La crítica negativa en la era digital
Miércoles, 25 de mayo de 2011
Cuando en 2008 Javier Marías buscó su nombre en internet descubrió con asombro que los resultados que ofrecía el navegador eran, principalmente, ataques a sus textos. En un artículo que corrió como la pólvora, el escritor retrató el mundo digital como “una sobreabundancia de rabiosos y cabreados” que se amparaban en el anonimato de los nicks y se asomaban a su obra “con el solo ánimo de ponerla a caldo, en vez de abstenerse de seguirla leyendo”.
En nuestros días, la crítica negativa no es un accidente, sino una constante. Es fácil despreciarlo diciendo que es una cuestión de “mucho tiempo libre”, pero es más interesante plantear por qué se dedica tiempo al ataque de las obras no marginales, con lo bien que se está viendo películas o jugando a la consola. Así que la pregunta central es la que planteaba Marías: por qué no se mira a otra parte, por qué se hace público el rechazo.
En el ejemplar de hoy del suplemento Culturas de La Vanguardia publico un texto que busca explicar la extensión de la crítica negativa en internet, la motivación de la que los trolls son un extremo patológico, y la separación de estos tiempos con los anteriores. En suma; los trolls: por qué y por qué ahora.
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