Cetrería sáuria para huir de las riñoneras
Miércoles, 19 de abril de 2006
Es dificil acertar con las bolsas. La riñonera es objeto de burla en todas partes. Las mochilas a la venta suelen ser feas, chillonas, de materiales así como si fueras a escalar en cualquier instante, con cuerdas para fijar una colchoneta que nunca llevas. Y luego están cosas más clásicas, como las alforjas,… qué decir de las alforjas…
Como ven, es dificil atinar con las bolsas, de modo que lo mejor es tirar por el camino de enmedio y enloquecer completamente, como el ejemplo que traemos a colación. Una mochila que pretende ser un dragón que llevamos cómodamente posado en nuestros hombros. El llevar un dragón como si fuera un loro de capitán pirata es algo muy tradicional en la literatura de fantasía. En los tebeos es una cosa que de momento está limitada a las chicas, como Kitty Pryde de la Patrulla X, o Chance, de Leave it to Chance. Así que cuando vean a machotes defendiendo la cetrería sáuria, sepan que seguramente son amigos del libro druida y del rol de dados inexplicables.
Bajo esta perspectiva, les confieso mi asombro por esta bolsa, primero por la calidad estética, y segundo porque no sé si es elegante, o es una de esas macarradas innecesarias que lucen cantantes al estilo Michael Jackson y dictadores del áfrica profunda. Está en esa extraña nebulosa, entre esos dos extremos, entre el qué bonito y el qué pirado hay que estar. Pónganme dos.