La política es la mentira (cita)
Viernes, 10 de febrero de 2006
«Si se me invita a escoger entre el comerciante y el bohemio, me quedo sin ninguno de los dos. Mas cuando la política se entroniza en la conciencia y preside toda nuestra vida mental, se convierte en un morbo gravísimo, La razón es clara. Mientras tomemos lo útil como útil, nada hay que objetar. Pero si esta preocupación por lo útil llega a constituir el hábito central de nuestra personalidad, cuando se trate de buscar lo verdadero tenderemos a confundirlo con lo útil. Y esto, hacer de la utilidad la verdad, es la definición de la mentira. El imperio de la política es, pues, el imperio de la mentira.
De todas las enseñanzas que la vida me ha proporcionado, la más acerba, más inquietante, más irritante para mí ha sido convencerme de que la especie menos frecuente sobre la tierra es la de los hombres veraces. Yo he buscado en torno, con mirada suplicante de náufrago los hombres a quienes importase la verdad, la pura verdad, lo que las cosas son por sí mismas, y apenas he hallado alguno. (…) No he hallado en derredor sino políticos, gentes a quienes no interesa ver el mundo como él es, dispuestas sólo a usar de las cosas como les conviene.»
Este texto, para el lector avispado, no presenta ninguna novedad. Pero de un tiempo a esta parte, cuando se dice que los políticos son mentirosos, y la política el reino de la mentira, siempre parece que sea una metáfora o una figura literaria, o que nos refiramos a una variante perversa pero particular del gremio. No es así.
Don José Ortega nos confirma que no es una figura literaria, sino una cuestión de naturaleza. La mentira y la política no son desligables. La política miente, y no es un insulto ni un símil.
A veces, es necesario recordarlo para no dejarse llevar por artificios.