El próximo 18 de abril tengo el honor de ser uno de los púgiles inaugurales de Hilomental, un proyecto de la gente del Protograma. El superávit audiovisual debe ser interpretado, y qué mejor manera que hacerlo como lo hacemos en nuestras casas: enseñando youtubes. Convirtiendo en espectáculo lo que estamos viviendo en nuestras casas. Frente a mi, que es como decir junto a mí porque seremos más socios que rivales, la comisaria Mery Cuesta.
Hilomental: duelo de youtubes en pantallón de cine, 5 euros la entrada. Todos lo hacemos,así que hagámoslo a lo grande. En los Cines Girona de Barcelona [cómo llegar] a las 21 h.
De las secciones del programa APM, quizá la más celtibérica sea «El Mentalista», donde se muestra inconscientemente la sumisión y la jerarquía de la televisión: el jefe se impone al subordinado, que claudica y acata mediante la repetición. Un subrayar escalafones que tiene aspecto de eco. Ahí queda.
Bola extra: Aún impactados por la muerte de Jean Giraud/Moebius, qué mejor que recordarle en este diálogo gráfico con Jijé. El maestro hablando con su maestro, en radical silencio.
El ilustre Narciso Ibáñez Menta (padre de Chicho Ibáñez Serrador y actor protagonista de muchas de sus entregas en «Historias para no dormir» y «Mañana puede ser verdad») aparecía promocionado como actor primerísimo de la Gran Compañía de Zarzuela con esta vistosa hoja publicitaria de 1924:
Mañana sábado 3 de diciembre se celebra en el CCCB barcelonés la edición 2011 del Miniput, la muestra de televisión de calidad. Allí intervendré entre las 13:15 y las 15:15h para hablar de El jeu de la mort, un documental que habla de la sumisión de los concursantes de televisión: un audiovisual que busca la verdad en el traslado al mundo de ficción de la existencia catódica. Un metareality donde lo que sucede en pantalla junto a auténticas celebridades de la tele es, conscientemente, un experimento sociológico (que era como se publicitaba, recordémoslo, Gran Hermano).
Miniput es una muestra con los programas de televisión más innovadores, provocadores, educativos y con vocación de servicio público del año. Los programas que se proyectan son aquellos más adecuados por su planteamiento novedoso o experimental, porque proponen un nuevo formato televisivo, porque hacen uso de las nuevas tecnologías o porque han generado polémica.
Plazas limitadas – Actividad gratuita
Todas las sesiones se proyectarán en V.O.S. (inglés).
Para a más información e inscripciones: www.miniput.cat
Tienen el programa completo en la web miniput.cat y en este tríptico:
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Antes, y abundando en la conexión CCCB, apareceré hoy viernes en el programa Soy Cámara que emite La2 de TVE a las 20h (19:30h cataluña), con un extracto de mi intervención sobre el lenguaje del 15M (que no sé si estará tomado de la entrevista o de la conferencia).
El tribunal [del juicio por los crímenes de Alcasser] lamentaba que los testigos saltaran del plató a la sala y viceversa. Pero aparte de criticar los «juicios paralelos» de las televisiones, como lo hicieron también importantes organismos judiciales, no puso remedio a la situación. En el plató, muchos testigos contaban cosas que se contradecían en el juicio. Cuando en la sesión judicial preguntaron a Enriquito [hermano de Antonio Anglés] por qué decía lo contrario de lo que había afirmado antes en la televisión, contestó, en un turbador momento de lucidez:
– Es que aquello era la tele, y esto es un juisio.
Más claro, agua: esto era más serio y aquello sólo era una broma. Pero para el público, no sólo no existía ninguna diferencia, sino que, habitualmente, contaba más «la verdad» de la tele.
Desde las tinieblas: un descenso al caso Alcàsser,
Joan M. Oleaque, pág 267
El acusado dirime así entre el trabajo («me pagaban para hablar») y la verdad («aquí se decide mi futuro»).
Comparen esa declaración con esta sonrojante intervención de Thais Villas, actual colaboradora del programa El Intermedio, en la televisión catalana. El momento empieza en el 0:54, pero el meollo está en el 1:20.
Thais Villas defiende firmemente a una periodista que presiona y presiona a una familiar hasta conseguir una declaración que resultará falsa: «La reportera lo que hace es su trabajo», dice La profesional Villas. «Una cosa es el trabajo y otra la verdad», dice el testigo de Alcasser. Adivinen quién ha contagiado la idea al otro, si el neófito al cualificado, o al revés.
Cobrar por hacerlo es lo que legitima. «A mí me dan dinero, y eso es argumento suficiente». El trabajo santifica: eso sí, santifica lo que quien tiene los cuartos decide pagar.
En el último ejemplar del suplemento Culturas del diario La Vanguardia he publicado un texto sobre los programas de televisión centrados en las casas. Quién Vive ahi, Mi casa es la mejor, Piso Compartido, Me cambio de Familia, Karakia, La Escalera y demás espacios catódicos donde se perfora la pared del vecino.
Adam Curtis es inmenso. Sus documentales asombran por su pulcritud y su elegancia, en una remezcla constante de imágenes de archivo que entroncan con las inquietudes actuales. En su blog hace piezas igual de monumentales: piezas en texto, en lugar de en vídeo, trufadas de vídeos de época que equilibran lo revelador en el fondo y lo encantador en la forma.
Su última entrada habla del fin de los sueños de las izquierdas. Allí saca la figura de Michael Malik, un remedo mafioso de Malcom X que materializó el desencanto que terminó con el progresismo que Wolfe retrató en su Maumauando al parachoques. Y que ha filtrado hasta nuestros días: con las sospechas ante el sindicalismo, por ejemplo. En medio de ese post, cuya lectura en inglés les recomiendo encarecidamente, aparece una biografía de época de Malik. Allí aparecen los Mixed Media Clubs (los pinchadiscos con proyecciones, que son la imagen misma de la juventud de la época gracias al cine desarrollista donde Landa y Bur se iban de discotecas) y los cursos de defensa personal como actividad distintiva en aquel momento.
Lo primero contrasta con el reciente cierre de la discoteca Puzzle, que ha sido el último clavo en el féretro de la Ruta del Bakalao, que ha merecido mejor retrato y desarrollo pero que ha sido conscientemente vapuleada sin valedores, y lo segundo entronca con el Kung Fu como símbolo de la pelea racial, una corriente firme en los tebeos de la Marvel como retraté en este artículo para La Vanguardia.
El vídeo muestra un punto clave en un lugar poco observado. «Una asombrosa historia olvidada» en palabras de Curtis. Un perfil que suma John Liu (icono de Trash Entre Amigos) con los Panteras Negras y con el conflicto capitalista que mantenemos hoy día.
Todo, en los contornos de este vídeo, que requiere este texto.
Bola extra: Piensen en cómo es actualmente la televisión cultural. Piensen en cómo se presentaría a un artista en un programa de La 2. Y en contraste vean, a partir del minuto 8:21, cómo este vídeo presenta a la artista Pauline Boty. Comparen.