El director de la Cátedra de Riesgo Cardiovascular de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, José Abellán, aseguró el martes en rueda de prensa que «lo que más protege al hombre de riesgos cardiovasculares es estar casado con una mujer que tenga dinero, cierto nivel de estudios y que no trabaje fuera de casa». […]
Ole. Ya no es sexismo, sino salud coronaria.
Como si lo viera: «nueve de cada diez catedráticos de riesgo cardiovascular recomiendan tener a la mujer en casa, de la cocina a la cama, y por el pasillo a patadas. Según los últimos congresos de la especialidad. el catedrático restante es un calzonazos».
Empezaron los estadounidenses y los israelíes con estudios científicos de este calado (Alfonso Arús decía hace una década en Arús con leche: «leeme cualquier estudio científico de cosas inexplicables que luego se queda en nada, y verás que siempre viene de una universidad israelí; se lo inventan»), y hemos acabado así. Con la máscara de ciencia, vendiendo ruedas de molino ultraconservadoras…
No es una frase oída a una seguidora del Partido Popular, que siguiendo a sus líderes llama a todo lo que se resiste a ser estadounidense «el eje del mal». Tía, no te saltes el eje es un cortometraje del dúo estrella Kike Narcea + Efraín Parrilla del que ya les hablé anteriormente, que hace metacine sin dar el coñazo y haciendo las cosas bien. Lo que les falta a la mayoría de los participantes en concursos de cortos.
El jurado, que sabe de cine y ha estado en unos cuantos, les ha concedido el Premio Ex Aequo del Jurado a la Mejor Película de Ficción del Notodofilmfest 2007.
Una reflexión de Higronauta centrándose en la cantidad de tinta del asalto a la universidad de Virginia frente a la cantidad de tinta invertida en narrar los horrores del Irak post-Aznar:
se consigue que un muerto en el Primer Mundo (si es que a estas alturas del lenguaje neocon todavía se sigue denominando así) tenga mucho más valor intrínseco que uno del Tercer Mundo. Obvio. Llámenlo costumbre, llámenlo proximidad (física o metafísica), llámenlo como gusten. Pero a día de hoy, está claro que es mucho más importante que la futura reina celtibérica esté a punto de romper aguas (si es que las princesas rompen aguas) que los ya clásicos, consabidos y aburridos muertos en Irak. Total, uno más uno menos, tampoco es que importe mucho desde la poltrona catódica del ciudadano de primera.
Escueta conclusión: 32 personas primermundistas muertas valen muchisisímo más que 655.000 irakíes muertos. Dónde vamos a parar…
Bola extra 2: Mi primera respuesta al pensamiento de Higronauta fue echarle la culpa a los periodistas, que dan la bienvenida a llenar páginas y páginas con material bien redactado que les llega por agencia. Llenar mediante el copiar-pegar. Una pereza con un fuerte olor a «colonia», es decir, a «conquistados».
Ahora bien, piensen si ustedes compran los periódicos que detallan las muertes en Irak. Cuando dicen que no son economicamente viables, ¿Dicen la verdad? Respondan como consumidores. A ver cuál es la última vez que compraron un libro, un cómic o un DVD iraquí.
Hace tiempo que está bien establecido que para la mente es mejor pagar un euro por todo un periódico que ir pagando 0.02 céntimos por cada párrafo que lees. El tener una idea constante de que todo cuesta algo acaba por agobiarnos en el instintivo proceso de «no cagarla progresivamente».
Esto que tienen superclaro con el dinero, parece opaco con la alimentación. Las personas que cuentan minuciosamente las calorías de sus ingestas acaban sistemáticamente de los nervios. Y eso que lo hacen al por mayor. De plato en plato, de comida en comida.
En un esfuerzo asombroso de aumentar la presión, vean la galleta de arriba, que presenta, impresa con tinta comestible, las propiedades nutricionales de sí misma. El equivalente dietético de pagar a céntimo cada párrafo leido. Una autopista hacia los nervios destrozados de las personas obesionadas con su aspecto. Igual es una forma de forzar la selección natural, porque encima hay bloggers que dan por buena la idea. Con su pan se lo coman.
Bola extra: ese «en anteriores entregas» es un homenaje al maestro Absence, que les ha preparado una crítica de tebeos guiándose únicamente por el olfato. No es una metáfora. Vean el vídeo aquí.
El gran Efraín Parrilla, al que perdí el rastro hace algún tiempo, ha vuelto a la superficie con la serie policíaca para internet Guris Guiris, que ya están tardando en visionar.
En los tres capítulos que llevan realizados, toman las series norteamericanas dobladas y les dan un giro más de tuerca: lo realizan aquí, con banderas americanas e insertos de helicópteros y nubes de coches con sirena, con actores en español y traduciendo los rótulos de una manera fetén. En el primer capítulo, el rótulo «caustic revenge» es locutado como «pon la boca así». Y así todo.
Tienes que adorar una serie de polis en la que el malo maloso come pastelitos Pantera Rosa.
Efra es el tipo del retrete en el capítulo tres. La serie completa está en gurisguiris.com