Los conflictos de la corrección
Jueves, 12 de julio de 2007
El mercado de las toallitas húmedas para la higiene ha llevado a piezas muy extrañas con tal de no hablar, para decirlo en plata, de la mierda. Un anuncio dedicado a los gays y a los galleteros mostraba una mano manchada con crema que se limpiaba con una toallita húmeda; un anuncio de lo más esotérico que dejaba poco claro su objetivo a la clientela recién levantada. Los primeros anuncios infantiles venía a decir «tú cómpralas y ya sabrás qué hacer con ellas».
El público infantil no respondía correctamente a ese «ya te apañarás«, y la conocida marca dodot ha realizado un anuncio en el que una simpática rana iba a servir, en principio, para mostrar cómo se usaba el producto. Pero de nuevo, el tema de las heces hizo modificar los planes. El resultado es esta pieza con uno de los cierres más extraños de la publicidad mundial:
Ahí lo tienen. Como muestra la televisión y las compañías fabricantes, el uso correcto de la toallita húmeda consiste en metértela en el culo y dejarla allí bien sonriente.
Otra pieza para nuestro museo celtibérico.