La ducha la traigo puesta
Jueves, 22 de diciembre de 2005
La higiene personal y los lavabos de carretera no siempre han unido sus fuerzas. Una cosa es la fugitiva que se tiñe el pelo en el baño de la gasolinera, y otra somos nosotros tomando posiciones extrañas para frotarnos o aclararnos.
¿El frotar se va a acabar? ¡El agacharse se va a acabar!
El cinturón ducha es exactamente eso, un cinturón que se puede usar como ducha de teléfono porque uno de sus extremos se conecta a la boquilla estándar de los grifos de lavabo. Ahora no te tienes que agachar. Ahora bastará con ignorar los carteles de «deje el baño como le gustaría enontrárselo», porque el suelo terminará hecho unos zorros.
Eso, y que al salir te mojarás los pantalones con el agua que aún conserve el tubo. Para estar limpio ha de parecer que te has meado. Eso es equilibrio universal.