A ver si se va acabando la tontería
Lunes, 22 de septiembre de 2008
Decir que ha conseguido sacarle los colores a la revista [especializada en vinos Wine Spectator] es quedarse corto. Y es que [la revista] no sólo ha premiado a un restaurante inexistente, sino una «lista reservada» de vinos que incluía los peor valorados por ellos mismos en los últimos 20 años. Aunque la carta general estaba compuesta por caldos considerados excelentes por Wine Spectator, los de la supuesta selección de lujo habían recibido críticas como «tiene carácter de esmalte de uñas», «huele a insecticida» o el simple y contundente: «Está aguado». También de esta manera exploraba los criterios de la revista. «Quería saber si se puede llegar a ganar con una lista reservada desastrosa».
Magistral. El Prank como medio para hacer evidente la tontería de los criterios basados en estos parámetros.
Lo más grande de esta pieza es que demuestra que en las «ínfulas sensoriales», las opiniones no son sostenidas en el tiempo. Lo que pone en evidencia la inexistencia de criterio.
Si gracias a este prank la gente obsesionada en que lo que más le gusta es lo más caro, se plantea que igual debería gustarles lo más bueno, será un gran paso para la humanidad.