Un pie de página de Joan Ripollés en el libro Ven y Mira me ha conducido al documental «Alarma!«, que acompaña al fotógrafo titular de la revista mexicana homónima.

En el recorrido se recorren las publicaciones de Nota Roja (es decir, de crímenes y venganzas) el culto a la Santísima muerte («a quien le rezan los ladrones pero también los policías»), las mujeres de veintiún dedos, las cinco cabezas de la pista de baile, las chicas cubanas que tal vez no saben dónde se anuncian, el hombre a quien le robaron la cara, y la redacción de titulares memorables como «violáronla y matáronla», que por algún motivo se lee en voz alta como «violarónla y matarónla».

Un trayecto en nueve partes que no puede dejar indiferente. Sólo para estómagos fuertes. Lo real está ahí fuera.

Bola extra: El mismo artículo tambíen dirige al documental «Hell’s Highway: The True Story of Highway Safety Films», un recorrido por las películas norteamericanas de seguridad vial que no escondían su pasión por el morbo. El arranque del vídeo lo dice todo:

«Era 1959.  El coche se había estampado contra un puente. El cuerpo se había quedado encajonado dentro, y sólo se podía ver desde un ángulo. La gente se bajó de los vehículos, y la cuestión es que se formó una cola de gente, de unos treinta metros, aguardando turno para mirar el cadáver. No sé cómo juzgarlo, pero me dije, tengo que hacer una película sobre accidentes»

Otro detalle memorable es que en aquella época, en EEUU, las ambulancias las gestionaban las funerarias. Y se tomaban -lógicamente- su tiempo para vestirse recién despertados por el teléfono y acudir al lugar del siniestro.