Matematizando el cariño
Martes, 14 de abril de 2009
De los creadores del concepto «tiempo de calidad» (esa excusa fabricada para los padres que no pasaban bastante tiempo con sus hijos como les gustaría), ahora llega:
Si alguna vez se ha preguntado por la caricia perfecta, un grupo de científicos suecos y estadounidenses ha dado con la clave: una persona debe ser acariciada a una velocidad de entre cuatro y cinco centímetros por segundo para sentir placer. O dicho de otra manera, tal y como una madre hace con su hijo.
Para ello, el equipo analizó las respuestas nerviosas de 20 personas en el momento de recibir una caricia en el antebrazo; así, hallaron un tipo de fibra nerviosa (C-tactile) que se activa únicamente cuando dicha caricia se produce a una velocidad de entre cuatro y cinco centímetros por segundo. Si la caricia se hace más deprisa o más despacio, el tejido no se activará.
De esta noticia de El País
Y de esta manera, se crearon dos tipos de personas: las que ensayan para querer bien, y las que quieren de verdad. Y luego, esa desazón de no ligar pese a ponerse desodorante de esa marca tan buena. Pues nada, a disfrutar con esos robotitos que nos pasarán un trapo humedo a exactamente 4,876632 cm/seg. Esa máquina servirá para estimular los C-tactiles. Y así iremos avanzando.
Riesgos calculados, rentabilidad máxima, desanimalización (y por lo tanto, deshumanización).
¡Diox! ¡Vivimos en una gran sociedad!
Comentario de Reqviem — abril 14, 2009 @ 4:08 pm
RSS suscripcion a los comentarios de esta entrada. TrackBack URI
Deja tu comentario
Debes identificarte para comentar.