La semana pasada en televisión he visto un número considerable de reportajes sobre el cercano día del orgullo gay, a celebrar en Madrid. Los reporteros no hablaban con los organizadores, por motivos misteriosos. En su lugar mostraban las opiniones de gente de la calle. Para ser específicos, de la calle Chueca. Todos, con una pluma considerable. Todo sea dicho, muchos de los reporteros, tambié hacían ostentación de la suya.
Desde aquí nuestro apoyo a las reivindicaciones de los derechos (y las obligaciones) de los homosexuales. Eso por delante.
Ahora bien, lo del Gay Parade, y celebraciones del estilo, hay que cambiarlo pero ya. Ya basta.
Por si no es evidente, les transcribo un párrafo del imprescindible libro Mondo Bulldog, de Jordi Costa (Ed. Temas de hoy). Léanlo imaginando el aterrador espectáculo de carrozas y purpurina y sonidos pregrabados:
Hay que decirlo de una maldita vez: las drag queens han heredado el papel social antes ocupado por los tunos y los mimosLos zapatos de plataforma, las pelucas hiperbólicas y el playback chirriante han sustituido a la tradicional capa, la bandurria y las beodas interpretaciones de Clavelitos. Los maquillajes post-glam y la verba petarda son la evolución finisecular de la cara blanca y la lírica gestual de pacotilla
Tunos mimos y drag queens han sido la sucesiva encarnación del pequeño porcentaje de excentricidad que la sociedad se permite tolerar y, hasta cierto punto, legitimar.
Por eso, a los ojos de los auténticos amantes del desorden -un desorden sin coartadas, un caos sin centro-, tunos, mimos y drag queens han sido las sucesivas pieles del mismo coágulo de mal rollo.
¿Hay algo peor que que soportar la intromisión de de una manada de tunos cantarines en un restaurante?¿Puede concebirse una idea de la diversión menos estimulante que la de contemplar a un mimo midiendo, interminablemente, con sus manos desnudas, las dimensiones de una pared invisible?
La respuesta a ambas preguntas es afirmativa: sí, hallarse en el punto más recóndito y mal ventilado de una fiesta cuando empieza el espectáculo-sorpresa de las drag queens.
¿Qué hay que hacer cuando se detecta la presencia de drag queens en una fiesta? ¡Huir en estampida!
Jordi Costa, Mondo Bulldog, pag 155
No se puede decir mejor ni más claro. Oigan, está escrito en 1999.
Ya vale. Muchas gracias.
Bola extra: el cierre de la cita, la huida en estampida, fue reformulado por Palahniuk en su «Asfixia». Léanlo aquí.
En el rincón derecho, con calzón azul, el defensor de los signos de puntuación como pieza imprescindible en la comunicación escrita:
Los signos de puntuación son necesarios para la correcta interpretación de un texto en español. No es posible leer correctamente un escrito carente de signos de puntuación si no está dotado de una sintaxis meticulosamente construida. ¿Nuestra intuición nos guiará en la lectura de un texto corrido sin necesitar la puntuación? En absoluto. Es un sistema de marcas gráficas necesario para diferenciar significados, o lo que es lo mismo, un “rasgo pertinente”. Queda claro que no es gratuita, por lo tanto, la reivindicación de un uso normativo de los signos de puntuación en el texto escrito.
En el rincón izquierdo, con calzón rojo, el aspirante a la eliminación de los superfluos signos de puntuación y la predominancia de la redacción telegráfica al estilo SMS:
¿Los signos de puntuación son necesarios para la correcta interpretación de un texto en español? No. ¿Es posible leer correctamente un escrito carente de signos de puntuación? Sí. ¿No está dotado de una sintaxis meticulosamente construida? Nuestra intuición nos guiará en la lectura de un texto corrido sin necesitar la puntuación. En absoluto es un sistema de marcas gráficas necesario para diferenciar significados. O lo que es lo mismo, un “rasgo pertinente” queda claro que no es. Gratuita, por lo tanto, la reivindicación de un uso normativo de los signos de puntuación en el texto escrito.
Supongo que se han dado cuenta de que ambos púgiles son el mismo texto. Esto es lo que se llama una victoria por puntos.
En el folklore de nuestra amiga, el porlar incluía, según el mito,
el manejo de la escobilla del baño
Hace unas semanas, una amiga me instruyó en el extraño concepto de «porlar». Porlar a alguien, que te porleen. Era una cosa que recordaba de su instituto. Una actividad misteriosa a medio camino entre el castigo y el rito iniciático, que alcanzaba dimensiones míticas. Para entrar en la mente de una persona que intenta averiguar qué significa Porlar, acudimos al blog de Parkito, que nos hace partícipes de sus investigaciones:
¿Qué es porlar? Yo no lo sé. ¿Lo sabéis vosotros?
La historia comenzó hace unos meses, cuando una compañera de clase estaba comentando con otro que a ella la habían porlado en un campamento. Le preguntamos qué era eso de que te porlen y nos dijo que para saberlo, te tienen que porlar. La cosa quedó ahí.
Hoy volvió a salir el asunto del porleo. Le insistí mucho en que me dijese qué es eso de que te porlen, ya que la curiosidad acaba conmigo. No me lo dijo. Le pregunté a mucha gente (vaya si lo hice) y la mitad me dijeron que no sabían qué era, y la otra mitad que para saberlo, me tienen que porlar. Tras muchas pesquisas averigüé lo siguiente:
[Atentos, que viene un listado de normas que habría firmado el mismísimo Club de la lucha «primera norma: no se habla del club de la lucha», … — R.S.]
1.- Se suele hacer en los campamentos.
2.- Para saber qué es, te tienen que porlar.
3.- Las tías porlan a los tíos, y los tíos a las tías, por norma general. Si se porlan dos tías, mola mucho. Los tíos no suelen porlarse entre sí.
Tal y como te lo ponen, lo primero en lo que piensas es el sexo. Pero tras un análisis exaustivo, llegué a la conclusión de que ese es el objetivo; que pienses que es sexo y te emociones cuando en realidad es una tontería absoluta. Lo último que averigüé es que simplemente se trata de una especie de postura o algo parecido.
Parece que al final, para saberlo, me tendrán que porlar. De todas formas no cejaré en el empeño. Sabré qué es, cueste lo que cueste
Como ven, Parkito sólo conoce la dimensión mítica del porleo (sic). Su narración, que incluye todas las variantes imaginables del verbo porlar, tiene que hacer las delicias de los lingüistas.
Así que para resolver el misterio de Porlar acudimos a otro texto que también llegará al alma de los lingüistas pero esta vez por la redacción sms que luce. Está sacada del foro Alzira Jove. Jose Peque 69 nos resuelve el enigma de qué significa porlar y ser porlado, con un texto franco en el que confiesa conocer el trance desde dentro:
lo de porlar trankila a mi me an porlao i es k te meten en un sitio cerrao i dos tias o tios depende de el sexo, si eres tio pues dos tias i si no al reves, te meten en un sitio cerrao i comienzan a sobarte i a decirte k e kites la ropa i te toketean asta un cierto punto (sin pasarse)i cuando ya no kieres mas o ya stas en bolas pues te dicen porla señal de la santa cruz…i ya sta por eso se dice porlar no es nada de k te kedas en bolas delante de toa la gente. ni de coña!!!si te dicen de porlarte dejate k mola i si encima los/las k te porlan stan buenos/as pues todavia mejor jejeje. suerte no se lo digas a nadie eeeeee. k vaia bien la porla dew
Así pues, el porleo (cada vez que tecleo este sustantivo me salta la sonrisa), el porleo, digo, es el toqueteo organizado en forma de Gangbang softcore. Algo así como los Parchis o los Regaliz metiendo mano dentro de la ropa interior.
Según las inclinaciones de los chavales mayores,
la cosa es más brusca y sometedora, y entonces se describe como un castigo;
o es más suave, o el porlador (otra sonrisa) es atractivo, y se describe como una experiencia iniciática.
El remate de cerrar el acto con la frase «por la señal de la santa cruz» alude a una larga tradición clerical de manos largas. Y le da un empaque escénico considerable. Tanto que lleva a bautizar todo el acto como «porlar», que es un nombre, como hemos visto, muy flexible para su uso y adaptación.
Una vez resuelto el misterio y establecida nuestra definición para los diccionarios ocultos, despidámonos imaginando a Parkito interrogando a los participantes, fotografiando subrepticiamente cada encuentro, intentando averiguar qué sucede en la oscuridad detras de la puerta del porleo, el porlón, la porlada, el porlismo, la porlería.
Curiosamente, el blog de Parkito está colgado (comprueben la cita inicial) en el servidor inopia.net. En términos digitales, Parkito está en la inopia.
Esa letra hay que cambiarla. Y esa falda, hasta las rodillas. Buenas tardes.
Fiesta. Botellas de licor y vasos de plástico y cubitos que ya comienzan a escasear. Luces de colores, pasándolo bien. Mucha gente en el centro del salón, trenzándose los pasos con coreografías. Suena una canción conocida. Algunos tararean las frases iniciales, pero unos cuantos se reservan para la explosión común en el estribillo. Entonces todos gritarán la misma frase como un mandala de diversión.
Llega el estribillo. Manos y vasos en el alto. «Para hacer bien el… »
Algo falla. Se dispara un momento de confusión precioso en el que la letra que sale de tus labios y la que sale por los altavoces no encajan. Tus labios dicen «para hacer bien el amor», pero en los bafles Rafaella dicta «para enamorarse bien».
No tiene sentido. En los tiempos actuales no se entiende que haya una versión censurada que suprima expresiones como «sin amantes». Y lo que afloran son las carcajadas. El viejo recuerdo de la censura deja de ser un fantasma y se convierte en un argumento de diversión, un chiste de fiesta, un guiño a eso que se piensa pero no se dice.
La única utilidad de las versiones mojigatas es que suenen cuando todos los asistentes tienen la versión dura en la cabeza. El cortocircuito de lo correcto pierde su voluntad de control y se convierte en un chiste bajomano.
Echo Lawrence:
Escucha: Rant le diría a la gente: «Cada persona te ve como una persona diferente»A veces Rant decía: «Todo lo que eres está en los ojos de los demás».
Si fueras a poner una frase en su lápida, sería:»el futuro que tendrás mañana es distinto del futuro que tienes hoy».
Bodie Carlyle:
Recuerdo que Rant solía decir «nunca seremos más jóvenes de lo que lo somos esta noche».
Extraido de Rant , de Chuck Palahniuk, en el que avanzo lento pero seguro
Aquí en una imagen que incluye la revista Interviu en todos sus recopilatorios
Tuve la suerte de verle actuar ante una marea de gente en el interpeñas de Zaragoza en 2005. Tenía todo el show memorizado, automatizado, con los chistes autoinsultándose (por feo, por bajito,…) repartidos meticulosamente.
Actuó frente a 25.000 personas. Y no había nadie más en el cartel. Se comió el escenario. Lidió un toro tremendo y salió por la puerta grande.
Pero, eso sí, no tuvo coraje de cantar «la mandanga«. Eso fue imperdonable.
Hoy Jose Luis Cantero («ese Fary») ha muerto a los 70 años vencido por un cáncer de pulmón.
Como despedida a este monstruo (tomenlo como deseen):
Letra aquí. «Por si saben lo que es.»Actualización: XCar Malavida nos recuerda que los colosales Faemino y Cansado ya habían hablado de la muerte del Fary en su inolvidable serie «El orgullo del Tercer Mundo». Video Aquí.
Y aprovechando que XCar ha asomado la cabeza, pasen por su tienda de tebeos y agénciense el comic «El Richal: Soltero y Metalero». Más datos aquí.
Actualización 2: Estrellita mutante ha colgado una actuación de El Fary cantando La Mandanga. Video Aquí.
Así que se pueden imaginar nuestra sorpresa al encontrar flotando en el Youtube este fan-trailer de una película inexistente que adaptaría ese tebeo a la gran pantalla. Viene de manos del malagueño Miguel Mesas.
Una pena, las voces. Pero atentos a los hombros del murciélago, muy fieles al original:
Y cuando les hacen caso al pie de la letra y nacen las «lolitas góticas»,
se indignan.
Acudan al quiosco y tomen los últimos suplementos de moda de las revistas del gremio. Acudan al televisor y conecten Fashion TV. Fíjense en los anuncios y en las apariciones públicas qué atuendos lucen las personas que la chavalería de los institutos toma como «ejemplo a seguir».
«La moda tiene un fin de moral pública para respetar la intimidad de los demás y no provocar malos deseos en su corazón».
«El adorno corporal mejora la dignidad humana si destaca sobre todo las cualidades espirituales».
«Con el pecado original, la atracción entre sexos se ha desordenado y puede llevar a conductas y pensamientos infrahumanos»
Evidentemente, el artículo destaca, como cualquier texto sobre moda que se precie, los uniformes militares y los hábitos de monja. Texto aquí.
Como ven, hay personas que viven en realidades paralelas, en las que las bombas solo matan a los malos, donde las fuerzas del orden son proporcionadas en su gestión del espacio público y donde los jóvenes van más a misa que a las discotecas. Y tienen sus propias wikipedias del saber universal, que son almanaques del humor involuntario. Tienen su utilidad. También la risa es una función social.