El síndrome Ana Rosa llega a las porras y a las pistolas
Miércoles, 13 de septiembre de 2006
El sindrome Ana Rosa (detallado aqui) no sólo sigue vivo, sino que se prodiga en uno de los sitios más inquietantes: los altos cargos de la seguridad del estado.
No es ese el problema. Es una cagada y punto. Conozco a gente a las que se les ha colado en presentación ante cliente, alguna foto pornográfica. Ya está. Un error. Pero claro, es que es homosexual, y de sexo duro. Eso no puede estar ahi por voluntad de alguien. Claro.
(y es que además da igual. Los ordenadores policiales con fotos peder@stas no son un problema en los informativos. Y bien que se muestra al agente en su oficina, repasándolas.)
Pero no. En lugar de deir que es un error, se acude al síndrome Ana Rosa.
El acudir al «virus informático» y al «ordenador que hace lo que quiere» -acudir públicamente- significa que entre ellos es una explicación que se da por buena.
Tengo mucho miedo. Luego pasa lo que pasa