La hiperpresencia de la felicidad
Lunes, 19 de enero de 2009
«Hace un par de años, le dije: en la vida real eres un tipo muy gracioso. Tu trabajo podría ser más divertido. ¿Por qué no haces un proyecto donde salga a la luz esa parte de tu personalidad, algo más alegre y más divertido»
«La gente feliz ya tiene muchas obras para ellos. Toda la cultura [actual] está organizada para la gente feliz. La gente infeliz también necesita algo».
El genial autor Chris Ware,
entrevistado en la revista Wizard num. 208
Ya saben. Las sonrisas están bien. Las sonrisas todo el tiempo son un artificio que por omnipresente se nos ha convertido en invisible.
Son pocos los que se resisten a un mundo con azafatas. «Eso es muy triste». «Eso no vende». «No hagas eso». Una pausa para publicidad con más gente que sonríe. No cambien de canal.
Bola extra: Un ejemplo de su extraordinaria composición. Pulsen para ampliar:
Lo curioso es que sin infelicidad no habria cultura.
Comentario de Dr Zito — enero 19, 2009 @ 3:00 pm
Ilumíneme, yo siempre he pensado que más bien era al contrario: la hiperpresencia de la felicidad en la ficción para compensar la hiperpesencia de la infelicidad en la realidad
Comentario de Don Lindyhomer — enero 19, 2009 @ 6:11 pm
Ponga en paralelo a las modelos-actrices: ¿es para guapear el mundo o es porque las chicas guapas son neutras, es decir, se parecen a nuestro ideal de chica, ese original que confundió a platón para crear el mito de la caverna? Las manzanas perfectas de los anuncios se parecen más a nuestra idea de manzana. Chocan menos.
Ahora bien, sobre la felicidad la cosa cambia porque no es un estándar, sino un horizonte. Compramos productos que asustan pero no productos que deprimen (Bueno, yo si, porque consumo cualquier cosa que haga Ware, pero ya me entienden). La felicidad de ficcion no compensa la infelicidad real (¡recuerde lkos culebrones!) ni la creación viene de la infelicidad (aunque sea un mito muy extendido). La felicidad se ha definido como campo de juego por «volumen de consumo», de tal manera que solo hay productos para los infelices en los medios «alternativos» o «independientes». O sea, poca.
Tal y como lo pintan, consumir obras depresivas sería una desviación kitsch. Y no es así. Es otro campo más. Ese asfaltado de «lo feliz» es el que retrata Ware en la frase. Tal y como yo la he leido.
Comentario de Raul Sensato — enero 19, 2009 @ 7:11 pm
«y los felices y los infelices suben directamente a los hipódromos eternos por la escalerilla del anillador de gaviotas»
Mestre
Comentario de Luna — enero 19, 2009 @ 7:48 pm
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