Una historia sueca
Jueves, 28 de diciembre de 2006
El que ven arriba es un sueco a punto de casarse. En Suecia todavía se estila que los amigotes secuestren al novio y se lo lleven a algún rincón desconocido. Allí celebran una larga despedida de soltero que dura todo el día y toda la noche. Basicamente, sales, te emborrachas y contratas a una señorita que se desnude en público, como aquí. Y como aquí, es tradición poner en apuros al novio, vistiéndole de cosas ridículas, pintándole a lo loco mientras duerme o poniéndole en serios bretes. Seguro que han visto despedidas de soltero con el novio malvestido de mujer y con un cartel que dice «m@madas gratis». Saben a lo que me refiero.
Nuestro protagonista (ver arriba) es un experto marinero, de modo que sus amigos le pegaron una falsa barba de «Capitan Pescanova», y le pusieron como capitán de un yate de 15 metros e eslora.
Se bebió mucha cerveza y se comió abundantemente, pero nada desagradable sucedía con el novio, que, la verdad, estaba bastante mosca. Y la fiesta seguía y seguía de una manera digamos normal. Risas, comida y conversación.
Cuando volvieron a tierra fueron a arreglarse para salir de noche, y se fueron a la sauna, como es habitual en Suecia. Cuando el novio entró en la sauna, sus amigos le esperaban ya desnudos, y se fijó en que el primero de ellos no tenía vello púbico…
…ni el segundo, ni el tercero, ni el cuarto…
…y entonces se echó mano a la barba falsa…
…feliz día de los inocentes.
[…] La propuesta está aquí. ¿tienen algo mejor que hacer con su vello púbico? Aquí ya les propusimos esto. […]
Pingback de No Recomendable » Un portátil, miel y [tu] vello púbico — noviembre 29, 2007 @ 3:04 pm
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