La prensa del corazón, explicada
Jueves, 18 de septiembre de 2008
Cuando yo estaba en sexto curso había un muchacho en quinto al que todos llamaban Ippy. (…) Era precoz, inteligente y popular. (…) Pero entonces Ippy pasó a sexto. Y de repente, y sin ninguna razón aparente, todo el mundo decidió que le odiaba. Durante los dos años siguientes, Ippy fue atacado a diario sin piedad. (…) ¿Cómo fue posible que todo el mundo se pusiera de acuerdo en algo que nadie podía justificar?
(…)
Así funciona la cultura: te convences de que compartes algo que además no existe. Todos los días, programas de TV como Access Hollywood obligan a dos millones de amas de casa a preguntarse a quién le importa con quién se ha acostado Lindsey Lohan. ¿Y sabes cuál es la respuesta? Prácticamente a nadie. (…) Pero aun así es algo que tienen que saber. Eso se debe a que todas esas personas se interesan muchísimo por otra cuestión: les preocupa la posibilidad de que todo el mundo sepa algo que ellas ignoran. Y ese es el mismo miedo que me hizo odiar a una persona tan absolutamente amable de 1985 a 1986.
Chuck Klosterman, en Pégate un tiro para sobrevivir.
Ed. Mondadori, 2006.
Págs 79-81
Klosterman es todo un personaje. Si te paras a pensarlo dos veces, seguramente te acabará pareciendo un gilipollas, pero escribe de una manera en la que todo lo que cuenta parece interesante.
Comentario de Interior Noche — septiembre 18, 2008 @ 2:27 pm
A mi Klosterman me apasiona. Me he leido tres libros suyos, todos con muchisimo gusto.
Comentario de Raul Sensato — septiembre 18, 2008 @ 3:20 pm
¿Ya se ha puesto con la novela?
Yo la espero IMPACIENTE. Puto preordereo, que ya van 10 días y ni noticias.
Comentario de HT — septiembre 25, 2008 @ 7:30 pm
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