Indignaciones audiovisuales: un vistazo a la física cuántica
Miércoles, 22 de agosto de 2007
Este tufillo a virgen maría debería haber servido para darnos cuenta
Indignado, oigan.
Pero indignado.
Llevo algunos días consumiendo ficción como un poseso. Tebeos, películas, libros, lo que pillo. En mi mesilla hay un pilón de revistas “El Papus” de los ochenta. En la estantería, un brazo de longitud en lomos de prestado. Antes de soltar hay que digerir, y el tiempo estival es más dado al sofá y el disco suave. De ahí que hace algún tiempo que esté en silencio. Estoy cargando el voltaje.
La cuestión es que en medio de este consumo frenético, me topé de bruces con un documental. Tenía dos versiones de él. Mis amigos de profesiones liberales decían que estaba muy bien. Mis amigos con formación científica me decían que no me acercara a él ni con un palo. El documental pretende ser de divulgación científica, y como había salido en un par de conversaciones recientes, procedí al visionado. El título de la pieza es “ y tu qué sabes”, o si traducimos el título original, “¿qué #$*! Sabemos del universo?”
Condensaré mi opinión en dos palabras:
Qué vergüenza.
No se acerquen a esto ni con un palo.
Como esa misma frase me llevó a acercarme al documental, que es precisamente lo que quiero evitar que les pase a ustedes, voy a proceder a explicar por qué este audiovisual es nocivo, mentiroso y torticero. Especialmente torticero.
Para ello, voy a dilatarme en un juicio que no he encontrado por la internet, y que considero necesario teclear. Así que en adelante, pese a que soy muy lego en la materia, voy a hablar un poco de física cuántica, de la visión de la física cuántica, y de cómo aplicarla de forma torticera. Va a ser un poco largo, pero es la única forma de que no quede algo telegráfico e incomprensible.
¿Por dónde empezamos? ¿Por la imagen de ciencia, por la mitología creada al rebufo de la cuántica o por la fijación por la lógica?
Empecemos por lo difícil: la física cuántica.
La física cuántica es un campo en el que los especialistas confiesan abiertamente que no entienden mucho. Es un ataque de sinceridad, pero no se lleven a engaño. No entienden mucho, pero entienden más que los legos. El célebre lema socrático “sólo sé que no se nada” es un canto a la persecución, al análisis y al descubrimiento. No es un ensalzamiento de la ignorancia. Que es una célebre trampa en la que caen los perezosos.
La clave de la física cuántica, en el discurso que pretendo transmitirles, la encontré en una entrevísta con el filósofo esloveno Slavoj Zizek, al que espero que recuerden. En una película-entrevista-discurso titulada “La realidad de lo Virtual”, allá por el minuto doce de cinta, hacía este juicio que creo que es poco conocido:
“¿Qué es la física cuántica? Fórmulas que funcionan, experimentalmente confirmadas, pero que no podemos traducir con nuestra experiencia diaria de realidad ordinaria. Esto es lo traumático de la física cuántica. Literalmente, no podemos entenderla. No en el sentido de que nosotros, los hombres comunes, los idiotas, no la entendemos, y solo un par de científicos pueden. Tampoco ellos pueden. En el sentido de que símplemente funciona, pero si intentas construir una ontología consistente basándote en ella, obtienes resultados sin sentido. Tiempo que va hacia atrás, universos paralelos,… Obtienes cosas que son simplemente sinsentidos en lo que respecta a la noción ordinaria de realidad”.
Este párrafo tiene muchas, muchas consecuencias que voy a intentar enumerar.
La primera: la física cuántica se construye sobre resultados puntuales, independientes, que sólo comprendemos en ese caso particular. No se pueden sacar conclusiones. Antes que nosotros, la comunidad científica ha intentado aplicar la lógica directa, consecuente, para seguir tirando del hilo, con resultados nulos.
Cada vez que al hablar de física cuántica hablamos de gatos que están simultaneamente muertos y vivos, de obras de teatro que pueden ser cualquier obra hasta que se alza el telón, de universos paralelos que se ramifican cada vez que nos tomamos o no nos tomamos un café… estamos recibiendo una explicación puntual, que sirve para que establezcamos en nuestra cabeza una idea menos abstracta que una ecuación. Pero lo importante es que no se pueden dar pasos subsiguientes. No se pueden extraer consecuencias. Esta es la mayor vergüenza del documental que nos ha traido hasta aquí. Dibuja universos paralelos y tira del hilo y miente de tal manera que se ruboriza hasta el celuloide.
Pero de los resultados cuánticos sí que se puede sacar una conclusión más genérica, que es mía y que no tengo herramientas para articular. La existencia de la física cuántica, esa forma de convertir en manejable mecanismos que escapan a nuestro cerebro, y que ha logrado que existan cosas tan reales como el transistor, el teléfono móvil o el ordenador con el que estoy escribiendo este texto, rompe a mis ojos una creencia común. De toda la vida, se ha pensado que las matemáticas son un subconjunto de la lógica. Las matemáticas son lógicas, consecuentes, y sus resultados en principio obedecen a las normas de la lógica.
Lo que infiere Zizek en su intervención es que la física cuántica muestra que las matemáticas permiten desentrañar procesos en los que la lógica no es aplicable. Hay una lógica profunda en las matemáticas que va más allá de la lógica consecuente y que nos permite retratar procesos, refrendados por la naturaleza, que son mentalmente inconcebibles.
Cuando el matemático Grigori Perelman resolvió el tercer teorema de Fermat (un interrogante que había superado las mentes de Einstein, de Newton y de todos los grandes matemáticos de la historia), hizo en una entrevista un retrato de cómo funciona el proceso matemático: estás en una habitación a oscuras y con mucho cuidado vas tanteando. Poco a poco descubres que aquí hay una barra vertical, y ahí hay un agujero, y al fondo hay un círculo. Más adelante te das cuenta de que esa barra vertical es parte de una mesa. Que el agujero tiene una puerta. Que el círculo es blando y fibroso. Y en el gran día en el que todo hace click, es como si encontraras el interruptor de la luz. Y entonces ves claramente, la forma de la mesa, la marca del horno microondas y el dibujo de la alfombra circular. En la física cuántica, no se ha dado ese click todavía. Y mientras tanto, no sabemos si cada barra vertical que encontramos es parte de una escoba, o de un pilar fundamental para la estructura.
De modo que mi vergüenza absoluta ante el audiovisual que me ha traido hasta este teclado tiene la misma base que las carreras unversitarias que se autodenominan “ciencias de” sin ningún fundamento. Que consideran la palabra “ciencia” simplemente un galón, y no un monumento al desarrollo humano consecuente. La química y la física y la astronomía no tienen ningún punto en común con las mal llamadas ciencias de la información.
Piensen en los jabones que dicen “científicamente probado”. Y preguntense –porque es lo crucial- qué es lo que se ha probado. ¿Que el jabón está ahí? ¿Que limpia? ¿Que no se desmenuza con el uso? ¿Qué es, por ejemplo, un kiosko centíficamente probado? ¿Arquitectura? ¿Volumen de ventas? ¿Higiene de los kioskeros? Lo esencial es la determinación, la exactitud, y todo lo demás son fruslerías.
Y de igual manera que los religiosos aceptarían encantados estudios en los que la gente que recibe oraciones se cura más rápido que aquellas por las que no reza nadie (el estudio existe: véanlo en el excepcional libro “el espejismo de Dios” de Richard Dawkins), este documental da a entender que las adivinaciones y la autoayuda y todo el material que aparece en la televisión de madrugada está refrendado científicamente por la física cuántica.
Ese es el tipo de mentiras que no soporto.
El usar la ciencia como galón para defender la fé y los engañabobos.
La trampa es tan simple como el timo de la estampita. Presentas unos resultados de física cuántica cuya forma de expresarlos es necesariamente una metáfora desorbitada (no hay otra forma de narrar los procesos cuánticos). Luego haces una aserciones que por lógica son consecuencia directa de lo que demuestra la ciencia. Y a partir de ahí, tienes campo libre para convencer (léase demostrar, en la versión enferma y cutre del término) de cualquier idea enloquecida sobre el tao, el chi, el fengsui, la resurrección de cristo y la santísima trinidad.
Esto es una vergüenza. Y espero que esta larguísima entrada sirva para aclarar las ideas en este sentido.
Era un trabajo sucio, pero alguien tenía que hacerlo. Espero que comprendan que haya tenido que hacerlo largo.
Tengan cuidado con lo “demostrado científicamente”. Y mantengan alerta, no sólo sus mentes, sino también las de los demás.
Actualización: adivinen quién ha producido y pagado la película!!
De parte de un cientìfico:
Olé!
Opino lo mismo, soy el antidivulgardor de esa pseudointerpretación libre (por no decir ridìcula de aplicar a escalas humanas) de la física cuántica.
El problema de utlizar metáforas (generalmente antropocentristas) para explicar un fenómeno, mecanismo ecuación o cualquier cosa, resulta luego en una tragedia de proporciones considerables (como éste «documental»).
Salud.
Adriàn Vázquez
Comentario de Adrian — agosto 23, 2007 @ 2:17 am
Debe ser como eso tan angustioso que hacen los cantamañanas de los parapsicólogos de comenzar a mentar la relatividad para sostener sus embolados. Yo soy de letras, pero cuando comienzo a oir esto sé que me están vendiendo mercancía averiada.
Comentario de C. Rancio — agosto 23, 2007 @ 8:15 am
Tenía este documental en la pila de pendientes desde hace meses buscando el momento para visionarlo y con lo leído, parece que éste se retrasara un tiempecito más…
En cuanto al tema central de su argumentación, tiene usted toda la razón cuando habla de la prepotencia y preponderancia científica por encima de TODO. Estulticias sin parangón son elevadas a la categoría de conocimiento absoluto simplemente por el mero hecho de ser «estudios científicos».
Aún así, discrepo con el caballero Perelman: he visto y leído a filósofos que han sido más que capaces de rebatir argumentaciones matemáticas desde la cosmogonía de la lógica y la razón, sin entrar ni un momento en el marco de la ciencia.
De aquí una incongruencia dual de la cual no consigo evadirme: o bien la física cuántica podría ser considerada también filosofía cuántica al no demostrarse sus premisas empíricamente, o bien todos estos ámbitos ciéntíficos creados (como comenta usted, las ciencias de la información, las ciencias de la educación,etc.) son realmente Ciencias puesto que, siguiendo la definición estrica de «ciencia», utilizan «métodos y técnicas para la adquisición y organización de conocimientos sobre la estructura de un conjunto de hechos objetivos y accesibles a varios observadores».
Comentario de higronauta — agosto 23, 2007 @ 11:34 am
Gracias a Adrián y a Rancio. Higro es el que me ha dado más argumentos para continuar, de modo que respondo sus párrafos:
“En cuanto al tema central de su argumentación, tiene usted toda la razón cuando habla de la prepotencia y preponderancia científica por encima de TODO. Estulticias sin parangón son elevadas a la categoría de conocimiento absoluto simplemente por el mero hecho de ser “estudios científicos”.
La imagen mítica de la ciencia está en lógica relación con su capacidad a resistir el engaño. La gravedad es la que es, la correspondencia entre materia y energía existe, y benditos seamos de haber obtenido una forma de descodificarla.
La diferencia es que una cosa es la posibilidad de la preponderancia científca de facto (a nivel académico, como forma de desentrañar mediante la confirmación experimental), y otra es la laxitud a la hora de decir que tal o cual cosa *es* un resultado científico. Que es algo que las propias personas familiarizadas con la ciencia, en general, aborrecen.
“Aún así, discrepo con el caballero Perelman: he visto y leído a filósofos que han sido más que capaces de rebatir argumentaciones matemáticas desde la cosmogonía de la lógica y la razón, sin entrar ni un momento en el marco de la ciencia.”
Lo crucial es que las matemáticas son una herramienta (tal vez la única) que permite explorar sin que el cerebro humano -que tiene unos mecanismos definidos y unas limitaciones impuestas por instintos de supervivencia, etc- interfiera como obstáculo. Y eso es muchísimo decir.
La filosofía puede estudiar y estudia la matemática. Pero la existencia de la física cuantica como disciplina con resultados experimentales *tal vez* muestra que la matemática, en un nivel profundo, alcanza más allá de los límites de la estructura mental. Eso, y que no existe la metamatemática (matemática que habla de la matemática); es, no describe. Pero, como digo, esa es una afirmación que no tengo herramientas para articular. Como nota al pie, la propuesta no era del matemático Perelman, sino mía, o bien del filósofo Zizek.
“De aquí una incongruencia dual de la cual no consigo evadirme: o bien la física cuántica podría ser considerada también filosofía cuántica al no demostrarse sus premisas empíricamente, o bien todos estos ámbitos ciéntíficos creados (como comenta usted, las ciencias de la información, las ciencias de la educación,etc.) son realmente Ciencias puesto que, siguiendo la definición estrica de “ciencia”, utilizan “métodos y técnicas para la adquisición y organización de conocimientos sobre la estructura de un conjunto de hechos objetivos y accesibles a varios observadores”.»
El empirismo en la naturaleza no requiere demostrar las premisas. La ciencia en general y la física en particular se construye sobre una base de modelos. Un modelo es mejor que el anterior cuando logra cubrir un mayor número de experiencias científicas, o unificar varios modelos previos. Las bases de esos modelos son menos importantes que su practicidad.
Mire la gravitación universal: sabemos cuál es su medida, sabemos cómo manejarla, pero no sabemos *por qué* se atraen las masas. En cuanto lo sepamos, sabremos en qué condiciones un objeto flotará sin necesidad, como ahora, de ejercer una fuerza igual y contraria a la gravitatoria. No sabemos el fundamento de la gravedad pero existe, está, permanece, igual que los pajaros no tienen ni idea de fluidodinámica pero vuelan.
Es importante: en la naturaleza los fundamentos están, aunque no los hayas identificado. Por eso la naturaleza ha sido el gran juez del saber científico.
Las ciencias de la información, sólo son ciencias en el engañosísimo conjunto en el que utilizan estadísticas para mostrar que tal método funciona con los ciudadanos actuales. La diferencia crucial es que más que objetos de análisis son *targets*. Y puede comprobarlo acudiendo a la base de las ciencias políticas, ciencias de la información, etc.
Comentario de Raul Sensato — agosto 23, 2007 @ 1:35 pm
[…] título es del documental de Zizek que les saqué a colación aqui, pero describe el enfoque de la gamberrísima serie “La Casa de Los Dibujos” […]
Pingback de No Recomendable » La realidad de lo virtual — agosto 25, 2007 @ 1:15 pm
[…] (Continúa leyendo aquí…) […]
Pingback de No Recomendable » Historia de la religión y qué es la fé: caso práctico — agosto 25, 2007 @ 1:31 pm
«Lo crucial es que las matemáticas son una herramienta (tal vez la única) que permite explorar sin que el cerebro humano -que tiene unos mecanismos definidos y unas limitaciones impuestas por instintos de supervivencia, etc- interfiera como obstáculo.»
Dudeo: si las matemáticas se realizan a partir de cálculos y procesos mentales, ¿por qué afirma usted que estas tareas no interfieren con el uso del cerebro?
Comentario de higronauta — agosto 25, 2007 @ 9:14 pm
Ese es el quid misterioso y fascinante que apunta zizek. Las matemáticas atienden a nuestro acelerador, pero no atienden a nuestro freno.
Comentario de raul sensato — agosto 26, 2007 @ 12:54 am
Bien,
Aunque comparto plenamente los comentarios realizados en torno a la infame película Y tu qué sabes?, parábola pseudo-científica destinada a la conformación de una religiosidad post-moderna de supermercado, donde cada cual pueda elaborar su propia doctrina religiosa eligiendo un poquito de budismo por aquí, unas gotitas de sufismo por allá, y una p¡zca de cultos extraterrestres por acullá, quisiera simplemente hacer notar que la física cuántica -ciencia, que no filosofía, puesto que procede mediante la elaboración de modelos explicativos con un propósito contrastable mediante experimentación, es decir, siguiendo las reglas de un método científico discutible, pero anclado en una tradición bien conocida- no se encuentra en condiciones cualitativamente distintas a las de la física tradicional o newtoniana sino por una simple razón. En la medida en que nuestra representación de la «realidad» o, si se quiere, de las «leyes de la naturaleza», es consecuente con el modelo propuesto por la física newtoniana, no podemos comprender espontáneamente los modelos explicativos -parciales y fragmentarios, como siempre en la ciencia- propuestos por la física cuántica precisamente porque nuestro «sentido común» (el menos común de los sentidos) está construído sobre una episteme (Kuhn) o un «horizonte de visibilidad» (Foucault) diferente, el de la física newtoniana.
Discrepo así humildemente del señor Zizek cuando, al menos interpretado por el Sr. Sensato, declara que la física cuántica consiste en «… fórmulas que funcionan, experimentalmente confirmadas, pero que no podemos traducir con nuestra experiencia diaria de realidad ordinaria. Esto es lo traumático de la física cuántica. Literalmente, no podemos entenderla. No en el sentido de que nosotros, los hombres comunes, los idiotas, no la entendemos, y solo un par de científicos pueden. Tampoco ellos pueden. En el sentido de que símplemente funciona, pero si intentas construir una ontología consistente basándote en ella, obtienes resultados sin sentido. Tiempo que va hacia atrás, universos paralelos,… Obtienes cosas que son simplemente sinsentidos en lo que respecta a la noción ordinaria de realidad».
Lo primero que debemos hacer es poner en suspenso lo que el Sr. Zizek parece llamar la «noción ordinaria de realidad», eficaz convención que nos hace pasar por «naturales» y «objetivas» formas de captación de la «realidad» que en realidad son extremadamente abstractas, fragmentarias y , por decirlo una vez más, convencionales.
En cuanto a la inferencia de modelos explicativos a partir de la física cuántica, se han elaborado numerosos modelos, y la simple demostración de su validez es el gran número de innovaciones tecnológicas basadas en los procedimientos teóricos de la física cuántica, entre ellos la teoría de cuerdas o los llamados superconductores. Ése no es el problema de la física cuántica, como tampoco la precariedad de los modelos explicativos que hasta ahora ha propuesto. Basta de compartir la mitología de una ciencia triunfante capaz de domeñar la realidad mediante una teoría general que demuestre universalmente su eficacia. La mixtificación del científico como demiurgo no se sostiene tamcpoo para la física newtoniana, de cuyas numerosas insuficiencias dio buena cuenta Einstein, sin ir más lejos. El problema de la física cuántica -el problema de la física, en definitiva- es que hasta el momento se muestra incapaz de proponer una teoría que reúna bajo un mismo campo explicativo la lógica newtoniana y la lógica cuántica, lo que hawking y otros han llamado la «teoría del campo unificado».
En cualquier caso, me resulta chocante la distinción cualitativa que el Sr. Zizek plantea entre la «ciencia auténtica» y la «superchería». Podemos discutir las condiciones epistemológicas en las que se forja el conocimiento científico (en este terreno, recomiendo la lectura del viejo sabio francés, Alexandre Kojève), pero no eliminar sin más la discusión diciendo que una sirve para comprender el mundo y la otra es contraria a nuestro sentido común, porque ese argumento es banal y estúpido. Y no creo que el Sr. Zizek sea estúpido. Que la física cuántica, y el mundo fascinante de posibilidades teóricas que abre, no pague el pato de una película
buenrrollista, fatua y demagógica que, como bien ha señalado el Sr. Sensato, obedece a intereses más bien oscuros.
Comentario de William Munny — septiembre 8, 2007 @ 7:14 pm
Yo pienso que la causa principal de que estos «productos» convenzan a la gente es que, tanto los medios de comunicación como parte de la propia comunidad científica no están muy interesandos en explicar al gran público la diferencia entre ciencia y especulación científica.
Viendo «Redes» o leyendo un ejemplar de «Investigación y Ciencia», principalmente nos encontramos con informaciones impactantes acerca de universos paralelos, partículas que superan la velocidad de la luz, espaciotiempos discretos, teorias de cuerdas, etc, etc, etc. Todo eso es muy bonito, pero por ahora es especulación científica pura y dura, que es necesaria para el avance de la ciencia, pero mientras no pasen el proceso de «validación» completo, tienen tanto valor como cualquier enunciado metafísico.
Pero claro, con estas cosas se tiene más audiencia, se venden más revistas y se obtiene publicidad gratuita para subvenciones. Después, algún engañabobos se sirve de esta cultura pop-científica para elevar la especulación (y los beneficios económicos) a la estratosfera.
Comentario de Intramuros — septiembre 25, 2007 @ 8:01 pm
Intramuros: «tanto los medios de comunicación como parte de la propia comunidad científica no están muy interesandos en explicar al gran público la diferencia entre ciencia y especulación científica.»
A fecha de hoy, hay pocos o ningun audiovisual cuyo objetivo no sea sacar el dinero de las carteras de los telespectadores. Y las sectas y la televisión comercial están más interesados en ese campo que las facultades de física.
«universos paralelos, partículas que superan la velocidad de la luz, espaciotiempos discretos, teorias de cuerdas, etc, etc, etc. Todo eso es muy bonito, pero por ahora es especulación científica pura y dura,»
En su listado mezcla cosas: unas son es reformulaciones de un resultados experimentales para ayudar a su comprensión. Repito: refrendados por la experiencia. Otras -como las supercuerdas- de momento nada. No debe mezclar las que ofrecen resultados con las que no. Que un modelo no sea completo no significa que sea una especulación, (en el sentido peyorativo, no en el de reflejo).
La Gnoseología tiene muschos problemas con cosas como «qué es la verdad», que a efectos de calle viene a ser: la verdad es «cuando lo haces tú por tu cuenta y te sale lo mismo, si eres igual de cuidadoso.»
Comentario de Raul Sensato — septiembre 26, 2007 @ 4:42 pm
Universos paralelos: realidad o ficcion?…
Mucho se ha hablado (y se seguira haciendo) sobre este fenomeno. La ciencia ficcion adapto su idea para dar guiones muy complejos y con multiples posibilidades. El cine multiplico esta idea hasta casi hacerla unica en multitud de estilos. Pero que hay…
Trackback de PiensoLuegoPiensoLuegoExisto — abril 5, 2008 @ 2:30 am
Solo dejare estos enlaces very interestings:
http://nosce.wordpress.com/2008/10/10/comotodoelmundosabe/
http://es.wikipedia.org/wiki/Criterio_de_demarcación
http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Criterio_de_demarcación&oldid=12763920#Feyerabend_y_el_problema_de_la_autonom.C3.ADa_en_la_ciencia
http://es.wikipedia.org/wiki/Pseudociencia
http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Pseudociencia&oldid=12910974#Pseudoescepticismo
http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Pseudociencia&oldid=12910974
http://es.wikipedia.org/wiki/Discusión:Pseudociencia#Falsacionismo_y_Teor.C3.ADa_de_cuerdas._Comentarios_a_Fernando
http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Consultas_de_borrado/Criterio_de_demarcación
Espero que os gusten y deleitéis memes decondicionantes a tuti plen.
JAJEJIJOJU!!!
Comentario de MUyMIENTO — enero 21, 2009 @ 5:03 pm
En cierta ocasión, mientras cometía una paella (llamar cocinar a eso sería demasiado) apareció mi hermana la crédula, la del iridiólogo, el chi, etc y me preguntó a bocajarro (y yo sin chaleco anti-bobadas) «¿qué es la física cuántica?». No es que yo me dedique al ramo, es que tengo fama de inteligente entre mis familiares porque… leo.
Bien, hice lo que pude por responderle y, una vez salí del entuerto le pregunté yo a ella el porqué de la preguntita (llego a estar haciendo mahonesa y se me corta).
La respuesta fue que estaba yendo a un curso de IMPOSICIÓN DE MANOS, basado en la física cuántica y la «frecuencia propia de cada órgano sano».
Y claro, esto pagando por dicho curso. Inmejorable muestra de la memez de mi hermana (que yo ya venía sospechando).
Comentario de eduardoritos — enero 22, 2009 @ 1:52 pm
[…] Bola extra dos: ya hemos discutido en este rincón el uso indefinido de “probado científicamente”. […]
Pingback de No Recomendable » Científicamente probado, dicen — marzo 27, 2009 @ 6:14 pm
Te he leído en diagonal… así que igual meto la pata… Y no he podido leer los comentarios o sea que igual algo de esto ya se ha dicho.
A lo que voy: me ha recordado un documental de Punset en el que hablaba de cosas parecidas, dando por sentado de que por ser matemáticamente posibles eran realmente existentes.
Cuando es evidente que lo que funciona en la realidad es un subconjunto de lo matemáticamente posible. ¿Que igual no sabemos todo lo que funciona todavía? De acuerdo… pero de ahí a que todo funcione… no hombre no!
Comentario de Fernando — marzo 2, 2011 @ 9:43 am
Y a mí por qué me ha salido hoy este post tuyo en el RSS… a ver si va a haber un plegamiento en el espacio tiempo….
Comentario de Fernando — marzo 2, 2011 @ 5:14 pm
os perdéis en el mensaje y no sois capaces de llegar al fondo.
Y en el fondo de ese documental dudo que haya NADA que pueda considerarse reprochable. ¿Qué podemos volvernos adictos a las emociones si no las educamos? ¿Qué deberíamos buscar el lado positivo de las cosas si queremos que nuestra vida mejore? ¿Qué debemos dejar de creer en los mensajes integristas y dogmáticos de las religiones? ¿Qué deberíamos amarnos primero a nosotros mismos para que todo lo demás esté en orden? ¿Cual de todos esos mensajes resulta una vergüenza?
Comentario de puck — mayo 12, 2011 @ 10:13 am
Llegue aquí por casualidad, me gusto la entrada, excepto por esta parte: «Cuando el matemático Grigori Perelman resolvió el tercer teorema de Fermat (un interrogante que había superado las mentes de Einstein, de Newton y de todos los grandes matemáticos de la historia), hizo …. »
1) No es Grigori Perelman, es Andrew Wiles, matemático de la universidad de Cambridge. Perelman soluciono la conjetura de Poincaré (un problema en topología algebraica) además dudo que haya dado una entrevista con la fama de ermitaño que tiene.
2) No es Tercer teorema de Fermat, es ultimo teorema de Fermat.
3) Einstein era estrictamente físico no matemático, ojo que hay un universo de distancia entre estas 2 ramas del conocimiento.
Por lo demás esta bien. Por cierto la entrevista que hace Andrew es en un documental de la BBC, llamado Fermat’s Last Theorem.
Comentario de Azthor — agosto 23, 2011 @ 10:56 pm
saludos: la fe mueve montañas
Comentario de joseph juarez — agosto 29, 2011 @ 6:38 am
[…] @orioljara MAL ROLLO: http://minchinela.com/blog/2007/08/22/indignaciones-audiovisuales-un-vistazo-a-la-fisica-cuantica/ […]
Pingback de No Recomendable » Twitter raulsensato en 2011 – Marzo — noviembre 15, 2011 @ 4:16 pm
Interesante como siempre. Sin embargo, voy a hacer de abogado del diablo. Y con diablo no me refiero al documental (el cual puede considerarse como un diablo wannabe, un sucedáneo de tienda de chinos) sino al diablo de verdad.
Lo siento, y amo a maese Repronto como lo que es (el maestro que siempre quiese tener en el cole) pero no puedo dejar de percibir cierto triunfismo picaresco en el artículo que me hace sentir pelín incómodo. Intuyo una guerrilla más o menos oculta capitaneada por el señor Cerebro contra los *estúpidos* ejércitos del señor Corazón. O sea, una partida de ajedrez de la razón versus la emoción. Lo científico versus lo místico. Peligrosamente bipolar para mi gusto.
Entiendo que el derribo final fuera dirigido no contra lo místico “verdadero” (la verdadera espiritualidad, la poesía, lo onírico), sino contra lo místico “falso” (la charlatanería, el timo al paleto) que no sólo es místicamente falso sino que para postre encima usa la máscara de lo científico “falso”. Un ataque bien justificado, bien argumentado. Un ataque que comprendo y comparto. Yo también me cago en el documentalucho ése, me cago tanto en él que me deshidrato. Lo aborrezco con todo mi alma.
Pero he aquí el quid de la cuestioncilla: aborrezco ése documental con toda mi alma porque es precisamente mi alma lo que se ofende al ver travestida su esencia por esa panda de timadores. Yo me cago en ése documental no porque manipule La Ciencia, no. Yo me cago en ése documental porque deja el verdadero misticismo a la altura del escroto de David el gnomo.
Se me hace tan, tan, tan raro que sólamente los científicos perciban que ese documental es guano… Se me hace tan, tan, tan raro que prácticamente todos los “amigos de profesiones liberales” lo idolatren (si, yo también conozco algunos). Yo mismo practico meditación zen y soy un aficionadete, y aun asi me fue facilisimo darme cuenta de algo BASICO: lo primero que percibo a los 5 minutos de estar viendo el documentalejo es el ritmo frenético, publicitario, que tiene el montaje. ¿Se supone que este documental pretende trasladarnos a un estado de conciencia distinto donde las leyes ordinarias se desplazan para dar espacio a nuevas verdades objetivas? Bueno, bonitos, si ése estado de conciencia existe (y yo creo que existe) no pertenece, NI DE COOÑA, a uno con un ritmo frenético de videoclip, sino a uno reposado, desapasionado, libre de caminos mentales marcados e unidireccionales. Joder, si es que ni siquiera te dejan pensar en la gilipollez que acabas de oir, porque ya te están soltando la siguiente. Esto no es una revelación, esto es un lavacerebros.
No creo que el problema del documentalucho este sea el contenido. El único, pero y descomunal problema, es la forma. Igual hubiera dado que el documentalucho divulgara verdades verdaderas de ciencia ordinaria: divulgar con formato videoclip sólo sirve para programar robots sin conciencia ninguna de lo que están deglutiendo. Y, por amor de Cthulhu, ¿¿de qué cojones sirve convertirse en un místico que no comprende lo que ha aprendido?? Este mundo está tan industrializado que incluso hemos llegado a crear místicos en serie. Esto es lo que es el documentalito: una fábrica audiovisual de robots neohippis. Personas “del alma” sin alma. La locura al cuadrado.
El documental, los que se hacen pasar por científicos para que la audiencia se trague sus pedos, y en general todos los que utilizan el repugnante slogan “La ciencia es guay y lo místico es puta mierda”, no sólo se están cagando en la ciencia misma sino que también se están cagando en El Alma y en todo lo profundo que hay en el ser humano. No porque eso “profundo” pueda ser corrompido, que no puede serlo, sino sencillamente porque mintiendo así lo que se consigue es que la gente esté cada vez más desesperadamente lejos de lo que es una espiritualidad más verdadera y más humilde. Queria apuntar esto al magnifico trabajo de maese Repro: no es sólo la ciencia la perjudicada aquí. También Merlín está cabreadísimo.
Comentario de Soromodu — diciembre 3, 2011 @ 4:44 am
[…] El mes pasado, otra figura popular en términos similares a Tyson, Bill Nye, debatía la evolución con el creacionista Ken Ham. Nye acababa de pasar por el relaity Dancing with the stars y se presentó a un debate puramente político sin la preparación y cautela adecuadas, haciendo caso omiso al consejo de Richard Dawkins: aceptar debatir la evolución es asumir que existe una polémica abierta, y, por tanto, que una teoría es tan aceptable de escuchar como la otra. Otro más de los problemas habituales, desde un contexto como el canal Fox, en un país donde un tercio de la población niega la evolución, donde el canal Historia hace de Generación Alien su programa bandera o mientras se producen documentales como ¿Y tú qué sabes?. […]
Pingback de Henrique Lage » Espectáculo — marzo 11, 2014 @ 11:39 am
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