Comestibles en Bangkok
Viernes, 1 de junio de 2007
Esto que ven no es maquillaje ni atrezzo para cine. No es decoración para el túnel del horror. Pero tampoco es una sala de anatomía forense.
Lo que ven son pasteles. Pasteles gore, para seudocaníbales dulzones.
Nuestro hombre se llama Kittiwat Unarrom y regenta una panadería en Tailandia. En la pastelería en general hay mucho gusto por el hiperrealismo, vean esos pasteles de boda con fieles reconstrucciones de animales, celebridades y obras de arte Kittiwat guarda esa tradición como excelente artesano del realismo dulce. Pero me temo que hay pocas bodas que han elegido a este detallista, y habrán optado por cisnes bastante menos cuidados.
Sinceramente, yo prefiero este tipo de hiperrealismo. Mientras el resto de los comensales buscan bolsas de papel para llevarse a la boca, mi ración de postre iba a incrementarse considerablemente. El higadillo, eso sí, lo comería regado con un buen Chianti. Bon apetit.