Herir con una sonrisa
Jueves, 27 de abril de 2006
Alambres de púas en forma de mariposa. Pinchos de valla en forma de pingüino y de conejo. La empresa alemana «Sweet Dreams Security» dice, sobre el papel, que proteger tu domicilio -preferentemente un chalé en las afueras- no tiene por qué hacer que parezca el exterior de una cárcel.
A nosotros nos pasa lo contrario, y estos esfuerzos por «herir con una sonrisa» nos acercan a una obsesión contemporánea: la cárcel decorada como los salones de actividades para niños.
La reeducación con colorines reformulada en acero forjado. Creo que prefiero las protecciones que dicen «soy una protección». También odio los porteros de discoteca que sonríen, y no quiero uno disfrazado de conejo. Edulcorar las heridas es de ñoños y de alcaldesas. No pinten sonrisas en las señales de «no tocar, peligro de muerte». Las cosas como son.
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Trackback de 5a68d67141705d9334c1 — septiembre 30, 2007 @ 8:40 am
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