Guerra a la Guerrilla
Lunes, 12 de junio de 2006
La publicidad agresiva va tan enloquecida apretando los dientes que pisa unos terrenos cuanto menos conflictivos. En particular me ha dejado de piedra la imagen de arriba. Gillete se ha propuesto, aunque sea durante un momento, patrocinar a esos pelmazos que se dedican a ensuciarte los cristales del coche con agua sucia y trapos polvorientos. Bravo. Las marcas comerciales pueden abandonar su habitual prudencia y hacer lo que hacen los ministerios y los gobiernos autonómicos: subvencionar actividades que son abiertamente molestas e innecesarias.
De modo que vamos a por los nuevos modelos patrocinados por marcas: maquineros con el radiocasete a tope, vechiculos que cambian repetidamente de carril -estos si que se ganan las miradas del resto de conductores: ese espacio hay que aprovecharlos-, personas de elevada edad que le preguntan al tendero el precio de todos los productos que tiene a la vista, personas que invierten eras geológicas en buscar una moneda de un valor particular en su monedero, y en general todas esas actividades que a base de detener nuestra actividad, ganan nuestra atención, con los ojos no precisamente llenos de simpatía. Sí señor, ahí hay que poner un logotipo. Pues nada, a seguir por ahí. Machotes.