Los voluntarios de las páginas
Viernes, 26 de junio de 2009
En la madrugada de anoche, el informativo de TVE mostraba una marabunta de personas que acudía al hospital donde acababa de morir Michael Jackson. Un plano desde un helicóptero mostraba calles cortadas con conos naranjas, coches mal aparcados por las medianas, y sobre todo, gente, mucha gente, acudiendo a la puerta del hospital. Evidentemente, me llamaba la atención. ¿A qué iba toda esa gente? ¿Qué les movía? Porque todos eran conscientes de que estaban colapsando un hospital. Imagínense que les llevan de urgencia allí.
Mientras se veían estas imágenes, los presentadores y la enviada especial a 4000 kilómetros del suceso (suceso en Los Angeles, enviada en Nueva York) intentaban dedicarle minutos a la muerte de Michael Jackson, y quedaba claro que no había información con la que jugar. Jackson tenía un telón de secretismo que hacía que no se manejara ningún detalle, sino generalidades de patio: que tiene muchos fans, que tuvo mucho éxito con Thriller, cosas de esas.
Ocho horas después, el programa de Ana Rosa Quintana está haciendo el mismo baile de marear el pato del vacío, pero entrando en terrenos más pantanosos, como leer la mente («quería ser blanco«) o comparar su longevidad con la de sus amigos («Liz Taylor, con todos los problemas que tiene, los va a enterrar a todos«).
El secretismo de Jackson es un problema para llenar páginas, que es como se mide en prensa las noticias importantes.
Es sabido que la mayoría de esas muchas páginas que cubren los eventos importantes, como las elecciones democráticas, los macroconciertos del ayuntamiento o las finales de la copa de europa, se dedican a relatar testimonios de los asistentes. Aunque no revelen gran cosa del suceso en sí, un par de páginas se dedican a dar fe de las frases de los seguidores que han venido en autocar, al mítin, al concierto, al partido.
Así que todas esas personas que acudían al hospital para nada, estaban acudiendo al hospital para alimentar el espacio en prensa del suceso. El secretismo de Jackson impide desarrollar el tema con detalle, así que alguien tiene que acudir para dar frases y llenar las páginas que conviertan el hecho en importante. La gente acudía a satisfacer el hambre de prensa de los demás. Y lo hacían en bloque. Qué maravilla de civilización.
Bola extra: El twitter es particularmente revelador hoy: desde la inquietud internetera de «no os lo vais a creer, pero he cerrado el twitter pa ver una peli y he pensado ‘seguro que palma alguien y no mentero’. zasca.» hasta el humor blanco-blanco: «SPOTIFY ha guardado un minuto de silencio, LO JURO.»
Bola extra 2: Según cuenta el Twitter de Virch, así ha rematado Ana Rosa Quintana su informe: «Dejamos el tema Michael Jackson porque vamos a hablar de un caso de pedofilia.» (via fluzo)
Cuando ha llegado Carmen de viaje a recogerme me dice ¿como has llevado el día? Y le digo, un poco chungo, toda la mañana haciendo humor negro sobre Michael Jackson…
Y se empieza a reir a carcajadas «Humor negro, dice… humor negro! que bueno!»…
Es impresionante ver cómo toda la conversación generada es sobre el mito, y mas que eso, sobre el mito del mito.
Comentario de Fernando — junio 27, 2009 @ 11:10 am
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