Ahora que ya han vuelto de sus vacaciones, de ese agobio de querer pasarlo bien cuanto antes porque cuando hay varios días hay que divertirse por nbarices o si no nos deprimimos, ahora, digo, es cuando pueden sentarse y leer. Algunos de ustedes pueden leer en vacaciones sin que nadie les tire del brazo. Afortunados ustedes.

No-Recomendación primera: Mondo Brutto num. 35 (128 páginas, 5 euros)

Si no han leido nunca el fanzine Mondo Brutto, pónganse las pilas. En telegráfico: Mondo Brutto es lo mejor que hay. No hay nada más moderno, ni más ácido, ni más ecléctico, ni más divertido, ni más revelador. Cuántas veces me habrá sorprendido una palabra de calle (como cuando escuché que a los metrosexuales se les llamaba Galleteros, porque parecen gay pero son heteros), sólo para descubrir que ya había sido comentada meses antes en un texto de Mondo Brutto. Son así de modernos. Y de exhaustivos. Un mondo Brutto vale para horas de lectura. Para conseguir su ejemplar, pregunten en su tienda de tebeos, o en su tienda de discos. Si les dicen que ellos no se encargan, pueden pedirlo a través de Madrid Comics.

El número 35 es especial reaccionario, y tiene textos sobre la Cope, los Superhéroes Negros, Mujers Locas, La comunidad China en españa y muchas otras cosas.

Yo en particular les recomiendo el artículo de la página 76, «retratando el Mondo Brutto», que pretende explicar la misma existencia de mondo Brutto, y que ha salido de este mismo teclado. Entenderán que si lo he escrito, debo recomendarlo.

No- Recomendación segunda: Fantasmas, de Chuck Palahniuk (300 páginas, 19.50 euros)

La portada no es muy atractiva. Las cosas como son.

Palahniuk es un autor que lee los tiempos modernos con una claridad meridiana, y hace una literatura que, por decirlo así, sólo puede entender el lector de hoy. No pretende provocar como sistemea, al estilo de Houellebecq, ni se esfuerza en ser diferente a los anteriores, como un Foster Wallace. Lo que hace es construir historias a las que conduce la mecánica social moderna, canalizada por las cosas que nos seducen, en particular chicas guapas, actores maquillados y pausas para publicidad.

El último libro de Palahniuk, Fantasmas, es una recopilación de relatos breves articulados a través de una historia que relaciona a los autores (ficticios) de esos relatos. El canal principal no puede ser más contemporáneo, y la colección contiene textos que estoy seguro que van a seguir siendo recitados en décadas venideras. Léanse «Tripas» -el relato más impactante que he leido en los últimos años- o «años de perro» -la típica estruictura con sorpresa con dos saltos mortales fuera de lo común-, y después decidan si pueden permitirse volver a casa sin leer el resto. Palahniuk, de momento, nos nos ha decepcionado con ninguna de sus obras. Bien al contrario, ha creado un culto que considera que esos libros sí molan, y los defienden a muerte. Ustedes no llegarán a tanto, pero pasarán unos ratos estupendos.

Mondo Brutto 35, Fantasmas de Palahniuk, y su mejor sofá. Háganme caso. También válido para viajes largos. Pocas cosas así de buenas.