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Lunes, 24 de noviembre de 2008
Raul Sensato a eso de las 4:19 pm
«Rebélate»: 150 minutos para incomodarte, alterarte, impacientarte… «Sométete»: 150 minutos para sentir, imaginar, rememorar, descubrir… Los clientes del restaurante Mugaritz se encuentran en la mesa dos sobrecitos con tarjetas provocadoras. Luego llegan unas piedras grises. Unas se comen, otras no. Ante el desconcierto, acción. «Al utilizar las manos se rompe el protocolo», dice Andoni Luis Aduriz (Donosti, 1971) mientras faena en la cocina para esas «posibles almas gemelas» del comedor. Tras el aperitivo de las patatas caolín, unas quisquillas de agua dulce de Normandía y unas guindillitas cogidas esa mañana en la huerta y vestidas con miel liofilizada, no hay vuelta atrás. El sometimiento está servido.
Era el inicio de este artículo de El Pais Semanal
Rebélate
Yo,
que abrí el sobre en el restaurante
y leí «Rebélate».
Yo,
que obedezco los carteles de «no fumar»
y los de «servicios de caballeros»
y los de «reservado»,
Yo,
que cuando se juega a baloncesto, tiro a canasta
y cuando se juega a tenis, golpeo con raqueta
y cuando se pide silencio, lo guardo respetuosamente,
Yo
me acerqué a la mesa que tenía las mejores vistas
y los eché a gritos.
Yo
tomé a la asistente más guapa
y la besé en el cuello mientras le tocaba el culo.
Yo
me encendí un pitillo
y dije a gritos que se empezaba por los postres.
Y vinieron los responsables del restaurante
y me echaron.
Y yo
les enseñe la tarjeta del «Rebélate»,
como en las norias se enseñan las fichas de «vale por un viaje»,
como en las tiendas se enseñan los palos con polo gratis,
como en las canchas se señala la línea de tres puntos.
Y yo,
al preguntarme por qué proponen actividades que no aceptan,
comprendí que hay establecimientos
edificados sobre la estulticia.
Y esta es exactamente la misma indignación que me invadió
cuando vi en Frankfurt la lamentable exposición
titulada Bajo tu propio Riesgo.
Jueves, 20 de noviembre de 2008
Raul Sensato a eso de las 6:06 pm
Hola, querida
Por favor, perdona a perturbar su precioso time.We son Tai Pingyang company.This es un company.one electrónico de los mayores mayoristas de comercio internacional principalmente en China.We vender productos eléctricos, tales como ordenador portátil, TV LCD, cámara, móvil, MP4, GPS, y así sucesivamente.
A ustedes les parecerá el típico spam mal traducido, que produce risa floja porque traduce los verbos pero no los pronombres. Pero es especial. A mí, es la primera vez que me llaman querida.
Jueves, 13 de noviembre de 2008
Raul Sensato a eso de las 6:46 pm
El consejo de Swansea envió, como era habitual, un breve texto a su traductor para su uso público.
La respuesta a vuelta de correo se puso, como era habitual, en letras de metal:
El texto de la primera carta, como ven arriba en la imagen, decía: «Acceso a zona residencial. Prohibido el paso a camiones de mercancías».
El texto de la segunda carta, como ven abajo en la imagen, decía: «En estos momentos no me encuentro en la oficina. Por favor envíen cualquier texto para ser traducido».
Como ven, la máxima de Juvenal «¿Quién vigila a los vigilantes?» también es aplicable a los traductores.
La BBC lo contaba aquí.
Lo vieron Al Rebullón.
Viernes, 10 de octubre de 2008
Raul Sensato a eso de las 9:30 am
Bola extra: si no les suena lo de «Mundo, Demonio y Carne», pulsen aquí.
Jueves, 9 de octubre de 2008
Raul Sensato a eso de las 8:47 am
En el libro que remata la pila de la imagen, supongo que el viril Anibal estaba muy mosqueado por la insistencia de este niño en violar su espacio personal.
En Tocón y Los Vikingos, es de adivinar que el protagonista disfrutó mucho más.
Tocón es obra de Berti Aldo.
El anuncio está sacado de la Revista Trinca.
Miércoles, 8 de octubre de 2008
Raul Sensato a eso de las 9:06 am
El mundo es raro. En este festival de Sitges estaba en una fiesta en la que todo estaba cambiado. Yo habría dado un brazo por coincidir casualmente con el guionista (y ya director) Charlie Kaufman, que recibe un premio del festival, pero en su lugar estaban dos personas con las que el telespectador medio habría sido feliz: Elsa Pataky (para ellos) y Leonardo Sbaraglia (para ellas).
Ambos me confirmaban eso que todos sabemos. Les cuento. Tengo un amigo que es idéntico a Sbaraglia. No se hacen ustedes una idea: la madre de mi amigo, una profesora de interpretación en Argentina que tuvo a Sbaraglia como alumno, tenía problemas para diferenciarlos. No bromeo. La cuestión es que mi amigo, argentino afincado en Barcelona, no hace girar una sola cabeza por la calle. Lo que interesa de Pataky y de Sabaraglia es lo que no tienes delante. Es la ficción. La realidad es otra cosa. Ya les digo que la pasión por Pataky que se difunde regularmente en las locuciones de TVE contrasta con el objeto real. Tienen piezas igual de buenas o mejores en su discoteca más cercana. Simplemente, les falta lo que no está. Que también manda narices (*).
Insisto en que diez minutos con Kaufman me habrían hecho más ilusión que diez minutos íntimos con cualquiera de ellos, o con ambos simultáneamente. Y lo sabía especialmente porque en la fiesta no podía dejar de fijarme en el acompañante de Pataky. Que era igual que otro que cruzaba hacia aquí, y otro que marchaba hacia allá. Mientras media fiesta fingía no fijarse en las estrellas, yo estaba a absorto en esa invasión de imitadores de Flavio Briatore.
Toda persona con canas estaba concienzudamente vestido y peinado para lo que parecía ser La noche de los Briatores vivientes.
En cierta manera, es una cosa a celebrar. O sea, Briatore, al parecer, ha establecido un estándar que era en cierta manera inimaginable: el sexagenario enrrollado con ganas de marcha.
Pónganse en el lugar de todos esos señores. Hasta ahora, eran mal vistos cada vez que entraban en una discoteca. Si llevabas traje, mal. Si te vestías de moderno, peor. Si lucías chaquetita de capitán de yate, ni les cuento. Y de pronto, ha aparecido esa luz en el horizonte y toda persona con pelo blanco de la discoteca -y no eran ni dos, ni cinco- se arreglaban como concursantes del Briatore Look-Alike.
Me habría gustado coincidir con Kaufman y preguntarle si veía similitudes entre el deseo de ser Briatore y el deseo de meterse en la mente de John Malkovich (por su película). Seguramente, habría matado la conversación con una sola frase («who the fuck is Flavio Briatore?»), y se habría dedicado a mirar el culo de Pataky, porque para Kaufman probablemente era una chica de discoteca, sin ficción detrás. A Kaufman le vas a vender ficción. Anda, que no.
Me fascina esta nueva tribu geriatricourbana de clones de Flavio Briatore. No hay que olvidar que el viejo verde, pese a su mala fama, es ley de vida. Mientras envejeces, te siguen gustando las mismas chicas; simplemente, añades nuevos modelos al catálogo. La duda principal es si, cuando yo peine canas, habrá desaparecido la tribu Briatore, si se mantendrá con salud, o si aparecerán nuevas variantes y tendremos toda una gama de estilos de pelo blanco con ganas de marcha. Todas las opciones me producen, simultáneamente, depresión y satisfacción.
(*) Otra cosa es, por ejemplo, Pilar Rubio, que en vivo es tan rotunda como en pantalla. Pero estas cosas se dan poco.
Sí, el título de la entrada
viene de otra peli de Kaufman.
Jueves, 25 de septiembre de 2008
Raul Sensato a eso de las 9:10 am
Seguro que ya han visto este video, pero no me puedo resistir a incluirlo. En este blog pocas veces la sección ciencia recreativa puede lucir la etiqueta celtiberismo:
Martes, 23 de septiembre de 2008
Raul Sensato a eso de las 9:24 am
En 1977, Luis Diez Jiménez comenzaba su «Segunda Antología del Disparate» con una sección que tituló «Ciencias naturales en versión disparatada». Allí, hilaba las respuestas desatinadas de los alumnos de bachillerato de la época. Les pongo un extracto:
El estudio de las rocas o Petrocografía se las trae por su complejidad- En primer lugar hay que definir qué es roca, lo cual puede hacerse de varias maneras: rocas son grandes masas de simples y duras; rocas son también grades elevaciones del terreno; son pedazos de terreno; son pequeñas montañas; son piedras corruptibles, o son el cemento que da solidaridad a otros minerales. Las rocas se clasifican en eruptivas, sedimentarias y metamórficas. Las primeras pueden ser activas o apagadas, como sucede en los adoquines y en el granito, que se forma en las nubes.
Cambiando a los estudiantes atolondrados por un humorista de prestigio, este rincón han recopilado todas las explicaciones enloquecidas que en la colosal tira Calvin & Hobbes (sobre cuyo autor escribí aquí) daba el padre de familia ante las insistentes preguntas de la criatura.
Pueden leerlas aquí (en inglés).
Bola extra: Supongo que soy adicto al humor accidental, pero prefiero mil veces las espontáneas creaciones de los chavales respondiendo examen. Las antologías del Disparate de Díez Jiménez son monumentos a la poesía espontánea y al retrato de la mentalidad del momento:
La tierra: es redonda, pero aplanada por las esquinas.
Inés de Castro: No reinó mucho, porque estaba ya muerta.
La pirita: es un mineral de donde no se saca el hierro.
Acido Sulfídrico: Tiene olor agradable a huevos podridos.
El feudalismo: Lo formaban el Rey, el clero y el pueblo: este último era el peor de los tres.
Lope de Vega: Muchas de sus comedias son tremendas tragedias.
La caridad: Hemos de amar a nuestros enemigos aunque los matemos.
Clases de pecado: Mortal, venial y genial.
Todas, como la cita de arriba,
sacadas de la Segunda Antología.
Lunes, 22 de septiembre de 2008
Raul Sensato a eso de las 10:32 am
Un ejemplo que expone el investigador [creador de la célebre Reactable] es que la preselección de candidatos para la última edición del espacio de televisión Operación Triunfo se llevó a cabo con un software creado allí. La metodología que se siguió fue que «los candidatos (al programa) llamaban por teléfono y había un ordenador que los escuchaba y que decidía, por cómo cantaban, si pasaban a la siguiente fase, declaró Jordà.
De esta noticia de El País
Por si no teniamos suficiente con los contestadores que reconocen la voz, que siempre nos malinterpretan y tenemos que repetir el proceso hasta la histeria, ahora llegan las máquinas que deciden si somos aptos.
En breve: máquinas que decidirán si es usted apto para el puesto de trabajo, y si es digno de comprar más de dos barras de pan. Pongan sus barbas a remojar.
Martes, 16 de septiembre de 2008
Raul Sensato a eso de las 3:27 pm
Pulsen en ambas para ampliar.
Agradecemos a los señores de Polti el higiénico uso de bordados con puntillas.
Lo recordé al ver
el logo del restaurante aquí
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