La escena: un retrato
Martes, 13 de noviembre de 2007
El problema del teatro no sólo en España sino en buena parte de Europa es la política de proteccionismo. Este proteccionismo lleva implícitas muchas contrapartidas, entre ellas la que lleva a los cómicos a intentar ser agradecidos con quien les da de comer. Quien les da de comer acostumbra a ser un organismo dirigido por políticos o gentes directamente vinculadas a una tendencia política. En este sentido, la libertad está condicionada y se hace muy difícil que el comediante arremeta contra aquel que le proporciona los medios. Éste es el problema del teatro español y europeo en este momento.
Albert Boadella,
director de los extraordinarios Els Joglars,
en esta entrevista digital
Bola extra: La condición de ácido francotirador no es perdonada desde arriba. En particular, el señor Boadella me va a obligar en el futuro a tomar trenes y aviones para ver sus obras. Es un precio que hay que pagar, pero bien vale ambos billetes. La situación viene a ser esta:
Se ha producido lo que acostumbra a ocurrir en estos casos: si te enfrentas al sistema, primero te señalan como traidor a las esencias, luego viene el capítulo de la degradación y los insultos, como se puede comprobar en las primeras páginas de mi libro, y finalmente te van aislando hasta quedar completamente en fuera de juego. Eso quiere decir que en mi última obra ya prácticamente casi no teníamos público suficiente para subsistir, puesto que los ciudadanos habían entendido perfectamente el mensaje. Ni una sola petición más apareción en nuestra oficina para el territorio catalán. En este sentido, me di por enterado, entendí que era un boicot y no voy a comprobar más si en el futuro mis ciudadanos me han levantado el derecho a la libertad.(…) Los dirigentes en lo político y en lo mediático, han conseguido colocarme como un traidor ante el resto de la ciudadanía y me han vetado en los lugares esenciales, como son los teatros, la televisión pública y los medios propios de una Administración cultural. Por lo tanto, no he tenido más remedio, como empresa privada que es Els Joglars, de buscarnos la clientela en otras partes. No sólo de España, sino del mundo.
Me fascina toda la producción artística de este hombre desde que tengo uso de memoria, pero sus actitudes siempre han tendido a provocarme ciertos efectos regurgitatorios.
Su autocategorización de enfant terrible y marginado, aunque con base, no deja de ser más que una pose icónica (e irónica, en cierta medida). Aceptamos barco cuando conocemos las diatribas y negativas que ha tenido por parte de los poderes fácticos nacionalcatólicos catalanes, pero, aún así, se halla a años luz de ese quejosismo resquemoroso del que hace gala, más teniendo en cuenta su extensa producción. Ya gustara a otros, de calidad igual o mejor, haber donde ha llegado Boadella, y poder seguir haciéndolo a día de hoy.
Harto de acuerdo en ese sobreproteccionismo que comenta, y que lleva a que el TNC esté siempre abarrotado de producciones de Flotats, Pou i demases supravalorados. Pero, una vez más, la alternativa no es la pataleta y posterior huida si no la creación de entidades/organizaciones/… que autofomenten la realidad existente y alternativa al menú principal que se nos ofrece. Clarostá, presupongo que cuando uno ha llegado a ciertas cotas repercusivas/económicas/… volver al mundanal ruido debe ser arduo. O algo.
Para no extenderme más, comentar que la entrevista que referencia, es todo un masaje (como la gran mayoría de entrevistas que se realizan en este país, sobra decir), y que, entender, como parece querer vender (y casi parece haber conseguido vender) Ciutadans como un ente que tiene, como único objetivo su lucha contra el nacionalismo catalán, sin entrar en Política (así en mayúsculas) me parece harto vergonzoso.
Comentario de higronauta — noviembre 13, 2007 @ 11:26 am
Yo limito la vergüenza al hecho de que la escena está controlada por los políticos. Que saturen los teatros con mierdas del doce (Eric y el Exércit del Fénix, me viene a la cabeza con letras de oro) y que con la excusa nieguen el espacio a autores interesantes (a fecha de hoy, estoy fascinado con la obra del barcelonés Alex Serrano).
Me avergüenza recordar que el Festival Spanish Bizarro se tuvo que llevar a cabo de tapadillo en un polideportivo de barrio.
Yo limito la vergüenza a eso. Y como dice Boadella, pasa en toda Europa.
Comentario de Raul Sensato — noviembre 13, 2007 @ 11:38 am
Pero, ¿sabe cual es la ironía? Que eso lleva pasando desde que el arte es arte y se ha subyugado al capital y al poder, desde los mecenas de antaño hasta los políticos de hoy.
Es hora que se busquen alternativas fácticas para sobrepasar ese escollo, pues, bajo el manto de la experiencia y la historia, tiene tendencia a ser una constante futurible infinita.
Comentario de higronauta — noviembre 13, 2007 @ 11:42 am
Pero Raúl, no jodamos, si Boadella ha estranado todo, o ha presentado, en Barcelona, en teatros públcos. Luego no puede ir al privado, porque es cierto que ha perdido público por motivos políticos, pero el público que ha ganado en pongamos Madrid también lo ha ganado por motivos políticos (los periodicos que antes pedían su cabeza literalmente por cosas como Teledeum, ahora lo consideran un baluarte de la libertad). El año pasado se le encargó La torna de la torna con alumnos del Lliure, lo que no puede ser más oficial en Cataluña. Por cierto, que este fustigador de los vicios de la burguesía catalana se ha apropiado de la propiedad de la obra, teóricamente colectiva, porque fue el único de Els Joglars al que se le ocurrió registrarla, como un vulgar votante de Convergència mirando la pela…
Comentario de C. Rancio — noviembre 13, 2007 @ 6:03 pm
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