La elegancia y el pragmatismo no siempre van de la mano

Los paracaidistas del futuro van a ir vestidos como las mascotas de los equipos de baloncesto, disfrazados de miniaviones. Esto es lo que propone la empresa alemana ESG en sus prototipos militares de última tecnnología. Griphon es un traje con un par de alas que permiten que los paracaidistas literalmente vuelen, e incluso ya están pensando en colocar pequeños reactores para aumentar la maniobrabilidad.

Eso sí: piensen en ese experimentado paracaidista, con cientos de horas de vuelo, que tiene que subirse al avión caminando como un pinguino borracho por el disfraz de marras. Dignidad, la justa.