La belleza ponderada es fría y difusa como los diagramas de empresa. Y reveladora.

Las tipas delgadas con huesos peligrosamente visibles y que ahora intenta evitar la pasarela cibeles, es una cuestión puramente femenina. Las modelos de pasarela están en las portadas de las revistas de chicas. Las señoritas que salen en las revistas de chicos tienen otro perfil, que para entendernos podemos llamar «el perfil playboy».

He visto a muchas chicas enfadarse al hacer ese comentario (la anorexia como belleza es un estándar puramente femenino, creado para las mujeres por las mujeres) , pero basta una visita al quiosco para ver la realidad, entendida como «lo que sucede» frente a «lo que a uno le gusta pensar».

Las chicas playboy no salen en las revistas para chicas: la anorexia con maquillaje no entra en el «estandar de belleza femenino, a ojos masculinos». Son dos mundos perfectamente separados, en los que participa (en un bando u otro) todo el mundo.

Ahora que la pasarela cibeles se intenta desmarcar de los monstruos que ha creado la dinámica a la que rinde pleitesía (la moda y periferias),…

… me ha sorprendido ver estos posters de Jason Salavon (véase la imagen de arriba). Ha formulado la belleza de la chica desplegable de playboy haciendo una «media ponderada» de los 120 posters que publica la revista cada década.

La belleza como media ponderada es una idea que me obsesiona particularmente. Cada vez que aparece un nuevo rostro que se considera bello, florecen centenares de caras prácticamente iguales. Sólo un ojo duramente entrenado puede diferenciar -a cierta distancia- entre Sandra Bullock y Mar Flores. Y así todas.

Pero la belleza ponderada de playboy es esa verdad sana aunque quirúrgica, sincera aunque maquillada-y-con-flou, que se modifica cada década pero se mantiene. Acudan al quiosco. Eso somos nosotros.

qué decir de Hugh Hefner, papá del Playboy