El verdadero negocio de los coches voladores
Jueves, 2 de agosto de 2007
La noticia más leída hoy en elpais.es habla de que
una empresa estadounidense que ha anunciado su último producto, que se encuentra ya en fase de producción, y que aparecerá en el mercado en octubre: un automóvil con aspecto de platillo volante que tiene la capacidad de volar. Redondo, dotado de ocho propulsores y capaz de levantarse verticalmente sin tomar impulso. ¿Futuro, ciencia ficción? No, presente.
De inmediato he visto una ciudad en la que prosperen los coches voladores. Con ese despegar tambaleante que muestra el vídeo que incluye la página. Con esa característica responsabilidad de los conductores que lleva a centenares de cadáveres al año. Con la habitual generosidad y comprensión del urbanita que circula. Y sobre todo, con la expansión en vertical de la circulación.
El resultado: se lo digo ya mismo. Si de normal cuando quitas las lineas de carril la gente ya va a su bola y atropella por los arcenes, en un aire sin marcas va a ser el caos. Y por caos entiendo a un gilipollas con tres copas y con infulas de Fernando Alonso que nos entra en el salón reventando las ventanas y volando todo lo que vea del ikea.
Si, amigos, por las calles, cientos de peatones sufrirán naves que aterrizarán de cualquier manera o que se les echarán encima porque «no te he visto», y los amigos de lo ajeno descubrirán que la vertical es una gran idea para entrar en las casas de los demás.
Tras el rastro de cadáveres, ya les aviso: el verdadero negocio de los coches voladores van a ser las verjas en las ventanas.
Salgan a la calle y miren hacia arriba. Todas esas fachadas con cristal a la vista tendrán que ser valladas como las plantas de siquiatría de los hospitales. Mientras los helicópteros que se acercaban en exceso impactaban con las aspas y se iban al desastre, estos nuevos coches van a inaugurar una nueva era del robo por balcón y del alunizaje de salón. Sin testigos, porque todos estaremos demasiado liados evitando los otros enloquecidos coches voladores. Empiezan a venderlo en octubre. Atentos al desastre.
«nos entra en el salón reventando las ventanas y volando todo lo que vea del ikea.»
Que gran frase!!! Esta usted inspiradísimo últimamente… la imagen de ese cacharro entrando por la ventana, resulta surrealista…
Supongo que la foto con la que ilustras la noticia no es la del aparato actual (ese jersey del señor y los peinados que me llevan no son nada fashion)
Me recuerda mucho a la nave de los supersónicos… supongo que el señor del jersey tras un prolongado visionado de tal serie le dio por montarse uno…
Comentario de Joan — agosto 2, 2007 @ 11:39 am
¿conoce usted alguna isla desierta con conexión a internet donde un servidor se pueda mdar y apartarse de una vez del mundanal ruido antes que lleguen estos acachivaches al mercado? Porque si ya ando más que arto de la motorización carreteril celtibérica, como usted comenta, sólo falta que vuelen. Aunque quizás podríamos inaugurar una nueva temporada de patos…
Y la pregunta del millón: ¿por qué hay que ser tan bizarrero como para darle forma platillera al vehículo, con la infinidad de diseños futuristas de buen gusto y mejores ideas que ya existen, o, mejor todavía, se podrían crear?
Comentario de higronauta — agosto 2, 2007 @ 11:47 am
«…el verdadero negocio de los coches voladores van a ser las verjas en las ventanas.»
Yo apuesto por que crearán una ley de tenencia de armas lo bastante laxa como para poder montar un pequeño, pero coqueto, lanzacohetes en el balcón.
Lo podremos comprar en la teletienda recien llegados de marcha y completamente cocidos acogiéndonos a los prácticos plazos de los que se dispone con la tarjeta del Corte inglés.
Ansío ver esos anuncios grabados en el Miami más reaccionario, con ese presentador de doblaje desincronizado cantándonos las ventajas que supone un lanzacohetes en casa y lo bien que descansaremos después de derribar al platillo tuneado que amenaza nuestros sueños. «Y de regalo esta magnífica almohada cervical y este pelapapas mágico. ¡Llame ahora! ¡Existencias limitadas!»
Comentario de Nac — agosto 2, 2007 @ 12:06 pm
Joan e Higro;: El diseño del platillo volador… me juego mi dinero: No es una consecuencia del diseño, sino una condición a priori. No es ser bizarrero, sino aprovechar el arquetipo para crearte una imagen de marca. Un perfil conocido por todos que no está registrado… eso para el consumismo capitalista vale oro…
Ahora escuchen el sonido de cómo van a la papelera todas esas fotos de cuarto milenio con un platillo volador en el horizonte…
Y no, la imagen no es la del diseño a la venta, pero es sospechosamente parecida. Mire el original de El Pais.
Nac:; Me gusta que saque miami a colación, porque si a fecha de hoy es el infierno de los coches, ni me imagino el futuro. Y un extra que no había pensado: los atracos a los yates (!!) Ahora todas las embarcaciones con veinte metros de eslora vendrán de serie con un cañón antiaéreo.
El célebre estándar norteamericano «le disparé por invadir mi propiedad»… ¿se extenderá en la horizontal de los balcones y ventanas?
Comentario de Raul Sensato — agosto 2, 2007 @ 2:52 pm
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Pingback de University Update - Fernando Alonso - El verdadero negocio de los coches voladores — agosto 2, 2007 @ 4:13 pm
Lanzacohetes no sé, pero unos tirachinas de precisión y mala leche…
Comentario de Infinitos — agosto 2, 2007 @ 5:07 pm
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