Dos vídeos: en este, un curso intensivo para conocer, perfilar y prefeccionar el tipo de preguntas que se estilan a fecha de hoy en los programas de éxito de las televisiones privadas españolas. Ojo a las apariciones de Bin Laden, El Papa, Jesucristo, el Diablo, y el vello de Isabel Pantoja:
En este otro, los periodistas de telemadrid nos revelan unos cuantos trucos que debe conocer todo realizador de telediario:
La integridad y la profesionalidad, por bandera. La caja tonta a pasado a ser la caja chunga. Pero chunga, chunga. Así nos luce el pelo.
En la tradición de los cuchillos de teletienda, que cortaban una lata a lo bruto y luego un tomate para demostrar que conservaban el filo. Pero este corte ralentizado es absolutamente hipnótico.
Atestiguando los puntos límite a golpe de fotografía. Esto en ingeniería se llama «definir un volumen de control»
Da vergüenza ajena, pero lo cierto es que en este punto, cuatro amigos voluntarios están mostrando más voluntad de producir información fiable que todos los medios de comunicación. Esto es lo que tenemos.
Es un párrafo de Malaprensa, hablando de El manifestómetro, un blog que comenzó medio en broma y que pone en evidencia a todos los medios nacionales. La receta es sencilla: mandar enviados a los límites de la manifestación, dibujar el contorno de los manifestantes, acudir al Sistema de Identificación de Parcelas Agrícolas del Ministerio de Agricultura, y contar el máximo posible de asistentes no profesionales del circo: cuatro personas por metro cuadrado. Con esta voluntaria y simple práctica, dejan al descubierto la absoluta falta de sinceridad de los poderes públicos y los periodistas.
Si los periodistas profesionales hacen esto con cosas tan evidentes como las matemáticas y las calles, qué no harán con la política, la economía y el urbanismo.
Esta semana no hay manifestaciones de portada de periódico, así que ha sido ideal para poner este post sin segundas lecturas.
Una pregunta para creyentes: ¿En qué se ocupaba Dios la semana anterior a crear el mundo (que creó en una semana)?
Una alternativa la dibuja nuestro admirado Dave McKean (al que recordarán por las sublimes portadas del tebeo Sandman) en este precioso extracto de su cortometraje «The week Before» (la semana de antes).
A destacar: la maestría con la que maneja la tipografía en los rótulos iniciales de crédito, la escena de la pesca -de cuando el verbo aún no se había hecho carne, de ahí la situación-, y la resolución de las velas para justificar la estructura que embobó a copérnico. Y una dirección de arte de muchísimos quilates.
Una cosmogonía para los diseñadores. Una maravilla. Cruzo dedos para verlo entero algún día.
Pueden maravillarse con el talento de McKean aquí y aquí
Nos encontramos en una sala de exposición tradicional. En realidad en el arquetipo de la sala de exposición. A lo largo del recorrido, que es lineal, hay 15 pedestales de escultura donde están expuestas las obras. Cada una ficha descriptiva. Como es evidente desde el principio, todos los jarrones son idénticos.
La primera obra de la serie es un jarrón, corriente y moliente. La tarjeta descriptiva dice así:
Bosque Zen no. 1(2000) 50 x 20x 20 cm. Técnica mixta
La segunda es el mismo jarrón, colocado boca abajo. Su tarjeta:
Bosque Zen no. 2(2000)50 x 20x 20 cm. Técnica mixta
El tercer jarrón está ligeramente inclinado hacia la derecha del espectador. Su tarjeta:
Bosque Zen no. 3(2000) 50 x 20x 20 cm. Técnica mixta
El cuarto jarrón está tumbado. Es el primer jarrón de la serie que no presenta cinta protectora. Presenta una tarjeta notablemente distinta a las anteriores. Dice así:
Esto NO es una obra de arte
El siguiente está intacto, y tiene una flor de plástico, que lo confirma como jarrón. Su tarjeta:
Bosque Zen no. 5(2000) 50 x 20x 20 cm. Técnica mixta
El siguiente es de nuevo el jarrón desnudo, en posición normal. Su tarjeta:
Esta es una burda imitación sin valor de la obra «Bosque Zen no. 1»
Vean particularmente esta instalación número 3 «Arte contemporáneo» (la de los jarrones), y la instalación número 4, que se compone de cuadros comentados por sus autores, titulada «La interpretación de los sueños».
Según los católicos de pro, si un tipo pone el culo en pompa es Devoción, pero si lo hace una mujer es Soez.
(Y para una larga tradición de sacerdotes, si es un niño quien está en pompa, es una Bendición del señor. Yo he oído testimonios de tiempos de la posguerra, y tal vez ustedes conozcan relatos en primera persona de tiempos anteriores).
Luego preguntan por qué no se cree en Dios. Principalmente porque no fulmina con sendos rayos a estos monumentos al morro y a la cara dura.
En breve, más cosas soeces irán siendo eliminadas: las bodas gay, el voto de las mujeres y pobres saliendo en el telediario. En fin.
Diréis: no le veo gran cosa de terrorífico. Vale. Fijaos con detalle:
Así son, sí
Sí, bueno, diréis, es evidente que el texto y la foto no dicen lo mismo y que en la imagen las hermanitas no son la alegría de los residentes. Pero ya.
No, no. Decidme: ¿Cuánta gente está mirando a cámara?
¿Recordáis la línea actual de películas asiáticas de terror en la que sólo las cámaras ven los espíritus y la gente ignora que están ahí? ¿Películas como Shutter y The Ring y tantas otras? ¿Es normal que las monjas sean las únicas que miran a cámara?
Esas monjas no están en esa habitación. O peor, han obligado al resto de residentes a no mirar a la cámara mientras se hacían un retrato de pareja, en un zoo, en su zoo de abuelos. De una forma o de otra, es una imagen terrorífica.