacidades mentales cercanas a lo terminal. Hartos de la capita y el escote. Hartos de Carmen Sevilla equivocandose de década con la misma sospechosa manera con la que empezaba el telecupón en alpargatas, y ya arrancando diciendo «me he equivocado». Errores falsos. Tanto como a Obregón García, odio los errores falsos.
¿Es esto lo que quieren para sus conciudadanos? ¿eh? ¿es esto?
Este año hay que volver con Marisa Medina Naranjo.
Completar una nochevieja anómala con una persona que con un 99% de seguridad explicará lo que sucede con exactitud, y con un 1%, repetirá lo que sucedió en 1990, y nos regalará un momento inolvidable de cultura televisiva.
Esos momentos inolvidables son oro puro. A cambio de un segundo.
Todas estas personas se quedaron sin uvas en 1991, pero quieren decirle a Marisa que la perdonan.Patata-a.
(gracias, CooCoo)