De las secciones del programa APM, quizá la más celtibérica sea «El Mentalista», donde se muestra inconscientemente la sumisión y la jerarquía de la televisión: el jefe se impone al subordinado, que claudica y acata mediante la repetición. Un subrayar escalafones que tiene aspecto de eco. Ahí queda.
Cuando aún no conocía a Nacho Vigalondo, redacté en este sitio un comentario entusiasta sobre Los Cronocrímenes por tripa y por sintonia y por sinergia, como todo lo que se hace en este rincón. Porque ponía el dedo en lugares donde lo cegador era la paradoja. Luego resultó que esa cinta por una parte mancharía múltiples cosas con su influencia -entre ellas, mi serie de tv favorita- y resultó por otra que terminaría desayunando con Nacho y viajando a diferentes ciudades para gritarle a una pantalla. Esa primera parte sigue siendo la de la admiración; la de la segunda es ya la de la amistad. Cabe pensar que ambas me desautorizan para hablar de su ultima pelicula. Y más aún cuando mi nombre aparece en los agradecimientos sin que yo haya colaborado en nada, al menos conscientemente. Pero su extraterrestre me ha vuelto a tocar la fibra por las bravas, así que estas notas son un ejercicio de liberación.
Vamos a destripar la trama, así que doy por hecho que ya la han visto. Si no, les espero a la vuelta.
Empezaremos el recorrido con un resumen de la cinta que hace el propio Vigalondo en esta entrevista:
La película va sobre un hombre que cree que es protagonista pero en realidad es secundario. Es la tragedia entre comillas que sobrevuela toda la película. Una cosa muy evidente desde el comienzo es que el auténtico protagonista de esta película debería haber sido Raúl Cimas. De hecho, es el que vive la aventura buena. Lo que pasa es que mientras él está salvando el mundo nos hemos quedado en el piso mientras su novia se la está pegando con otro.
Es decir, es una película de acción donde el objetivo se centra en un lateral de la aventura. Como una cámara que se queda encendida en el hogar del héroe mientras éste tiene todos los sentidos puestos en enderezar el entuerto. Don Quijote narrada desde la habitación de su sobrina, con los regresos del caballero en directo pero sus desventuras en elipsis; o La Biblia contada desde el portal de Lázaro, que es mucho más complejo que poner a Brian teniendo una vida completamente paralela. Sobre esa directriz se han formulado los comentarios a Extraterrestre que he leído. Dilucidar si bajo esa premisa Nacho logra divertir, entretener, formar, informar, satisfacer o firmar con una rúbrica personal ese trazar la aventura (-desliz) en los contornos de la aventura (-hazaña). A mi me ciega más otro punto, de nuevo totalmente personal, y de nuevo -se ve que es una costumbre en las cintas de Vigalondo- con aspecto de paradoja.
La historia solo tiene cinco personajes: el prota Villagrán, la chica Jenner, el aguantavelas Areces, el novio Cimas y el televisivo Noguera, el hombre del exterior, indicador del mundo más allá. De todos descubriremos más o menos una motivación existencial, pero el personaje que calza Michelle Jenner es un enigma que no se resuelve. ¿Qué quiere? ¿Qué quiere en la vida? ¿Qué le haría ilusión? ¿Cuál sería el escalón que percibe como el superior al actual, cómo desea progresar? La chica de Vigalondo es un enigma pese a que es el centro gravitatorio. Como en esos cuadros de Escher donde precisamente el centro es lo irresoluble. Mi paradoja, puramente personal, de puro tocar fibra, es ¿Por qué yo necesito salir del cine para darme cuenta? ¿Por qué Julia puede ser un puro contorno, como la propia invasión de los extraterrestres?
Igual que mi comentario a Cronocrímenes partía de una intervención de Jordi Costa, en este caso lo que ha saltado la chispa es un párrafo que Noel Ceballos escribió en el panegírico multifirma publicado en JotDown:
«Hay una pared, no por metafórica menos eterna, contra la que lo masculino está destinada a colisionar. Una y otra vez. Siempre. A veces adquiere la forma de deseo perverso (unos prismáticos y unas tijeras), otras se transmuta en épica de la renuncia (un platillo volante sobre Madrid), otras en desviaciones sentimentales de la cultura pop (secuelas chanantes), otras en una incapacidad casi congénita para hacerse entender ante el ser amado (explosivos a las 7.35 AM, Marisa mutante, domingo de invasión).»
Noel valora extraterrestre como «épica de la renuncia», y tampoco estoy de acuerdo con su inclusión de los chanantes, pero sí que me da una clave para entender a Julia, o mejor dicho, entender por qué Julia puede ser un vacío. Permítanme renombrar los personajes. Al Personaje de Raúl Cimas le llamaré Batman. Al de Carlos Areces, le llamaré Robin. Al de Michelle Jenner lo llamaré La Novia de Batman. Al de Miguel Noguera lo llamaré Hilario Pino, o Matias Prats, o Baudrillard, esos hombres que manejan lo real y lo hiperreal y que intuyen aquello de «solo existe lo que sale por la tele». Y al de Julián Villagrán lo llamaré Albert Monteys, el historietista que está preparando un tebeo que se titula «Ser un hombre, cómo y por qué«. A estas alturas la paradoja lo es un poco menos, pero no puedo dejar el texto aquí.
Extraterrestre es el reverso costumbrista de El Club de la Lucha. Y no es una cuestión técnica ni formal, sino de época. Digo El Club de la Lucha porque es donde mejor se enunció el cimiento de nuestro tiempo: «somos los hijos medianos de la historia; nos educaron diciendo que podíamos ser millonarios o estrellas de rock y ahora nos damos cuenta de que no es así». Toda definición de ser un buen hombre ha quedado extinta y somos necesariamente los secundarios de la película.
El ciudadano moderno está siempre lejos de la acción, asolado por las macroeconomías que nadie entiende y que nadie controla, donde el ganador es el que se mantiene a flote mientras todo lo demás se hunde. El ciudadano moderno es secundario, es contingente al presidente-personalidad-héroe. Nacho Vigalondo dibuja al personaje principal confrontándolo con un único valor de masculinidad, donde ser muy hombre y ser un hombre y ser hombre se equilibran y se relacionan. El hombre es Batman-Cimas, y sobre él se referencia lo demás. Sobre él se calibra Areces-Robin, por motivación personal, y Villagrán-Monteys por feliz casualidad.
¿Qué es ser un hombre en Extraterrestre? O lo dan tus acciones, con ese acudir a la aventura, o te lo valida la novia del héroe, que concede con su varita mágica el ser tan héroe como el héroe (o incluso más, en el breve intervalo del coito). La masculinidad de Villagrán, que es la de Nacho y es la de todos, empieza así a retratarse a lo largo de la cinta. Y desvela así el enigma Jenner. La chica te quiere pero te quiere un poco: no deja al héroe, sólo lo abandona momentáneamente porque también el caviar cansa a diario. En ningún momento plantea abandondar a Batman para tomar a Monteys, el hombre que busca cómo ser un hombre. Y por eso no puede tener contenido: porque el mayor logro del protagonista -y de nosotros, que somos Villagrán con él- es que la chica le quiera a su lado una vez más, sin más motivo aparente que la misteriosa alquimia del me gustas. Jenner no puede tener objetivos porque no se puede explicar razonablemente ese momento en el que podemos sustituir a Batman DOS veces, que es la verdadera suspensión of incredulidad de la película, por encima de un platillo volador sobre Madrid.
La frustración de Robin al ver cómo un mindundi -Villagrán, nosotros- le ha quitado su posición para ser El Hombre, para ser Califa en lugar del Califa, para adquirir la masculinidad por constancia junto al hombre-de-verdad. Estar junto a Batman no es el camino a ser un hombre, sino la metadona. En suma, Villagrán no renuncia a Michelle: cede la masculinidad a Batman, asume y retoma su posición en la silenciosa jerarquía de las cosas.
En estos tiempos en los que nos sabemos con dados trucados, donde no podemos agarrar riendas y nos sentimos secundarios, esta es la nueva épica: la del hombre que asume vitalmente las cartas marcadas y sigue jugando. Donde lo que lo hace avanzar todo es el misterio de una nave que no baja porque no puede hacer nada -como el Dios de la Tournée de Jardiel- o el misterio de una mujer que se mantiene firme en su secreto porque dilucida el misterio del hombre. La épica de la existencia media, que tiene sus momentos fulgurantes por capricho o por accidente.
Hoy tiene lugar la tercera y última de las jornadas sobre anime que hemos organizado al amparo de la exposición Proto Anime Cut en el Espai Cultural Caja Madrid de Barcelona (Plaza Catalunya, 9).
Se producirá un cambio sobre el programa. El conferenciante anunciado Ángel Sala se encuentra en el Filmart de Hong Kong, así que en su lugar Jordi Ojeda nos hablará de Aeronáutica en el anime.
La jornada queda así:
Jueves 22 de marzo
19?h. Conferencia La visión desde el cielo: la aeronáutica en el anime. Ponente: Jordi Ojeda (director del proyecto «Cómic, ciencia y tecnología», con el apoyo de la Cátedra UNESCO de Técnica y Cultura de la UPC y de la Societat Catalana de Tecnologia,).
20 h. Mesa redonda Del manga al tebeo: La primera generación de dibujantes españoles que creció bajo la influencia del manga y el anime. Ponentes: Man Carot (dibujante), Javi Rodríguez (dibujante) y Joan Navarro (editor de Naruto en España, entre otros mangas de éxito). Modera: Rubén Lardín
Las derechas y las izquierdas han coincidido en pocos enemigos comunes. Pero cuando han coincidido sobre uno, lo han hecho con todas sus fuerzas. Un ejemplo fue Mazinger Z, que recibió ataques tanto de ABC como de Triunfo. Nunca más vimos los capítulos de Mazinger Z que se censuraron, pero -es importante señalarlo- quedó para siempre en nuestros corazones, mientras sus vecinos de época se disolvieron en la mediocridad.
El contexto se está relacionando con Irán, un país que pasó de la civilización al fundamentalismo en un suspiro. Así, el futuro de España aparece roturado en el tebeo Persépolis, que retrata ese cambio fulgurante que nadie se podía creer hasta que ya fue demasiado tarde.
Pero para ilustrar el caso español me parece más interesante citar viñetas de otro tebeo, también autobiográfico y también iraní: «Nylon Road: mi vida en Irán». De allí extraigo estas dos viñetas que dejo a la consideración de los lectores.
Bola extra: Aún impactados por la muerte de Jean Giraud/Moebius, qué mejor que recordarle en este diálogo gráfico con Jijé. El maestro hablando con su maestro, en radical silencio.
El Espai Cultural Caja Madrid de Barcelona inauguró hace unas semanas la exposición Proto Anime Cut: visiones y espacios en la animación japonesa, con maestros como Koji Morimoto, Takashi Watabe, Haruhiko Higami, Hiromasa Ogura y Hideaki Anno una absoluta delicia que se apmplía en el catálogo y que permite gozar de los diseños y fondos de animes como Ghost in the Shell, Evangelion, Patlabor o Memories.
Alrededor de la expo, l’Espai ha diseñado una serie de actividades que se pueden consultar con detalle en el pdf oficial o, por ejemplo, aquí. Entre esas actividades debo destacar, claro, las que hemos preparado ese grupúsculo de agitación pOp que formamos Raúl Minchinela, Rubén Lardín y yo y que se desarrollarán los tres próximos jueves, y al que hay que añadir un taller infantil que hemos bautizado Pequeños monstruos gigantes invaden Neobarcelona.
Así que aquí tienen detalladas las actividades, para que las añadan a la agenda del móvil:
Jueves 8 de marzo
19 h. Conferencia Espacios de la utopía. Anime y arquitectura. Los espacios del anime contrastados con los modelos urbanos y las necesidades actuales. Ponente: Jorge Gorostiza (arquitecto y escritor cinematográfico).
20 h. Mesa redonda Oriente-Occidente Retroalimentación y apropiaciones en el anime. De Metropolis al post Matrix. Disney, Max Fleisher, Metal Hurlant, Moebius y un largo etcétera de referencias cruzadas. Ponentes: Domingo López (realizador, escritor cinematográfico especializado en cine asiático), Ángel Sala (crítico de cine, director del Festival de Sitges) y Ricardo Reparaz (periodista y editor, especialista en cinematografías asiáticas). Modera: Daniel Ausente
Jueves 15 de marzo
19 h. Conferencia Videojuegos: espacio y velocidad; Videojuegos y anime: sinergias, confluencias, desencuentros y fusiones. Tanto desde el punto de vista industrial como del estético. Ponente: Jordi Sánchez-Navarro (Doctor en Comunicación Audiovisual, especialista en cibercultura, cine y videojuegos).
20 h. Mesa redonda Retro Anime Sesión nostalgia. El anime en la televisión española, desde Comando G hasta Bola de Dragón, pasando por Heidi, Mazinger Z, Sailor Moon o Campeones, un repaso a series míticas que se han implantado aquí como cultura popular. Ponentes: Jordi Sánchez-Navarro (Doctor en Comunicación Audiovisual, especialista en cibercultura, cine y videojuegos), Alfons Moliné (escritor, editor, teórico, especialista en manga y animación) y Enrique Garcelán (escritor, comunicador, responsable de CineAsia). Modera: Raúl Minchinela
Jueves 22 de marzo 19 h. Conferencia Made in Asia El anime más allá de Japón. Un vistazo a las primeras producciones animadas asiáticas, en China, de manos de los hermanos Wan, a los animadores indios y a las tareas de servicios que hoy se realizan en Taiwán o Corea, donde se animan multitud de series
como Los Simpsons. Ponente: Ángel Sala (crítico de cine, director del Festival de Sitges).
20 h. Mesa redonda Del manga al tebeo: La primera generación de dibujantes españoles que creció bajo la influencia del manga y el anime. Ponentes: Man Carot (dibujante), Javi Rodríguez (dibujante) y Joan Navarro (editor de Naruto en España, entre otros mangas de éxito). Modera: Rubén Lardín
Unas citas de alto octanaje de las que nadie saldrá indemne.
Cary Huang ha preparado un viaje alucinante por el tamaño de todas las cosas. De lo más pequeño a lo más grande del universo en un barrido de ratón. A ver quién es el guapo que lo recorre y se queda igual. Imprescindible visionado (requiere Flash)