explicando el papel de plata de los conspiranoicos
Viernes, 11 de noviembre de 2005
Los amantes de la conspiranoia (=conspiración + paranoia) agradecerán saber que el instituto tecnológico de Massachusets -el em-ai-tí de los científicos guays de las pelis americanas- por fín han estudiado el efecto de las ondas de radio sobre los sombreros de papel de plata.
Sí, amigos. Ese hombre que corre con el cráneo envuelto en aluminio es un paranoico que se quiere proteger de unas supuestas ondas que, ora el gobierno, ora los extraterrestres, ora las grandes corporaciones, utilizan para manipular los cerebros humanos a distancia y para enviar órdenes.
Según los chavales que lo han estudiado, el sombrero atenúa ciertas frecuencias pero aumenta otras. Y las que aumenta son precisamente unas frecuencias que están reservadas para uso gubernamental.
La opinión de los chavales del MIT es que el gobierno realmente propugnó los sombreros de papel de plata vendiendo que servían para proteger, cuando en realidad lo que hacían era aumentar los efectos. Todo esto desde la época de los cincuenta, en la que los americanos lo mismo inyectaba a toda una población con plutonio que proponía modelos de espía espacial.
Vamos, que en la tradición de «cuando río suena es que agua lleva», los locos del papel de plata, algo de razón tenían.
El que más razón tiene es el Perich, cuando dice «Si haces caso a los consejos de los demás, irán mucho mejor las cosas de los demás». Que es como picaron los del papel de aluminio.
(Bueno, también leí, pero no encuentro la referencia en mi estantería, que los chistes del ministro Morán no fue una moda espontánea, sino que fue promovida -era ministro de exteriores, no olvidemos- nada menos que por la CIA. Así que picar hemos picado todos. Vaya.)