La tinta es más espesa que la sangre
Martes, 24 de abril de 2007
Una reflexión de Higronauta centrándose en la cantidad de tinta del asalto a la universidad de Virginia frente a la cantidad de tinta invertida en narrar los horrores del Irak post-Aznar:
se consigue que un muerto en el Primer Mundo (si es que a estas alturas del lenguaje neocon todavía se sigue denominando así) tenga mucho más valor intrínseco que uno del Tercer Mundo. Obvio. Llámenlo costumbre, llámenlo proximidad (física o metafísica), llámenlo como gusten. Pero a día de hoy, está claro que es mucho más importante que la futura reina celtibérica esté a punto de romper aguas (si es que las princesas rompen aguas) que los ya clásicos, consabidos y aburridos muertos en Irak. Total, uno más uno menos, tampoco es que importe mucho desde la poltrona catódica del ciudadano de primera.
Escueta conclusión: 32 personas primermundistas muertas valen muchisisímo más que 655.000 irakíes muertos. Dónde vamos a parar…
Su reflexión está aquí. Ustedes tendrán la suya.
Bola extra: Absence ha hecho un análisis borderline de la matanza de Virginia que deben leer. Como prólogo, una imagen:
Su análisis está aquí.
Bola extra 2: Mi primera respuesta al pensamiento de Higronauta fue echarle la culpa a los periodistas, que dan la bienvenida a llenar páginas y páginas con material bien redactado que les llega por agencia. Llenar mediante el copiar-pegar. Una pereza con un fuerte olor a «colonia», es decir, a «conquistados».
Ahora bien, piensen si ustedes compran los periódicos que detallan las muertes en Irak. Cuando dicen que no son economicamente viables, ¿Dicen la verdad? Respondan como consumidores. A ver cuál es la última vez que compraron un libro, un cómic o un DVD iraquí.