Según el análisis del especialista Roger Martínez Sanmartí, en el hedonismo tradicional, los ricos, los que más recursos económicos y materiales tenían, eran los que más posibilidades tenían también de gozar, ya que el goce, en la sociedad antigua, se basaba sólo en la satisfacción sensual directa. Por contra, el hedonismo de la sociedad moderna se basa en la capacidad de crear un mundo autónomo de significados y de ilusión, en fantasías de deseo y de consumo que trascienden la capacidad adquisitiva.
La «fiesta», con el uso recreativo de las drogas, exploraba los límites del concepto, y en ésta los hijos, de paso, actuaban de manera contraria a la que les vendían los padres
Joan M. Oleaque,
«En éxtasis – Drogas, música mákina y baile:
viaje a las entrañas de la fiesta»
(Ed. Ara, 2004). Pág 68
La nueva satisfacción en esferas de significación que escapan a la economía y al poder adquisitivo sigue a pleno rendimiento en la época digital. Es troncal en su funcionamiento. Las estatusferas que trazaba Wolfe al retratar el auge de Playboy fueron el último punto de contacto -con fricción visible- entre ambos espacios. Hay gente que no entiende esa separación, con el dinero a un lado y las esferas de significación al otro.
Bola extra: Este libro sobre La Historia del Bakalao me lo ha forzado Rubén Lardín, que se ha jartao de decirme que era extraordinario, y tenía razón. Para ponerle imagen a las palabras, recomiendo ver el vídeo «Hasta que el cuerpo aguante», un programa que Canal+ dedicó al fenómeno en 1993, y que la desidia del audiovisual español ha convertido en un documento seminal.
La imagen de arriba pertenece al número 152 de la revista Ondas, con fecha de portada 13 de mayo de 1928. Es un artículo de Ramon Gómez de la Serna, donde el autor español predice las propiedades de las ediciones digitales de los diarios. Y lo hace verdaderamente hasta el detalle. Al final pondremos el texto completo, pero destaquemos antes unos cuántos párrafos para el hombre con prisa:
Habrá varias ediciones al día, y aunque todas repetirán algunas noticias, tendrán novedades y últimas horas importantísimas.
El cronista de ese nuevo gran rotativo con onda continua estará de servicio permanente desde la mañana a la noche, dispuesto a pergeñar su crónica urgente en cuanto el teléfono de de la noticia temática.
Los telegramas llegarán al periódico radiado por el Morse, e inmediatamente, aún palpitante el titiriteo del Morse, serán traducidos y lanzados. Las noticias serán de lo más frescas que se han podido alcanzar nunca, y aún se sentirá el ruido del explosión en el mundo cuando se noticie la catástrofe explosiva.
La predicción nos trae a la cabeza de inmediato las portadas de diario con la torre gemela en pleno derrumbe, y con olas de maremoto. Incluso las fotos de partido de fútbol que se publican cuando el encuentro todavía está disputándose. Las ediciones web de los diarios, como predice Gómez de la Serna, se actualizan aunque no haya noticias tan importantes como para ocupar la portada. Tal y como señalaba, la actualidad traduce y lanza las novedades de inmediato.
Su predicción también incluye las retransmisiones vía Twitter, tan traídas en estas fechas en los diarios:
El crítico de teatros del gran rotativo ondífero estará en un palco durante la representación e irá dictando su juicio mientras sucede la obra. ¡Nada de ponerse de acuerdo en los pasillo, ni de dulcificar o agriar el juicio espontáneo!
También Ramón predice la colaboración via email, con una conexión remota que enviaría directamente a la redacción sus textos cuartilla por cuartilla:
Yo espero ser un repentista de ese periódico ondulado y por eso no me mudo de mi torreón, pues me será fácil que instalar un embudo directo con la redacción del futuro diario radiado para que por él vayan mis cuartillas una a una.
Y finalmente, adivina las hemerotecas y los buscadores, a los que retrata como bilbiotecarios que nos entregan ediciones «etereas» del pasado:
Ese obstáculo que pone el diario ondífero, la pereza y el deseo de crear dificultades, diciendo que si no se puede leer el periódico cuando sea radiado se quedarán sin su lectura millares de personas, desaparece diciendo que se repetirá el mismo periódico en dos o tres ediciones iguales a distinta hora, además de los suplementos de última hora (…) Existirá entonces una gran biblioteca, que se llamará «ondateca» y en ella estarán depositados los discos que serán de la última y definitiva emisión del número de cada día, pues eso no será costoso para una Empresa unificada y con tantísimos lectores
Como ven, el autor predijo ¡nada menos que en 1928! las propiedades que hoy las ediciones de Internet de los diarios muestran como absoluta novedad, desde las retransmisiones de las conferencias de Apple hasta las últimas horas de los conflictos remotos, pasando por el columnismo de opinión enviado desde la distancia.
Incluso con esa firme defensa, la visión de Gómez de la Serna y su precisión al prever las ediciones digitales de los diarios merecen su inclusión completa en este humilde rincón. Ahí les dejo el texto completo.
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EL NUEVO ROTATIVO
Con gesto de quien lee un periódico, se abrirá en el porvenir el gran rotativo de más de sesenta y cuatro páginas de ondas
La atención del que repasa el nuevo periódico se parecerá a la que se invierte en repasar los antiguos periódicos de papel y tinta; sino que las hojas de éste se transparentarán sobre el que lee como si estuviese escrito en caligrafía es del aire, en pendolismos de la ráfaga.
Esa entrada por debajo de la puerta, con ruido de cola de papel que se desliza por la breve rendija, ya no tendrá ese frufruteo de papel sino que será silencio e invisible colarse por entre burletes y hermetismos.
El roce del buzón y la gran carta del periódico ya no serán sino inmaterial anunciación que atravesará los cristales sin romperlos ni mancharlos.
Habrá varias ediciones al día, y aunque todas repetirán algunas noticias, tendrán novedades y últimas horas importantísimas.
El cronista de ese nuevo gran rotativo con onda continua estará de servicio permanente desde la mañana a la noche, dispuesto a pergeñar su crónica urgente en cuanto el teléfono de de la noticia temática.
Los telegramas llegarán al periódico radiado por el Morse, e inmediatamente, aún palpitante el titiriteo del Morse, serán traducidos y lanzados. Las noticias serán de lo más frescas que se han podido alcanzar nunca, y aún se sentirá el ruido del explosión en el mundo cuando se noticie la catástrofe explosiva.
El crítico de teatros del gran rotativo ondífero estará en un palco durante la representación e irá dictando su juicio mientras sucede la obra. ¡Nada de ponerse de acuerdo en los pasillo, ni de dulcificar o agriar el juicio espontáneo!
Hasta las esquelas de defunción llegarán inmediatas y tendrán como orla un asordado redoble de tambores lo bastante luctuoso para señalar que son noticias tristes.
Yo espero ser un repentista de ese periódico ondulado y por eso no me mudo de mi torreón, pues me será fácil que instalar un embudo directo con la redacción del futuro diario radiado para que por él vayan mis cuartillas una a una.
Ese obstáculo que pone el diario ondífero, la pereza y el deseo de crear dificultades, diciendo que si no se puede leer el periódico cuando sea radiado se quedarán sin su lectura millares de personas, desaparece diciendo que se repetirá el mismo periódico en dos o tres ediciones iguales a distinta hora, además de los suplementos de última hora.
– Pero, ¿y el que quiera volver sobre lo dicho en el número anterior el día siguiente, o quizás muchos días después?- pregunta aún el dificultoso.
Existirá entonces una gran biblioteca, que se llamará «ondateca» y en ella estarán depositados los discos que serán de la última y definitiva emisión del número de cada día, pues eso no será costoso para una Empresa unificada y con tantísimos lectores, y el bibliotecario pondrá en la cabina de repetición el disco atrasado y dará unos auriculares al «ondo-lector»
Ramón Gómez de la Serna
Revista Ondas, num. 152
13 de mayo de 1928.
Bola extra: pulsando la imagen del artículo, se amplía.
En el último ejemplar del Culturas de La Vanguardia hablo de Newstweek, un aparato que mete quirúrgicamente contenidos falsos en webs fiables dentro del ámbito de wifis públicas. Aquí tienen su sitio oficial.
El pasado 15 de julio impartí en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona esta conferencia sobre los Lemas y Consignas del movimiento 15M que pueden ver en el vídeo:
Como previo a la conferencia se publicó esta entrevista, donde hablo del lenguaje en el 15M:
El CCCB ha publicado los videos de toda la jornada Urgent #2 en este rincón. Notarán que yo he editado el vídeo de mi charla, eliminando problemas informáticos y asegurándome de que todas las pantallas que se proyectaron aparecen en el vídeo.
«He terminado mi tatoo social, con 152 avatares de mis amigos de Facebook! Me lo pensé mucho: estos no son todos mis amigos, solo las personas que más me importan. Conseguí su permiso y están muy orgullosos de aparecer en el tatuaje. Para mí representa quién soy ahora y el momento en el que vivimos».
Según esta noticia, parejas de distintos confines del mundo han bautizado a su criaturas como «Facebook» y como «Megusta».
La serie documental para Internet Tus Derechos 2.0 está creada por Sayaka Producciones bajo la producción de Nahikari Ipiña (productora de Arsénico Producciones) y la realización de Alejandro Pérez (director y guionista), y pretende abordar, ahora que el debate sobre los derechos de autor está tan candente, precisamente toda la problemática que engloba a los mismos desde distintas ópticas y áreas.
De la misma manera que los cantantes aparecen en prensa con la primera canción del concierto, salgo retratado en el único momento de la conferencia donde no trataba un contenido digital sino que hablaba de un elemento en papel. Arqueología en el ecosistema de los bloggers. Una paradoja temporal, de tiempo y de breve.
Pongan sus asientos verticales. Kahlo lucía una de esas pulseras de goma con formas, que son un misterio hasta que las sacas y las destrenzas y revelan ser un perro o un delfín o una mano con los dedos haciendo cuernos de concierto heavy. Hablamos de muertes, porque una tragedia absorbió todo el vuelo y recordó más tragedias; las amarguras se llaman, se asocian, aprovechan la ocasión para airearse. A la salida del avión, la maleta giratoria lucía la identificación de una persona equivocada, un nombre que tal vez llevaba días rotando en la cinta, bautizando a cada vuelo un nuevo bulto ajeno. El taxi nos dió directrices sobre la sidra, que es una bebida que hay que saber mear. Muy diurética, muy sana, yo y mi mujer nos tomamos una diaria, eso es sagrado, si tuvieran tiempo les llevaba yo a esa sidrería de aquí o mejor a aquel llagar, que la fabrican. Si te puedo llamar de tú, aquí cada perro se lame su pijo. Adelantamos el LABoral porque había cámaras y la televisión no espera. Fuimos al puentín de Deva, donde la película Volver a Empezar retrató un saldar la vida con las piernas colgando. Hacía un sol de justicia, de tirarse en césped, mientras recibíamos la mejor tortilla de patata del mundo en el más prestoso llugarín de la zona. Lucía nos había recorrido entero LABoral, con sus pasillos de bombillas y columnas de fluorescentes y sus hexágonos que cambiaban de orientación según la distancia a la que te encontrabas, y ahora nos corregía la posición de los vasos en los escanciadores. Este no es un listado exhaustivo. Aún no he mencionado a Luna, imagina.
Las jornadas se celebraban en un chillout, un modelo a escala de recepción con sofás. Los cojines voladores rimaban con los respaldos resbaladizos. El mapa celeste del Encuentro Interestelar de Bloggers agrupaba en los asientos por generaciones; en un rincón nos alineamos los repetidores. Nacho Escolar alternaba el Ipad con las entrevistas; Nacho Vigalondo lanzaba el chiste y nos denunciaba con gestos, gesticulando que nos echaran; yo, entre Nacho y Nacho, reía una risa que captaban los micrófonos de ambiente, que reconocían vía streaming. Fruela trajo bolsas de cervezas, y la segunda hornada la tuvimos que abrir contra los cantos de las cámaras refrigeradoras, hasta que Escolar desenterró su llavero abrebotellas, lo que le aseguró el centro gravitatorio. En cada viaje, se filtraba el calentamiento de Fernández Porta y Fernández Mallo, aún diría más, que apostillaban los de Hergé. Durante su recitado, la ginebra fue la primera baja. En un rondo de pantallas jugamos un cadáver exquisito formando una pirámide de blogueros, sentados sobre muslos que se sentaban sobre muslos para escribir a múltiples manos. Hubo bares, y hubo hotel.
Mi habitación tenía una buhardilla cuya persiana nunca supe cerrar y que permitía al sol del amanecer autoinvitarse a sus anchas. Desayuné con Fernández Mallo y hablamos de los Surfin’ Bichos y de Flavio Briatore, pero sobre todo de la picaresca del desayuno que retrasa la ducha y la del que acredita una habitación que no ocupa. Cuando nos identificamos, resultamos ser los corchetes del hotel, Agustín por abajo, yo por arriba. Cambiamos de pareja y continué el desayuno con Marta Claudine y Tones. Se unió Escolar, y fantaseamos con un canal matutino de analistas dolientes. El móvil me emplazó en la estación de trenes, donde los estancos te dan cambio en el máximo posible de metal.
Viajé hasta Oviedo por autopista; conducía Edu Galán, que había organizado una comida-tertulia de quilates alrededor de Antonio Rico, el comentarista de televisión de La Nueva España. La espera entre cervezas calentó la charla hasta completar el elenco: escritores y profesores universitarios que lo mismo hablaban de filosofía que de antropología que de la pronunciación exacta de civitas, que es kiuitas porque cuando se lee a Virgilio hay una musicalidad que lo revela todo. En orden de reloj, Domingo el hombre equilibrado, Tomás el que negaba la mayor, el Rico que proponía 21 días sobre 21 días, Fernando el lirista tranquilo, José el polemista gimnástico, Juan el historiador que recorre las civilizaciones en el cine, Edu el hombre que engarzaba el conjunto, que había alineado un grupo humano en el que celebrábamos la tertulia como destino de la tertulia, en estos tiempos en los que el interfaz digital dificulta la empatía, tenéis que ver la película, tu exposición de ayer muy bien, Kansas, era Kansas, pero no el lugar sino el verbo. Esta comida hay que repetirla, un placer, nos vemos pronto. El viaje de vuelta tuvo un desvío de guadaña y campo profundo, de camino sin salida vecino al tanatorio, de prisa por llegar al momento correcto porque yo tenía mi intervención en primera ronda en el día de los veteranos.
En el púlpito, Escolar mostraba una biografía que se modulaba con sucesos de blog, Vigalondo otra donde las bañeras y las bolsas de té te libran de la culpa por la simultaneidad, Marta otra donde tenía siempre un blog más cuando creías que los habías recorrido todos. En las pausas para los cigarros, se reordenaba el mapa estelar de los sofás. En twitter, las jornadas eran trending topic nacional mientras humoristas profesionales las comentaban en remoto. Yo hice una cuenta atrás, con dinamita dispuesta, que tenía truco para cuadrar el tiempo. Los repetidores no tuvimos plato para la cena, así que la tertulia resultó haber sido un plan de supervivencia.
Nos fuimos al Baruku en peregrinación de taxis, porque allí tenia que invocar a Elvis y a McCartney. Vino la plana mayor de los repetidores, y el hombreshock Popy Blasco, que me puntúa doble porque me vio hablar tarde y noche. Fui muy bien recibido por los gijoneses, y me huelo que es culpa de Fran Nixon, que ha logrado sin proponérselo que Repronto sea conocido allí: me paran en los bares y me dicen que me hacían menos alto, más de su propia estatura, en esa trampa de la pantalla. En el Baruku hice el Conspirapop remozado, entre cigarros y cervezas, pero antes vino la presentación más emotiva imaginable, mal juicio cuando uno mismo es al que le hacen el homenaje. El ordenador necesitó un reiniciado por un quítame aquí este mechero, pero la charla avanzó como la seda. Las carcajadas son un bálsamo cuando estás pidiendo a la audiencia que ahora te mire a ti y ahora a la pantalla porque no estáis alineados. El tenis de la conferencia convocó a la lluvia, a la salida.
En otro local, repartí recuerdos de Edu al jefe del bar que volvieron en círculo como recuerdos para mí de una cuarta persona. Seguidores reprontistas me retuvieron mientras la plana mayor se escindía en dos grupos. A eso de las cuatro, me había quedado solo, abandonado bajo la fría lluvia, como el perro peluche de la publicidad infantil. Fui rescatado por Javier, precisamente por Javier, el hombre de la presentación emotiva, toma casualidad y alineación, que cambió su plan de retiro al hogar por uno de rescate de mi noche. El grupo escindido resurgió de las sombras y volvió para ocupar la pista y ponerse a los platos. El jengibre. En algún momento, subió el jengibre. Nuestros sherpas gijoneses nos aterrizaron en el Bola Ocho en el momento cumbre de Justice. Hubo un intervalo de brazos arriba, de baile de sala, de segunda noche en la noche. En el hotel, mi instinto paternal luchaba con el sueño mientras desayunaba en primera ronda, antes de la cama. Una hora después, Luna bajaba con lentillas de emergencia puestas en la oscuridad mientras acotaba los niveles de azúcar, con Antonio ya lejos de aquel perfil Enero en Tel Aviv. Aún desayunaría por tercera vez, con Escolar y Pablo y Peirano, antes de cabalgar el último taxi. Nacho en la carretera me aleccionó sobre las fuentes y los silencios y Lady L; sobre lo decible y lo indecible. Tras el detector que lo volcaba todo, la sala de espera tuvo tres velocidades, con el correpasillos acelerado y el teletipista relajado y yo en alguna parte de enmedio, intentando reconstruir tanta diversión en las últimas 48 horas asturianas. Embarquen las filas 20 a la 35.
Mañana y pasado, un festival de los de no perderse. Tanto, que agotaron las entradas en pocas horas. El programa está aquí, por si quieren acercarse a ver si rezagados de última hora dejan su plaza.