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post ¿Qué es una españolada?

Domingo, 15 de febrero de 2009

Raul Sensato a eso de las 11:40 am

Probablemente, no es lo que ustedes piensan.

Lo desvela el capítulo 19 de Reflexiones de Repronto: «Españolada«.

Españolada

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post Nerea Camacho y la generación que viene

Martes, 3 de febrero de 2009

Raul Sensato a eso de las 10:16 am

No doy crédito de lo lúcidos que vienen los jóvenes. Y ya no es sólo una cuestión del calibre tremendo de gente como Alvy Singer o Salanova, que aún no cumplen viente años y ya tienen un bagaje y manejan unas referencias que dejan en evidencia a los más pintados. La cosa va más allá de los intelectuales jasp vocacionales. Miren.

En un momento sublime de la televisión nacional, la actriz Nerea Camacho, que ni siquiera ha entrado en la adolescencia, tuvo estos dos gloriosos desplantes a una conocida reportera, merecidos y deslumbrantes, porque los chavales que vienen se dan cuenta de que deben poner en su sitio a los reporteros que meten la palabra YO al hablar de los otros, y de los galardones de otros.

Vean los segmentos 2:55 a 3:05, y 4:23 a 4:35  del vídeo de abajo

La protagonista de Camino no cae en a trampa del YO, y se lo planta en la cara a la reportera, toma tras toma.

Como dejando claro: «No estamos hablado de tí, bonita; no quieras ser el niño en el bautizo y el muerto en el entierro«.

Una maravilla.  Así vienen las nuevas generaciones. Con cabeza.

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post La tercera ola

Miércoles, 17 de diciembre de 2008

Raul Sensato a eso de las 8:03 am

el cartel de la peli

Ayer ví la película alemana La Ola. Recuerda a El Experimento, la cinta también alemana en el que un simulacro de cárcel lleva a los participantes a practicar el abuso de poder. La Ola trata de lo fácil que es conseguir que un grupo de personas, ante una persona que tiene poder ante ellos -en este caso, un profesor frente a sus alumnos- termine derivando en un grupo de tendencias fascistas. Las dos películas abundan en la misma idea, y tal vez Alemania es la que está dedicando más metraje a la vacunación de las tendencias sociales peligrosas.

La película arranca con un visible «basado en hechos reales», y he encontrado -con cierta sorpresa- el relato (¡en primera persona!) del profesor que llevó a cabo la experiencia original. Que sucedió en 1969.

El profesor Ron Jones, en el instituto estadounidense de Cubberley, montó en siete días un grupo de doscientas personas muy similar al que aparece en el cartel, que se llamó la tercera ola, y que tenía un saludo ligeramente distinto. Y todo, simplemente por responder a la pregunta de un alumno.

El espectacular relato de Ron Jones se puede leer en su inglés original aquí.  De efecto óptimo tras el visionado de la cinta alemana. Si la película nos hace preguntarnos cómo demonios se sale de semejante fregado, el relato real nos muestra el poder de la televisión, para montar, y para desmontar.

Clasificado como: cine

post Visionados de fin de semana: Zeitgeist Addendum

Viernes, 28 de noviembre de 2008

Raul Sensato a eso de las 11:33 am

La primera hora de película me ha parecido extraordinaria. Estos subtítulos en español no son todo lo acertados que deberían, de modo que los que sepan inglés, mejor diríjanse aquí.

Los demás, acomódense en sus asientos, y pulsen play:

La página oficial de la película está http://www.zeitgeistmovie.com/.

post A todas las personas que lloraron con E.T.

Martes, 25 de noviembre de 2008

Raul Sensato a eso de las 8:54 am

esos alienígenas locos

Esta imagen pone en su sitio la llegada de los vigilantes asépticos, y explica por qué las personas con las sienes en su sitio nunca entendieron a las que lloraban en el cine.

El autor de la ilustración es Jason D’Aquino

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post Honores para Jess Franco

Miércoles, 19 de noviembre de 2008

Raul Sensato a eso de las 3:10 pm

Jess Franco experience

«La Academia de Cine de España ha decidido conceder a Jesús Franco, director, guionista, productor, actor, montador y músico, especialista en el género de terror erótico, el Goya de Honor 2008, galardón que recogerá el 1 de febrero durante la gala de entrega de XXIII Premios Goya.»

Noticia Aquí.

«En España, el que resiste, gana»

Camilo José Cela, en su discurso de recepción del Premio Príncipe de Asturias 1987

Tienen una entrevista con Don Jesús aquí. Ya les digo que la internet ha sido más cariñosa (y reivindicativa) con Jess de lo que lo han sido los medios. Como muestra, un botón.

Aunque el botón mejor, el galón digamos, tal vez sea el Franconomicón que dirige Alex Zinéfilo.

post Un cucuruchito de maní

Jueves, 9 de octubre de 2008

Raul Sensato a eso de las 10:07 am

Don Antonio Machin, 1930.

Poquísima broma. Estas son las piezas que justifican el tutubismo.

Visto en el blog de Melodías Pizarras

Bola extra: Melodías Pizarras es un programa de radio que se emite en RNE y que es de lo mejorcito de las ondas españolas, por singular y por acertado.

Aquí Papel Continuo les cuenta más cosas y les ofrece archivos para descarga. El tema «La atómica humana», entre otros muchos, no se me va de la cabeza.

Clasificado como: cine,con_video,musica

post Sinécdoque con luces de discoteca

Miércoles, 8 de octubre de 2008

Raul Sensato a eso de las 9:06 am

el nuevo estandar de las canas

El mundo es raro. En este festival de Sitges estaba en una fiesta en la que todo estaba cambiado. Yo habría dado un brazo por coincidir casualmente con el guionista (y ya director) Charlie Kaufman, que recibe un premio del festival, pero en su lugar estaban dos personas con las que el telespectador medio habría sido feliz: Elsa Pataky (para ellos) y Leonardo Sbaraglia (para ellas).

Ambos me confirmaban eso que todos sabemos. Les cuento. Tengo un amigo que es idéntico a Sbaraglia. No se hacen ustedes una idea: la madre de mi amigo, una profesora de interpretación en Argentina que tuvo a Sbaraglia como alumno, tenía problemas para diferenciarlos. No bromeo. La cuestión es que mi amigo, argentino afincado en Barcelona, no hace girar una sola cabeza por la calle. Lo que interesa de Pataky y de Sabaraglia es lo que no tienes delante. Es la ficción. La realidad es otra cosa. Ya les digo que la pasión por Pataky que se difunde regularmente en las locuciones de TVE contrasta con el objeto real. Tienen piezas igual de buenas o mejores en su discoteca más cercana. Simplemente, les falta lo que no está. Que también manda narices (*).

Insisto en que diez minutos con Kaufman me habrían hecho más ilusión que diez minutos íntimos con cualquiera de ellos, o con ambos simultáneamente. Y lo sabía especialmente porque en la fiesta no podía dejar de fijarme en el acompañante de Pataky. Que era igual que otro que cruzaba hacia aquí, y otro que marchaba hacia allá. Mientras media fiesta fingía no fijarse en las estrellas, yo estaba a absorto en esa invasión de imitadores de Flavio Briatore.

Toda persona con canas estaba concienzudamente vestido y peinado para lo que parecía ser La noche de los Briatores vivientes.

En cierta manera, es una cosa a celebrar. O sea, Briatore, al parecer, ha establecido un estándar que era en cierta manera inimaginable: el sexagenario enrrollado con ganas de marcha.

Pónganse en el lugar de todos esos señores. Hasta ahora, eran mal vistos cada vez que entraban en una discoteca. Si llevabas traje, mal. Si te vestías de moderno, peor. Si lucías chaquetita de capitán de yate, ni les cuento. Y de pronto, ha aparecido esa luz en el horizonte y toda persona con pelo blanco de la discoteca -y no eran ni dos, ni cinco- se arreglaban como concursantes del Briatore Look-Alike.

Me habría gustado coincidir con Kaufman y preguntarle si veía similitudes entre el deseo de ser Briatore y el deseo de meterse en la mente de John Malkovich (por su película). Seguramente, habría matado la conversación con una sola frase («who the fuck is Flavio Briatore?»), y se habría dedicado a mirar el culo de Pataky, porque para Kaufman probablemente era una chica de discoteca, sin ficción detrás. A Kaufman le vas a vender ficción. Anda, que no.

Me fascina esta nueva tribu geriatricourbana de clones de Flavio Briatore. No hay que olvidar que el viejo verde, pese a su mala fama, es ley de vida. Mientras envejeces, te siguen gustando las mismas chicas; simplemente, añades nuevos modelos al catálogo. La duda principal es si, cuando yo peine canas, habrá desaparecido la tribu Briatore, si se mantendrá con salud, o si aparecerán nuevas variantes y tendremos toda una gama de estilos de pelo blanco con ganas de marcha. Todas las opciones me producen, simultáneamente, depresión y satisfacción.

(*) Otra cosa es, por ejemplo, Pilar Rubio, que en vivo es tan rotunda como en pantalla. Pero estas cosas se dan poco.

Sí, el título de la entrada
viene de otra peli de Kaufman.

post Trailer de Camino, la próxima película de Javier Fesser

Miércoles, 16 de julio de 2008

Raul Sensato a eso de las 4:56 pm

frame de camino

Camino, la nueva película de Javier Fesser.

Un ataque a la línea de flotación de los fanáticos religiosos españoles.

Atentos al estreno, que habrá lío.

(Por si no lo recuerdan, Javier Fesser fue el director de El Milagro de P.Tinto y de La gran aventura de Mortadelo y Filemón).

Recuerden. Lo vieron primero aquí.

Clasificado como: cine

post Los cronocrímenes, rebobinando

Miércoles, 2 de julio de 2008

Raul Sensato a eso de las 4:07 pm

Los cronocrímenes es una película estupenda de Nacho Vigalondo. Si no la han visto, dejen de leer y acudan a su sala más cercana. Lo que viene a continuación destripa la peli: incluye, como diría Alvy Singer, espoileracos. Y ustedes quieren ver la peli sin saber nada excepto el título. Créanme. Hasta luego.

¿Sólo quedamos los que ya la han visto? Procedamos, entonces.

cartel alternativo

Hay dos teorías sobre los viajes temporales. Una dice que ya sabemos que nunca habrá máquinas del tiempo, porque si se pudiera viajar en el tiempo, ya lo sabríamos. Yo soy de esa creencia.

Hay otra que dice que sólo se puede viajar en el tiempo desde el momento en que existe una máquina del tiempo. Esa es la teoría de los cronocrímenes. Y es una teoría que, por obligación, incluye un corolario que aparece en la película. El investigador que la desarrolle no tiene tiempo de comprobar si la máquina funciona. En el mismo momento en que se conecta, empieza a aparecer gente. (Gente, en el mejor de los casos.)

Después de ver la peli, acudí a la web de la película. Allí vi a los ganadores del concurso, cuyo premio era un viaje en el tiempo y cuyo resultado era un vuelo a las canarias, donde viven una hora antes. Los viajes en el tiempo, como ven, tienen siempre muchas lecturas.

En particular me interesó la crítica de la película que hizo Jordi Costa para el diario El País. Allí decía que

Nacho Vigalondo ha hecho la primera película española genuinamente adscrita al género de la ciencia- ficción. Podría sonar como un chiste decir que Los cronocrimenes es la mejor película de ciencia-ficción en la historia del cine español, porque este debut no tiene modelos con los que batirse y / o medirse.

Ese titular, «la mejor película española de ciencia ficción», ya es sobresaliente. Principalmente porque Costa es un titán que tiene como costumbre equivocarse poco.

Pero la parte de la crítica de Costa que más me interesaba era otra frase aparentemente al azar. Me explico.

El motor de arranque de la película es una chica desnuda en el bosque. Cuando la cámara entra en el motivo por el que se desnuda, descubrimos que es por ningún motivo en particular: es para reconstruir ese primer visionado.

Nadie toma la decisión de que la chica se desnude.
No es ninguna decisión. Sale, literalmente, de la nada.

Este tipo de bucles son los que a mi más me descolocan, así que pasé buena parte del segundo rollo agarrado a ese desnudo. Específicamente, me planteaba que tal vez no era el número dos el que le preparaba el escenario al número uno, sino que la chica era otra viajera en el tiempo que estaba ejecutando sobre Héctor la estructura necesaria para conseguir unos objetivos que aún desconocíamos. Sería la misma estructura repetida perversamente. En parte tenía razón, pero finalmente no era la chica. Lo que me dejaba de nuevo en el mismo lugar. ¿De dónde salía ese desnudo?

La respuesta la daba Costa en su crítica en esta frase aparentemente trivial:

A esta miniatura esquinada de viajes en el tiempo hay que darle, precisamente, tiempo, volver a ella para descubrir los matices de su juego, sus múltiples lecturas, entre la metaficción (su desmontaje de situaciones y arquetipos es soberbio) y la metáfora psicoanalítica (el héroe de la película construye y destruye su propia fantasía sexual para sobrevivir).

El desnudo en el campo era la fantasía erótica del protagonista, que ya desde el principio era un mirón que dirigía sus prismáticos al campo no precisamente para ver plantas. Pero la frase de Costa, al dar una respuesta, generaba dos preguntas: la primera es, ese sobrevivir que dice, ¿es sobrevivir a la aventura de la película, o bien sobrevivir a su vida normal? (Como al final de la película retoma su vida normal, suponemos que ese sobrevivir es a la aventura, pero ya les digo que Costa tiene unos ojos más agudos que los míos). La segunda es: ¿quién genera la fantasía? O mejor dicho ¿quién la lleva a cabo? Las dos preguntas me devolvían al bucle inicial. El protagonista debía sobrevivir a una aventura que comenzaba con una chica que se desnuda. La fantasía se materializaba, pero nadie tomaba la decisión de realizarla. Ahora sabía que era la fantasía del protagonista, pero las dudas quedaban intactas.

Vigalondo resume la cinta diciendo que cuando somos más hijos de puta es cuando nos enfrentamos a nosotros mismos, que es un eslógan que describe las guerras civiles. Pero el hijoputa que desnuda a una tía porque sabe que es un cebo seguro, es el mismo hijoputa que, enmarcándose los ojos con los dedos, nos había demostrado que quería sobre todo ser fiel al guión, léase, al pasado, léase, al futuro.

Todo lo anterior, inconscientemente, me sigue diciendo que la culpa de todo la tiene la chica. Probablemente, porque es de la que sabemos menos cosas. Probablemente, porque ese vacío me permite pintar dentro lo que considere oportuno. O probablemente, porque me ponen una chica guapa desnuda y no puedo pensar en otra cosa.

Lo más admirable de los Cronocrímenes es que todo tiene múltiples lecturas. Su desarrollo en tiempo real (que es el tipo de película que más me gusta, aunque sean romanticonas pastosas como Antes del Atardecer) es a la vez «en tiempo real repitiendo tiempos», convirtiendo la expresión «tiempo real» en un doble juego de palabras.

Vigalondo hace el retruécano de encarnar a un personaje que actúa, y no sabemos si Vigalondo intérprete es un gran actor que clava ser alguien que actúa o si es un actor solvente al que se le intuye la interpretación. Todo en la película sale de lo banal y roza lo magistral. Todo tiene espejos. Y tras alguno de esos, está la respuesta a mi duda que lo origina todo. Quién, y cuando, decide que haya una chica desnuda en el bosque. La opción dos es que la reproducción tenga vida propia. Ese sería otro discurso.

Bola extra:

«El problema de Internet es que no puedes esconderte. Tienes que aprender a que te den. La gente te ama o te odia sin conocerte. No es la primera vez que alguien, después de charlar un rato conmigo, me reconoce que no me parezco en nada a lo que se imaginaba de mí, que soy majo. O que me discuten que yo he dicho algo -alguna barbaridad- que en mi vida he soltado»

Vigalondo, aquí.

Bola extra 2: Mi también admirado Grant Morrison ha enunciado en Final Crisis num.2 cómo es el cronocrimen perfecto.

Lo que viaja en el tiempo es la bala. No deja rastro.

Me gusta la idea.

Bola extra 3: ¿Mi historia favorita de viajes en el tiempo? Cronocops, de Alan Moore y Dave Gibbons. Incluida en este tomo.

Clasificado como: cine,citas,consumo

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