Hordas de aerosoles van a eliminar la capa de ozono…
En el volumen 10 de las obras completas de Robert Crumb, me he encontrado por sorpresa con esta sangrante alusión sobre el efecto de los aerosoles sobre la capa de ozono… en 1974. O sea, que antes de la muerte de Franco, el tema ya había llegado a los tebeos -poco predispuestos a la ciencia alarmante-, y demuestra que la previsión era vox populi desde bien antiguo.
Sin embargo, hasta bien entrados los noventa… qué les voy a contar…
en la historieta «Let’s Talk Sense About This Here Modern America»
Para entendernos, es como si sostuvieras una sopa que a la vez es una videoconsola. Para dirigir la serpiente para que cace las piezas sueltas, inclinas la sopa en la dirección en que quieres que avance. No doy crédito, y soistengo mi mandíbula con dificultad. Si la gente no fuera manazas, así podrían ser los museos de ciencia.
El coche tuneado para irse de fiesta no estaba completo. Ese artefacto que esconde en el maletero unos altavoces tan grandes como la luneta trasera estaba hasta ahora muy bien pensado en la cabina: asientos personalizados, pantallas para dvd, neones bajo los asientos, y el muñeco que se mueve al ritmo del cambio de marchas, sea en modelo perrito o sea en modelo -mucho más acorde al piloto- «no corras neng».
La cosa se complicaba en la parte de atrás. Cuando levantabas el maletero para descubrir el aparato de música y mezclar tus bebidas, la decoración estaba menos cuidada. El mercado ofrece poco, y el usuario medio opta por unos tristes peluches o una decepcionante bola de espejos. Puros pisapapeles decorativos, contrapuntos del muñeco interactivo del frontal.
Eso se acabó. Ahora, cuando abramos el maletero y pongamos la música a toda piña, pondremos a DJ PostIt, que mete caña y se mueve al ritmo de la música, siempre y cuando el subwoofer sea potente. Al hacer los combinados, eso sí, cuidado de no mojarlo. No es plan de aguar la fiesta.