La modernidá, en telegráfico
Miércoles, 14 de noviembre de 2007
Sería interesante que la definición literaria-intencional de posmodernismo («yo soy escritor posmoderno porque quiero») se complementara con una visión más social-pragmática. Tal como yo lo veo, uno es posmoderno no porque haya leído un artículo de Derrida o el último número de Neo2, sino porque vive en un medio en que sus deseos y aspiraciones han sido acelerados a la velocidad del consumo, en que los criterios de legitimación y valor que solíamos llamar «modernos» han sido sustituidos por otros creados por los mass media, en que la geografía está más determinada por las corporaciones que por los Estados-Nación, en que se está sometido a políticas de control y legislaciones que difícilmente pueden seguir llamándose modernas. (I.e., ya que hablamos de ciencia: la posibilidad legal de patentar seres humanos -microbios modificados genéticamente- viene a cuestionar la distinción moderna entre «vida natural» y «producto comercial»). Todo esto es, hasta donde yo puedo ver, una realidad envolvente, que no es paranoia de Derrida sino que existe.
El maestro Eloy Fernandez Porta,
citado en el blog del gran Alvy Singer.
Sigan leyendo aquí, que es para no perdérselo. ¡Y es un comentario de Blog! ¡Qué forma de soltar las cosas como si nada! ¡Un maestro!
Actualización: la discusión entera (kilométrica y sabrosa) esta en este vínculo.
Espléndido. Y los popes consegrados papando moscas. Yo tengo mi teoría sobre porqué no se habla de un posmodernismo literario español, pero sería largo y pesado y tengo expedientes que tramitar.
Comentario de C. Rancio — noviembre 14, 2007 @ 1:47 pm
Tramite, tramite, y luego busque un hueco…
Comentario de Raul Sensato — noviembre 14, 2007 @ 1:52 pm
Iría en la línea de que hay una lectura determinada de la historia de la cultura española, que viene de lejos y que adquiere su forma oficial con Menéndez Pidal, y que dice que la literatura española tiene un carácter dominante, y que ese carácter es el realismo. Todo lo que no encaja con el perfil se olvida o se obvia, con lo que nos encontramos con que los libros de caballerías, o sea el género que entretuvo a todo al país durante siglo y medio, no tiene lugar en el canon, con que del mismo Cervantes se olvida el Persiles y con que a un tipo como Ramón Gómez de la Serna no se sabe donde ponerlo. En esta visión de la literatura española, no hay forma de meter lo posmoderno ni con calzador.
Comentario de C. Rancio — noviembre 14, 2007 @ 9:46 pm
Pues tiene usted más razón que un santo. Ponga unas cuantas citas, y tiene usted un texto digno de este blog, o según la extensión, de Mondo Brutto. Póngase, por dios.
Comentario de Raul Sensato — noviembre 15, 2007 @ 1:59 pm
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