No lo encontrarán en las listas que hay por internet, pero entre lo mejor del año ha estado sin duda el argentino Diego Esteban Capusotto.

Su programa de televisión Peter Capusotto y sus vídeos ha generado algunos de los mejores momentos de humor del año. Y no ha aparecido en este blog por la enorme pereza de describir cuán grande me parece su aportación.

El programa de Capusotto es íntegramente un programa de humor sobre música. Y más específicamente, sobre el rock.

Ustedes dirán, «uf, humor sobre el rock ha habido a paladas». Pero Capusotto llega hasta donde los Saturday Night Live y similares no se pueden ni asomar (principalmente dejando en evidencia que en Estados Unidos no ha habido nunca alternativas políticas). Capusotto ha encontrado una veta con un potencial casi infinito (siempre y cuando el material exista; es decir, que haya grupos musicales y haya posiciones sociales enfrentadas).

Mi favorito personal es Bombita Rodriguez, el Palito Ortega Montonero (que traducido vendría a ser el Luis Aguilé procomunista), que busca un socialismo nacional y bailable para toda la familia.

Aquí tienen su primera aparición; la canción de cierre es impagable:

En siguientes entregas, su influencia en los medios de la época, un repaso a los beatles alternativos, la aparición de su némesis (un julio iglesias inquisidor) y su trailer de película ciencia ficción.  Entre otras maravillas.

Otra cumbre del programa de Capusotto es Micky Vainilla, un cantante  pro-nazi que se siente incomprendido por los prejuicios y se defiende diciendo que él sólo hace pop, pop para divertirse:

Otros apartados han tenido momentos deslumbrantes. La llorosa vida de un emo, Pomelo (el rockero que vive en el descontrol), su impagable curso de seducción con el baile, o su tremenda sección «política nacional & Rock» (vean una entrega) que mejora si uno reconoce a los protagonistas y valora el esfuerzo en imitar las voces.

Muy grande, Capusotto. Lo mejor de 2008. Tira del hilo del mito del rock enfrentado al sistema, y no para de hacer ovillos.

Para cerrar, aquí tienen la primera entrega de una serie de hermosos documentales policiales instruyendo en el trato a los melenudos de época. La voz en off pretende ser española, poniendo zetas en lugar de las eses.