Ahora está, ahora ya no está. Ríanse de Ocean’s eleven.

El mago mediático David Copperfield hizo el mejor truco de la historia llevandose al huerto a la modelo Claudia Schiffer (como conmemora esta célebre canción de Los Planetas) pero la fama la consiguió haciendo desaparecer objetos de gran formato, como la Estatua de la libertad o aviones de pasajeros.

Pero parece que lo de hacer aparecer y desaparecer aviones comerciales no es tan dificil. Me explico:

El 30 de abril, apareció un Boeing en mitad de la calle en Bombay. Su destino era Nueva Delhi, pero el transportista lo dejó tirado en mitad de la calzada, porque metió el gigantesco aparato en donde no debía, y se encontró un paso demasiado bajo para pasar por él. Demasiado tarde, pues no podía dar la vuelta en aquella ‘trampa’, decía la noticia.

Lo asombroso en los días siguientes es que nadie asumía su responsabilidad. Ni la compañía a la que pertenecía el vetusto avión, Air Sahara, ni las autoridades, ni nadie que visite la zona. Nadie se responsabilizaba de quitarlo de ahí. Pues así una semana.

Pues ahora el avión ha desaparecido y no se sabe quién se lo ha llevado.

Ríanse ustedes de los carteristas hábiles y los ladrones silenciosos. Y ríanse de David Copperfield, que se aseguraba de que no hubiera nadie mirando la parte de atrás del truco. Este es mejor, en plena calle, rodeado de civiles. Ahora, solo les queda el truco de la supermodelo.