No podemos parar el consumismo, pero podemos ralentizarlo
Jueves, 31 de agosto de 2006
Los situacionistas se vestían de papá noel, iban a las jugueterías y regalaban juguetes a los niños. Luego, los niños se veían obligados a devolver los regalos entre llantos, y ahí estaba la verdadera lección, sobre papá noel, sobre los padres y sobre las jugueterías.
Hasn pasado décadas, pero el mundo sigue padeciendo el mismo problema y lo sigue enfrentando con estratagemas parecidas:
225 personas compran a cámara lenta (video)
Este tipo de protesta (la ocupación física de locales comerciales) sigue a pleno rendimiento. En Barcelona se ocupó el hotel Ritz porque fue un comedor social durante la guerra civil. En Madrid se asalta la SGAE, porque el situacionismo es una buena forma de enviar el mensaje, sólo superado en claridad por el método Ramoncín ViñaRock. La legalidad sigue siendo un problema, pero como siempre. Que se lo digan a Debord.