La SGAE desde el interior
Martes, 16 de enero de 2007
«Yo estuve trabajando 14 años para la SGAE y la conozco bien; como músico también soy socio y he trabajado con muchos músicos. En fin, me conozco el percal y sí, a la SGAE la odian casi todos, los socios, los usuarios, los que pagan, sus empleados… Es una estructura bastante tóxica y tiene un clima muy enrarecido, además de una voracidad recaudatoria exagerada, por lo que se ha ganado a pulso su horrible imagen. Creo que el problema es que existe un núcleo pequeñísimo de directores (Teddy Bautista, Ramoncín, Víctor Manuel…) que llevan varias décadas manejando grandes cantidades de dinero y que son los únicos que están contentos con la SGAE, además de los grandes vendedores. La sociedad la componen decenas de miles de socios, pero tienen derecho a voto muy pocos, con lo que es fácil tener todo controlado. Se mueve muchísimo dinero, así que la sombra de la corrupción aparece como en otros sectores; y luego está el problema (tal vez el más grave) de que sean los mismos quienes lo manejen todo desde hace tanto tiempo. Y qué decir de cuando viene (por ejemplo) Víctor Manuel a Rodiezmo y da un concierto multitudinario que no paga derechos de autor… Eso sí, si una ONG o un grupo de estudiantes quiere representar una obra de Lorca, rápidamente tendrá a la SGAE detrás. Y tampoco es raro que envíe a alguien a ‘espiar’ (o grabar) qué canciones toca la orquesta en un banquete de boda»
Numero de veces que suena una canción: «No hay forma de saberlo si no es mediante estadísticas (del mismo modo que se sabe la audiencia de las televisiones) con lo que esto tiene de inexacto. Además, caemos en la trampa de que lo más controlado es lo más difundido, los grandes programas, mientras que los programas especializados emitidos de madrugada, los de pequeñas emisoras o los que se dedican a las maquetas no tienen la más mínima trascendencia ni reflejo en los datos de SGAE. Las radiofórmulas se llevan las estadísticas, mientras que hay artistas que jamás ven un duro aunque su obra se haya difundido públicamente.
Eduardo Gómez («E. Go»), ex representante de la SGAE en León
Textos originales en el diario El Mundo: parte 1 y parte 2
Pues ya ven que no sólo lo hacen los de fuera sino también los de dentro. Tal vez el problema está, como apunta la respuesta de la SGAE, en los poderes públicos que la «controlan».