Esferas de significación: internet, drogas, generaciones
Jueves, 3 de noviembre de 2011
Según el análisis del especialista Roger Martínez Sanmartí, en el hedonismo tradicional, los ricos, los que más recursos económicos y materiales tenían, eran los que más posibilidades tenían también de gozar, ya que el goce, en la sociedad antigua, se basaba sólo en la satisfacción sensual directa. Por contra, el hedonismo de la sociedad moderna se basa en la capacidad de crear un mundo autónomo de significados y de ilusión, en fantasías de deseo y de consumo que trascienden la capacidad adquisitiva.
La «fiesta», con el uso recreativo de las drogas, exploraba los límites del concepto, y en ésta los hijos, de paso, actuaban de manera contraria a la que les vendían los padres
Joan M. Oleaque,
«En éxtasis – Drogas, música mákina y baile:
viaje a las entrañas de la fiesta»
(Ed. Ara, 2004). Pág 68
La nueva satisfacción en esferas de significación que escapan a la economía y al poder adquisitivo sigue a pleno rendimiento en la época digital. Es troncal en su funcionamiento. Las estatusferas que trazaba Wolfe al retratar el auge de Playboy fueron el último punto de contacto -con fricción visible- entre ambos espacios. Hay gente que no entiende esa separación, con el dinero a un lado y las esferas de significación al otro.
Bola extra: Este libro sobre La Historia del Bakalao me lo ha forzado Rubén Lardín, que se ha jartao de decirme que era extraordinario, y tenía razón. Para ponerle imagen a las palabras, recomiendo ver el vídeo «Hasta que el cuerpo aguante», un programa que Canal+ dedicó al fenómeno en 1993, y que la desidia del audiovisual español ha convertido en un documento seminal.
Tan seminal, que tres lustros después los facebookeros españoles se han volcado en encontrar (y han encontrado) a Emilio, al que mentan como «un referente del buen rollo».
No seré yo quien enmiende la plana a ruben lardín, pero me sorprende muchísimo que el autor de artículos tan infectos, desinformadores y desinformados como estos, pueda escribir un libro, siquiera decente, sobre nada
Las rebajas llegan a las drogas
Las pastillas vuelven a la noche
‘Nexus’, peligro inminente
Un libro excelente sobre la cultura de clubs que pasó sin pena ni gloria
Estado Alterado: La historia de la cultura del éxtasis y del acid house
Y, a años luz del moralismo mentecato de Oleaque, un trabajo fundamental
Spanish trip
La aventura psiquedélica en España
Comentario de ddaa — noviembre 3, 2011 @ 3:12 pm
La dignificación culturalista del asunto que pueda hacer cualquier libro, es interesante, pero todo se desmiente por la crudeza de la imagen de esa España eternamente en vías de desarrollo, de esa estética de cuneta, con la carpa de algún circo-miseria en quiebra, y ese paleto listo engañando a los paletos tontos, con su kit de modernidad: camiseta, entreda y condón, 7.000 ptas. Brutal.
Comentario de M. — noviembre 7, 2011 @ 6:07 pm
Si atiendo al libro, entiendo que confunde usted el auge con el declive. Cuando, citando al autor, «lo jodieron los de Madrid». El libro diferencia ambos periodos nítidamente.
Comentario de R. Sensato — noviembre 7, 2011 @ 7:55 pm
Siendo simple, no entiendo la referencia de las drogas para extender el goce a todos sin necesidad de tener poder adquisitivo.
De hecho, el mayor freno a las drogas que tuve en mi época universitaria el pastón que hacía falta para drogarse: para salir una noche de coca o de pastillas, necesitabas lo mismo que para salir tres meses de calimocho.
Supongo que el contexto bakalaero no es de universitarios, que sí que íbamos pelaos, sino de curritos de los que manejan pasta desde los 16, esa «inversión de clase» que se produce (producía, porque hoy es inviable) a los 20 años cuando tu poder adquisitivo no depende ni de tu origen familiar, ni de la cultura que tengas, sólo de los años que llevas trabajando.
Comentario de Fernando — noviembre 14, 2011 @ 4:52 pm
RSS suscripcion a los comentarios de esta entrada. TrackBack URI
Deja tu comentario
Debes identificarte para comentar.