Agua de leer
Viernes, 28 de julio de 2006
Las noticias científicas me apasionan, pero no suelen asomarse por este blog porque tengo la necesidad de dejar las ideas claras cuando escribo, y en muchos casos no soy capaz de entenderlas yo mismo. Así que suelen acabar en el fondo del cajón y las que afloran son las tonterías habituales. Que uno da para lo que da.
Ha llegado a mi buzón este aparato para escribir en el agua -o para realizar dibujos, que es lo mismo- y no he podido evitar mostrarselo. El informe el ingles sobre el experimento está aquí. De momento ya han definido las combinaciones para todas las letras romanas y unos cuantos kanji japoneses.
Las aplicaciones, en general, me dan miedo. El artículo habla de usarlo para el cine, en lugar del 3D. Yo solo veo dos para el mundo de hoy: publicidad en las playas (ya la vimos en la arena) y textos laudatorios del último triunfo del yate del Rey (Bribón). Pero soy un cenizo.
Otro elemento de investigación que me ha obsesionado recientemente es la armadura en spray. Del mismo modo que el cinturón de seguridad de los coches se vuelve rígido con un tirón, la sustancia se vuelve rígida cuando un elemento muy veloz (pongamos, una bala) lo aplasta. El informe está aquí.
Mi obsesión por estas prácticas tiene que ver con lo inasible, supongo. Es la diferencia entre lo físico y lo químico, entre los objetos de escala humana, y los de escala molecular. Con un cambio de tamaño, todo se escurre entre los dedos, como letras de agua sobre guantes en spray.